Fin de la saga dirigida esta vez por Jean-Pierre Jeunet, director al que le debo seguir explorando en su filmografía por las notables cintas que he visto de él, aunque esta no se vaya a contar entre ellas.

El final de la anterior debaja todo cerrado y convertía en innecesario el continuar con la saga. 200 años después de la muerte de la protagonista, es clonada, por la obsesión de siempre de conseguir un alien y usarlo para fines militares.

Aparte de usarla a ella como "madre", cultivan un criadero de aliens para experimentar con ellos, saliéndoles bien pronto y como era de esperar, el tiro por la culata y encontrándonos de nuevo en una encrucijaza de supervivencia, acción, mirar a los de la compañía de reojo mientras matas a los aliens y jugar a adivinar quién será el androide esta vez.

Tampoco elige mal reparto el director, trayéndose a alguno de los actores que se pueden ver en sus famosas películas de procedencia francesa, formando un grupo, en esta ocasión de mercenarios, que acompañarán a Ripley en su aventura.

Está es ya una película de acción pura y dura, de ver como uno tras otro van cayendo con el aliciente de un toque más sangrieto y bruto que en las anteriores y con una exageración buscada que algunas veces le sienta bien y en otras no tanto. Algo se nota también la mano del director en el apartado visual.

Más allá de los aliens más inteligentes, que esquivan balas o nadan como delfines, más allá de lo innecesario de esta entrega, lo que más me molesta es como se cargan a un personaje como Ripley, con esa clonación mutada medio humana medio alien que se tira medio metraje olfateando a la gente y abrazando aliens.

Nota: 4'7

En twitter: @er_calderilla