Reaper es una serie bastante pobre, pero tengo que confesarlo me suele sacar bastantes risas con cada capítulo, y sobre todo entretiene.
El capítulo piloto es bueno, pero a medida que avanza la serie se hace un poco repetitiva, se convierte en una continua cazería de almas con toques de humor, pero con pocos matices entre los capítulos; algo que a mitad de la primera temporada empieza a cambiar y mediante otras subtramas comienza a tener más interés y por qué no, enganchar.
La segunda temporada sigue la línea de la parte final de la primera, añadiendo personajes y no centrando toda la trama en el trío protagonista.

Los personajes son tópicos, pero no por ello dejan de ser buenos; Sam, el protagonista absoluto de la serie, el típico chico bonachón al que a pesar de que al principio lo de ser cazador de almas se le queda grande, poco a poco va madurando y envalentonándose. Sock, el típico amigo alocado con unos planes e ideas absurdas que no siempre salen como está previsto; Ben, el amable, amigo de los animales, educado etc.; y Andi, la chica del protagonista, sensata, responsable y guapa. Este cuarteto es el eje de la serie y a través de ellos vas viviendo sus aventuras y cómo no, terminas cogiéndoles cariño, sobre todo al siempre carismático Sock.
También destacar a Ray Wise en su papel de Diablo, con ese humor inteligente y a la vez retorcido, con la mejor interpretación de la serie. Y hacer mención a esa gran galería de secundarios: Gladys, Ted, Nina (pff cómo está), Steve y Tony, el padre de Sam, la abuela de Ben, o el chuleta de Morgan.

En resumen, una serie que probablemente no sea de las mejores de la actualidad, pero que si te dejas enganchar por la trama te gustará.