Con la segunda parte de las aventuras de los inolvidables juguetes de la primera (Buzz Lightyear, Woody, etc..) Lasseter y su equipo de los estudios Pixar lograron una obra realmente antológica, llena de inteligentísimo y brillante dinamismo, con un soberbio guión, que la hacen un producto indiscutible e irrechazablemente gracioso y genial.
Los juguetes de la primera parte acaban adquiriendo rango de personajes auténticos, con dilemas morales y verdadera alma, la acción que se cuenta está desarrollada de manera magistral, medida y tratando al espectador desde los 3 a los 90 años con el mismo respeto, inteligencia y comprensión. Una jodida delicia. Y como el niño golosón y hambriento digo: "Más, más, quiero más". Hagan la tercera, por favor, y que den por el culo a los anillos, las galaxias y la madre que los fundó.