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España España · Madrid
Voto de dcoboper:
7
Drama. Comedia Julián y Tomás, dos amigos de la infancia que han llegado a la madurez, se reúnen después de muchos años y pasan juntos unos días inolvidables, sobre todo porque éste será su último encuentro, su despedida. (FILMAFFINITY)
22 de enero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mesa para dos, por favor. Sí, esta es una película de dos amigos que se desarrolla prácticamente en lugares donde los vemos sentados con buena comida y, cómo no, siempre con una copita de vino. Son muchas las películas donde parece que el precio de la misma se basará en los protagonistas. En este caso, la pareja formada entre el siempre impulsivo, temperamental pero siempre tierno Ricardo Darín (Julián) y el tan sencillo como polivalente y sorprendente Javier Cámara (Tomás). Es un placer seguir viendo crecer a este último como actor, y aún le queda munición, tranquilos.

¿Y qué pasa con Truman? Sí, el bueno de Truman es el querido perro del protagonista, Julián. Que no os engañen, el carismático animal es una excusa en la que girar. Pero es esta una historia sincera sobre la amistad con un trasfondo muy real sobre la enfermedad que parece acecharnos a todos. Ante el implacable avance de ésta, Julián empieza a organizar sus decisiones finales, dando vital importancia a encontrar un futuro dueño para su inseparable compañero. Desde el principio del filme queda claro que será una historia de dos, aunque todo gire en torno a uno. El resto de personajes vienen y van, menos por supuesto Paula, un atractivo torbellino argentino que consigue revolucionar la película cada vez que entra en escena.

Ricardo Darín consigue con creces elaborar un papel de un hombre que se siente conocedor de su destino, sabe que quiere controlar sus decisiones en el tiempo que le quede, sin depender de hospitales ni terceros que le digan lo que tiene que hacer. A pesar de la valentía que demuestra, hay ciertas cosas que se le escapan de su alcance. Y es aquí donde aparece nuestro leal Tomás. Llegado desde Canadá, no duda en pasar unos días con su amigo tras conocer su situación actual. Qué fácil es todo con dinero, ¿verdad? Las cuatro intensas jornadas que se regalan la pareja protagonista no tiene desperdicio.

Pasan los minutos. La película no se hace larga en ningún momento, se agradecen estos filmes tan llevaderos, supongo que el carisma de los personajes tiene también parte de culpa. Se va viendo por dónde puede acabar la historia conforme nos acercamos al final, la complejidad de la trama no existe: es una historia de dos amigos que se quieren, no hay que buscarle más. Vemos la vida pasar y las personas con las que hemos compartido tanto siempre estarán ahí, por mucho tiempo que estemos sin verlas. Detalles de realidad como la llama de Paula siempre acentúan películas que cuentan historias del día a día.

Son muchas las películas, como decía, que basan su precio, su nivel, en los protagonistas. ¿Habría sido esta historia lo que es con otra pareja principal? Sí, por supuesto. El cine, cual ciencia, acepta varias mezclas y siempre proporciona distintos resultados; unos buenos, otros mejores (de vez en cuando algún desastre). Truman es una fórmula que funciona, contada por dos amigos que son dos profesionales y que les va al dedo el papel, a lo que les añaden un perro con cara de bueno que aparece en contadas escenas, como esa gente que viene y va, pero que insuflan vida y acompañan a la pareja en este paseo por la triste realidad. Ojalá y, si nos llega a tocar, tengamos a nuestras personas más queridas que nos ayuden a tomar esas últimas decisiones.
dcoboper
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