Fue la primera película de Louis Malle y por encima de todo supone dos cosas: en primer lugar que no solo fue Orson Welles y su "Ciudadano Kane" el único capaz de hacer una obra maestra de su primera película como nos cansamos de leer y escuchar a los críticos; en segundo lugar, que vista toda la filmografía de su autor, "Ascensor para el cadalso" es, sino la mejor, de los tres mejores de su filmografía.
El argumento: un hombre (Ronet) asesina al marido de su amante (Moreau), en el edificio de trabajo, puesto que el segundo es el jefe de una compañía de negocios militares. Este asesinato está perfectamente preparado junto a la mujer. Sin embargo, todo se tuerce cuando el hombre queda atrapado en el ascensor...
Una película literalmente perfecta en su arranque y primera media hora, apoyada en su genial argumento, el cual está espléndidamente adaptado al lenguaje cinematográfico, demostrando en Malle una maestría precoz e inquieta.
Redonda, llena de matices y con un aire de pesadilla kafkiana involuntaria, estamos ante un clásico memorable. Gran interpretación.