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Voto de Jose_Lopez_5:
6
6,3
60.151
Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras. Acción
Un coronel y un científico, movidos por distintos intereses, investigan el misterioso hallazgo en unas excavaciones de un extraño artefacto al que llaman "Puerta de las Estrellas". Acompañados de un equipo de reconocimiento, atraviesan la Puerta y son transportados a un lejano planeta. (FILMAFFINITY)
7 de mayo de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los 90 fueron la década de Emmerich.
Durante esa época, el alemán, que venía de formarse casi una década atrás en la Escuela de Cine y Televisión de Munich, dirigió y produjo la mayoría de sus grandes pelotazos girando en torno a la acción y la ciencia ficción. Su buena estrella le duró hasta el 2004, con su rentable "El día de mañana". Después vendría la decadencia. En particular, fue "Soldado Universal" (1992) la que le permitió poner un pie en Hollywood tras haberse hecho notar antes en la arena internacional; un producto de calidad justita, malos actores y recaudación harto limitada, pero rentable gracias a sus bajísimos costes de producción (véase spoiler 1).
Tras aquel tonteo, le llegó su gran oportunidad con un trabajo bien gordo para los estándares de la época: "Stargate". Gordo en presupuesto ($55 millones), en resultados y en actores, con un Kurt Russell aún sin avejentar y un Spader irreconocible en sus años mozos. "Stargate" no es que fuera una gran película, pero lo aparentó; algo que acabaría siendo la seña de identidad de este realizador con ciertos aires de vendedor de humo, quien domina el arte de fingir más calidad de la que en realidad hay. La película contaba una historia que funcionaba y enganchaba, sus actores no lo hicieron mal y la taquilla le siguió el juego con $196 millones, dando así pie a un respetable ratio de 3,5. Varios son los aspectos que podrían subrayarse de este trabajo.
En lo positivo, la historia tenía potencial, y la idea de una puerta estelar daba juego. La mezcla de arqueología, alta tecnología para viajar por el universo, extraterrestres y culturas primitivas permitía un relato con garra, en donde si no funcionaba una cosa, siempre podía usarse otra. El aspecto visual también fue otro acierto, pues a muchos encadiló el efecto acuático para simular el portal abierto, amén de esos soldados con armadura de Anubis de quita y pon (véase spoiler 2). Y, claro, a quién no le iba a gustar las aventuras del friki defenestrado al que le sonreía la suerte (véase spoiler 3). La banda sonora, sin ser ninguna genialidad, también se las apañó para insertar en el recuerdo una melodía reconocible. Quien la escucha, al momento sabe de qué película se trata (véase spoiler 4).
En lo negativo, esa historia no soporta un escudriño, tan simple y cargada de tópicos sobre el ejército y los investigadores está. Los hechos se suceden de forma inverosímil, primando la acción en desmedro del método científico. A poco que uno se descuida, ya tiene a militares estereotipados haciendo de las suyas. Por otro lado, el maniqueísmo dejó claro que allí no había mucho petróleo que extraer, con buenos buenísimos, malos malísimos sin apenas aclaración o, peor aún, con explicaciones tan resultonas como rápidas. Asimismo, la cinta está impregnada de elementos muy propios de la cultura estadounidense más tonta (véase spoiler 5), así como de una extraña crítica al militarismo (véase spoiler 6).
Vista en perspectiva, "Stargate" tuvo un mérito enorme que nadie puede discutirle, ya que creó la simbología y los cimientos para un nuevo universo que, poco después, fue explotado en TV de manera intensa y con un éxito abrumador. De hecho, solo fueron necesarios tres años para que el negocio despegase en forma de series y TV movies, destacando entre ellas "Stargate SG-1" (1997-2007), con la friolera de 10 temporadas y 214 episodios. Ninguna otra franquicia concentró tantos productos de éxito en un periodo de tiempo tan breve. Y a día de hoy incluso siguen sacando más material. Es una franquicia que, por intensidad y concentración, le mojó la oreja a veteranas como "Star Trek" y "La guerra de las galaxias".
Como nota final, la película nos dio a conocer a la preciosa israelí Mili Avital (Shau'ri en la película), cuya filmografía regulera la ha condenado al ostracismo. De hecho, pocos le han seguido la pista, excepto en Israel, en donde sí es muy conocida.
En resumen, buen trabajo, aunque simple, de ciencia ficción y aventuras. Sin ser una obra maestra, cumplió sin insultar al espectador, aun cuando recurrió a tópicos (véase spoiler 7). Consagró a Emmerich e inició una franquicia extremadamente rentable que, curiosamente, también ayudó a rescatar a Richard Dean Anderson, a quien muchos ya dábamos por perdido tras su encasillamiento como MacGyver.
Durante esa época, el alemán, que venía de formarse casi una década atrás en la Escuela de Cine y Televisión de Munich, dirigió y produjo la mayoría de sus grandes pelotazos girando en torno a la acción y la ciencia ficción. Su buena estrella le duró hasta el 2004, con su rentable "El día de mañana". Después vendría la decadencia. En particular, fue "Soldado Universal" (1992) la que le permitió poner un pie en Hollywood tras haberse hecho notar antes en la arena internacional; un producto de calidad justita, malos actores y recaudación harto limitada, pero rentable gracias a sus bajísimos costes de producción (véase spoiler 1).
Tras aquel tonteo, le llegó su gran oportunidad con un trabajo bien gordo para los estándares de la época: "Stargate". Gordo en presupuesto ($55 millones), en resultados y en actores, con un Kurt Russell aún sin avejentar y un Spader irreconocible en sus años mozos. "Stargate" no es que fuera una gran película, pero lo aparentó; algo que acabaría siendo la seña de identidad de este realizador con ciertos aires de vendedor de humo, quien domina el arte de fingir más calidad de la que en realidad hay. La película contaba una historia que funcionaba y enganchaba, sus actores no lo hicieron mal y la taquilla le siguió el juego con $196 millones, dando así pie a un respetable ratio de 3,5. Varios son los aspectos que podrían subrayarse de este trabajo.
En lo positivo, la historia tenía potencial, y la idea de una puerta estelar daba juego. La mezcla de arqueología, alta tecnología para viajar por el universo, extraterrestres y culturas primitivas permitía un relato con garra, en donde si no funcionaba una cosa, siempre podía usarse otra. El aspecto visual también fue otro acierto, pues a muchos encadiló el efecto acuático para simular el portal abierto, amén de esos soldados con armadura de Anubis de quita y pon (véase spoiler 2). Y, claro, a quién no le iba a gustar las aventuras del friki defenestrado al que le sonreía la suerte (véase spoiler 3). La banda sonora, sin ser ninguna genialidad, también se las apañó para insertar en el recuerdo una melodía reconocible. Quien la escucha, al momento sabe de qué película se trata (véase spoiler 4).
En lo negativo, esa historia no soporta un escudriño, tan simple y cargada de tópicos sobre el ejército y los investigadores está. Los hechos se suceden de forma inverosímil, primando la acción en desmedro del método científico. A poco que uno se descuida, ya tiene a militares estereotipados haciendo de las suyas. Por otro lado, el maniqueísmo dejó claro que allí no había mucho petróleo que extraer, con buenos buenísimos, malos malísimos sin apenas aclaración o, peor aún, con explicaciones tan resultonas como rápidas. Asimismo, la cinta está impregnada de elementos muy propios de la cultura estadounidense más tonta (véase spoiler 5), así como de una extraña crítica al militarismo (véase spoiler 6).
Vista en perspectiva, "Stargate" tuvo un mérito enorme que nadie puede discutirle, ya que creó la simbología y los cimientos para un nuevo universo que, poco después, fue explotado en TV de manera intensa y con un éxito abrumador. De hecho, solo fueron necesarios tres años para que el negocio despegase en forma de series y TV movies, destacando entre ellas "Stargate SG-1" (1997-2007), con la friolera de 10 temporadas y 214 episodios. Ninguna otra franquicia concentró tantos productos de éxito en un periodo de tiempo tan breve. Y a día de hoy incluso siguen sacando más material. Es una franquicia que, por intensidad y concentración, le mojó la oreja a veteranas como "Star Trek" y "La guerra de las galaxias".
Como nota final, la película nos dio a conocer a la preciosa israelí Mili Avital (Shau'ri en la película), cuya filmografía regulera la ha condenado al ostracismo. De hecho, pocos le han seguido la pista, excepto en Israel, en donde sí es muy conocida.
En resumen, buen trabajo, aunque simple, de ciencia ficción y aventuras. Sin ser una obra maestra, cumplió sin insultar al espectador, aun cuando recurrió a tópicos (véase spoiler 7). Consagró a Emmerich e inició una franquicia extremadamente rentable que, curiosamente, también ayudó a rescatar a Richard Dean Anderson, a quien muchos ya dábamos por perdido tras su encasillamiento como MacGyver.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
1) Presupuesto de $10 millones y taquilla mundial de $36 millones, lo que dio un ratio de 3,6. No se ría. Eran otros tiempos en los que todo se medía con otra vara de medir si no se formaba parte del Olimpo habitado por Spielberg, Lucas y demás expertos en hacer caja.
2) Lo que son las cosas. Aunque el efecto acuático era y sigue siendo convincente, pues traía a la mente la imagen del T-1000 de "Terminator 2" (1991), otros CGI han envejecido mal. En parte la culpa está en los televisores HD, los cuales les sacan las vergüenzas a casi cualquier trabajo. Benditas aquellas televisiones de tubos de rayos catódicos que, todo lo que tenían de culonas, tenían de embaucadoras disimulando el CGI pobre y sus problemas de integración con la imagen real. Su falta de definición evitaba que muchos trucos fueran cantosos. En cualquier caso, tampoco es de recibo olvidar que los espectadores hemos acostumbrado el ojo a un CGI de tan alta calidad que nos hemos vuelto muy críticos con todo lo que lo precedió.
3) El pobre empollón mindundi, experto en una materia sin salida laboral y más pobre que las ratas, acababa con la morena macizorra comiendo de su mano (sí, sí, hay chiste fácil). Se ve que eso gustó a muchos, lo que me lleva a sospechar que hay muchos frikis muy necesitados de mujeres guapas.
4) David Arnold, caballeros. Y casi recién llegado a la industria.
5) El perdedor tornado en triunfador, el pecador que se redime por sus actos de contricción, el malvado con profundidad de charco que cae rezumando orgullo, los oprimidos que recuperan la libertad, etc.
6) Las armas son terribles, pero la disciplina castrense, el honor y la entrega son admirables. Emmerich parecía dar una de cal y otra de arena para no molestar a nadie.
7) Hay una opinión, extendida entre bastantes comentaristas y que yo comparto, según la cual hay un punto de inflexión en la película justo cuando los protagonistas atraviesan el portal. Hasta ese momento la historia derrocha una ambientación que engancha. Alguien la ha comparado con el Spielberg de los 80. Si no lo es, es un trasunto potable de ella. Sin embargo, es iniciar el viaje y la historia cambia. Se ralentiza, empiezan a desfilar estereotipos, aparecen los habitantes esclavizados, se abre la puerta al humor tonto, hace acto de presencia el facineroso sin apenas perfilar, los personajes demuestran su vacuidad y, en general, se entra en una dinámica pobre que reduce el interés. Si esto hubiera sido un cortometraje que acabase justo cuando Spader se desintegra al atravesar el portal, habría sido de notable alto.
2) Lo que son las cosas. Aunque el efecto acuático era y sigue siendo convincente, pues traía a la mente la imagen del T-1000 de "Terminator 2" (1991), otros CGI han envejecido mal. En parte la culpa está en los televisores HD, los cuales les sacan las vergüenzas a casi cualquier trabajo. Benditas aquellas televisiones de tubos de rayos catódicos que, todo lo que tenían de culonas, tenían de embaucadoras disimulando el CGI pobre y sus problemas de integración con la imagen real. Su falta de definición evitaba que muchos trucos fueran cantosos. En cualquier caso, tampoco es de recibo olvidar que los espectadores hemos acostumbrado el ojo a un CGI de tan alta calidad que nos hemos vuelto muy críticos con todo lo que lo precedió.
3) El pobre empollón mindundi, experto en una materia sin salida laboral y más pobre que las ratas, acababa con la morena macizorra comiendo de su mano (sí, sí, hay chiste fácil). Se ve que eso gustó a muchos, lo que me lleva a sospechar que hay muchos frikis muy necesitados de mujeres guapas.
4) David Arnold, caballeros. Y casi recién llegado a la industria.
5) El perdedor tornado en triunfador, el pecador que se redime por sus actos de contricción, el malvado con profundidad de charco que cae rezumando orgullo, los oprimidos que recuperan la libertad, etc.
6) Las armas son terribles, pero la disciplina castrense, el honor y la entrega son admirables. Emmerich parecía dar una de cal y otra de arena para no molestar a nadie.
7) Hay una opinión, extendida entre bastantes comentaristas y que yo comparto, según la cual hay un punto de inflexión en la película justo cuando los protagonistas atraviesan el portal. Hasta ese momento la historia derrocha una ambientación que engancha. Alguien la ha comparado con el Spielberg de los 80. Si no lo es, es un trasunto potable de ella. Sin embargo, es iniciar el viaje y la historia cambia. Se ralentiza, empiezan a desfilar estereotipos, aparecen los habitantes esclavizados, se abre la puerta al humor tonto, hace acto de presencia el facineroso sin apenas perfilar, los personajes demuestran su vacuidad y, en general, se entra en una dinámica pobre que reduce el interés. Si esto hubiera sido un cortometraje que acabase justo cuando Spader se desintegra al atravesar el portal, habría sido de notable alto.