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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
6
Ciencia ficción. Aventuras. Fantástico Una expedición científica británica viaja a una remota meseta de la selva brasileña. Allí encuentran hombres prehistóricos y toda clase de dinosaurios en esta adaptación de la famosa novela de Sir Arthur Conan Doyle. Los efectos especiales corrieron a cargo de Willis H. O'Brien, un pionero de la animación en el cine que desarrolló la técnica de simular la animación por medio de figuras de goma con estructuras metálicas que se movían ... [+]
16 de agosto de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de que Ray Harryhausen se sentara en el trono del stop-motion, un tal Willis O’Brien ya hacía sus pinitos con esta técnica a mediados de la década de los 10. Sus espectaculares resultados en pantalla todavía siguen asombrando a mucha gente a pesar del evidente paso de los años, y quien no me crea no tiene más que acercarse a una de las cumbres del stop-motion, “King Kong“ (1933), donde O’Brien nos hace partícipes de todo su talento.

Ocho años antes de “King Kong”, se adaptó a la gran pantalla la famosa novela “El mundo perdido” de Sir Arthur Conan Doyle. El filme, con una pequeña introducción del mismo Conan Doyle, trata de una expedición británica a una zona inexplorada de Brasil en la que el tiempo parece haberse detenido: aparte de los esperados caimanes, guacamayos, jaguares y osos perezosos, los exploradores encontrarán primates evolucionados (hacen referencia al eslabón perdido) y, lo más extraordinario de todo, dinosaurios vivitos y coleando. Con estos últimos, O’Brien despliega sus conocimientos y nos regala un bestiario stop-motion muy interesante: alosaurios, pteranodons, triceratops, tiranosaurios, brontosaurios… todos ellos nos parecen simpáticos hoy en día con la perspectiva que da el tiempo, pero para la época el realismo conseguido debió ser muy notorio.

“El mundo perdido” es una cinta entretenida, un clásico del cine de aventuras que sigue tocando resortes entre el público del siglo XXI gracias a su influencia en el cine posterior. Cabe destacar la parte final, en la que un gigantesco brontosaurio se pasea por Londres, imitada posteriormente en “King Kong” y homenajeada por Spielberg en “El mundo perdido” (1997), la secuela de “Jurassic Park” (1993) en la que un tiranosaurio se pasea por las calles de San Diego.

Recomendable.
Richy
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