La historia de un triángulo amoroso ambientado en el mundo del tenis. Sexy, ligera, juguetona y... banal. Guadagnino dota de atractivo un deporte muy poco cinematográfico (imposible hacer más virguerías visuales, ¡no hay más sitios donde poner la cámara!), pero desperdicia la oportunidad de ahondar en el componente psicológico, vital en ese deporte. Zendaya, que me gusta pese a sus mohínes, O’ Connor y Faist tienen química y están sensacionales. Negaré haber rajado de Reznor y Ross, pero la BSO resulta machacante. El clímax final está alargado y, para cualquiera acostumbrado a ver tenis, bordea el ridículo.

@pildoras_de_cine