En un inicio opta por agregar escenas de la primera y segunda parte del anime. Y las secuencias son abiertamente reconocibles. Partiendo desde el argumento, es una precuela tanto en los primeros acontecimientos como de personajes. En este sentido, 'Ghost In the Shell' (2017) se define como una adaptación muy libre diferenciándose por mucho del contenido original. Tanto en forma como en fondo. El motivo es claro. Se ha decidido cambiar casi todo el planteamiento para acercar y conectar con un público más extenso y general. Nada de contenido filosófico o complejidad, apenas dos líneas de guión. Y precisamente en el guión, en el fondo, se ha sustituido el mensaje original por uno mucho más optimista y esperanzador de cara a la humanidad. Apartando diferencias creativas abismales, esta película trata sobre la vuelta a los orígenes, la pérdida de la identidad, sumando intriga y más acción. Agregando un hilo conductor sobre conspiración y venganza. Tratada con sencillez, con la ligereza que se suele emplear en un blockbuster.

En el apartado de actores, Scarlett Johansson y su interpretación es extraña. No transmite la dureza, ni la madurez del personaje. Aunque si nos fijamos, es una película que da pie a que la protagonista evolucione. Físicamente si es convincente, pero la fragilidad que reside en el personaje no me termina de convencer, por mucho que el guión lo ordene. Los demás actores cumplen con su labor, sin ofrecer nada extraordinario.

Los mayores fans de la de 1995 se pueden llegar a sentir impotentes o decepcionados, tras observar que esta película de acción real conserva muy poco de aquella. Solo escenas que sirven como referencias. Aquellos como yo que no se cierren en banda y acepten que esto es una readaptación demasiado anárquica, podrán disfrutar sin complejos de una historia convencional, vista ya otras veces en el cine, con buenos efectos y entretenida acción.