Si como ya fueramos testigos de que Richard Lester no era el tipo apropiado o que no le daba ese toque brillante y aventurero que Donner dió a la primera parte, aquí aumenta esa posibilidad hasta el punto de darnos contra la pared y pensar que esto va en una dirección equivocada completamente. Tres años después volvería allá por el 83' con una nueva película del hombre de acero, y en esta ocasión con un Christopher Reeve más maduro y la clara participación errónea de Richard Pryor, un comediante que ya daba sus primeros pasos con comedias de la época, con un humor que creaba simpatía en el público por aquellos tiempos. Esto es justamente lo que no funciona en esta tercera parte.

Después de que Superman lidiara la batalla por el fin del planeta al general Zod y sus aliados y a la vez viviera una historia de amor con su correspondiente amor platónico, la reportera Lois Lane, volvemos a suspirar por ver de nuevo al hijo de Kriptón en las andadas. Ahora se las tendrá que ver con un programador informático que hace de las suyas e intentará junto a un millonario director empresarial hacer del mundo lo que desea para sus propios caprichos.

Inicialmente ya vemos lo que trata de implantar Lester en su película, con una serie de acciones humorísticas que traen la bienvenida a Superman. Una fotografía más depurada hace que veamos con muy buenos ojos al actor que encarna al protagonista. Como si se tratara de un chiste malo, la mano del director no funciona a la hora de dar el co-protagonismo a Richard Pryor. Con una situación característica volvemos al Daily Planet en donde se nos presentan a personajes de cintas anteriores, más seriedad en cuanto a su puesta en escena y una ausencia infinita es la que se da a dichos componentes. Ahora eso sí, Clark Kent ya no depende de Lois y la idea de que vuelva al lugar donde creció, Smallville no es mala pero resulta aborrecible cuando lo único que encuentra son más que tintes de humor una vez más. Es cierto que los efectos tanto especiales como visuales están a la altura, y que Superman obtiene más responsabilidades, más deberes a los que atender pero todo se convierte en una auténtica desfachatez en el momento que la tiranía del filme es una excusa sin ningún sentido, y a partir de ahi es donde el guión echa abajo toda la película. Desde aburrida hasta llegar a ningún tipo de coherencia por el planteamiento que recogen los hechos acontecidos. Richard Lester fuera del guión y en su labor como director no llega a más que a un simple ridículo por "dar bola" a algo insostenible y ruín para tratarse de las aventuras de Superman. Aún asi detrás de la cámara se desenvuelve mejor que en la anterior y produce un correcto trabajo sin olvidar ese tipo de humor que le sobra al filme.

... sigo en zona spoiler!