“Impostor” es una obra menor del prolífico Phillip K. Dick, probablemente uno de los autores de ciencia-ficción cuyas obras han sido de las más adaptadas al cine. El filme de Gary Fleder sitúa la acción en el año 2079, en el que la Tierra está en guerra con una raza alienígena llamada Centauri. Una organización gubernamental llamada ESA, encargada de la defensa secreta, acusa a un científico, Spencer Olham (Gary Sinise, nuevamente metido en líos futuristas) de ser una especie de cyborg de los Centauri portador de una bomba para cometer un atentado. Olham se pasará toda la película escapando de los agentes e intentando obtener pruebas para defender su identidad.

La trama contiene muchos temas propios de la obra de Dick: personajes perseguidos, cyborgs y problemas de identidad. Fleder enmarca la acción en una ciudad futurista, cuya estética recuerda muy mucho al Los Ángeles de “Blade Runner” (1982), otro filme basado en una novela de Dick. Además de su estética visual, también recuerda a la cinta de Ridley Scott en el tema de la identidad del protagonista, o en la persecución de la policía hacia los replicantes. Pero al primer vistazo se comprueba que esas reminiscencias se quedan en eso, en meras ideas copiadas, ya que “Impostor” es, en cuanto a planteamiento y ejecución, totalmente distinta a la obra maestra de Scott. Si recoge algunos aspectos de la misma es tan sólo por la igualdad de temáticas de la bibliografía de Dick.

“Impostor” se revela como una cinta de ciencia-ficción al uso, sin motivaciones especiales, sin discursos relevantes y sin profundidad en el guion. El ritmo que le imprime Fleder la beneficia, dotando a la trama de una intensidad que de otra forma hubiera sido inexistente, aunque se hace difícil mantenerla ante la evidente falta de recursos en cuanto a efectos especiales o escenografía. De hecho, la película presenta altibajos de interés, los cuales se hacen más intensos positivamente en los minutos previos a la huida de Olham, y especialmente en toda su parte final. El resto del metraje resulta interesante, pero demasiado convencional.

No podía estar más de acuerdo con Kevin Thomas, crítico del Los Ángeles Times, que dice: “Es probable que sea mejor apreciada por los fans acérrimos de la ciencia-ficción, y por los admiradores de Dick en particular”. Tan de acuerdo estoy que le pongo un muy meritorio 6, pues soy incapaz de no ser tolerante con los muchos fallos que tiene debido a mi debilidad incurable por la ciencia-ficción.