Nueva incursión de los Coen en el surrealismo y el esperpento con esta comedia costumbrista, alegre y, en algunos momentos, de excesos rocambolescos.

Ya en los mismos créditos iniciales sorprende que esté basada (muy libremente, eso sí) en la inmortal "Odisea" de Homero. ¿Ulises paseándose por el Mississipi? Cuesta creerlo hasta que vemos quién es Ulysses (George Clooney) y su primer encuentro con un elemento de la fauna autóctona: un invidente visionario, cual oráculo homérico. Ya entonces nos podemos hacer una idea de por dónde van a ir los tiros... ilusos de nosotros, tratándose de una película de los Coen.

Efectivamente, Ulysses y sus dos compañeros de fatigas (Turturro y Tim Blake) recorren la América profunda en busca de un botín de 1,2 millones de dólares, supuestamente guardado por el cabecilla del grupo. En su camino se encontrarán con todo tipo de personajes que recuerdan a algunos episodios del poema de Homero, tales como el encuentro con el Cíclope (un tuerto John Goodman), o las sirenas que cautivan al grupo y acaban convirtiendo, supuestamente, a uno de los miembros en un sapo. Por supuesto, no falta la Penny (Penélope) a la que busca Ulysses, interpretada por Holly Hunter.

Las situaciones bizarras se suceden entre unos escenarios sureños bañados en oro, bautismos multitudinarios, encuentros con el KKK e intrigas políticas de andar por casa. Todo muy "redneck", en donde no falta la verdadera protagonista: la música country más folklórica y alegre, con sus banjos y vocalistas nasales. George Clooney se atreve a cantar una canción que tuvo cierto éxito y se añade a una banda sonora de melodías country que la hicieron ganadora de un Grammy en 2001.

George Clooney está especialmente acertado como un lacado y maniático seductor, el "cerebro" del grupo tan variopinto que lo acompaña.

Recomendable por su planteamiento y diversidad, aunque poco recomendable para los que se agobien con el humor surrealista de los Coen, pues en "O Brother!" hay para dar y tomar.