Parasite

Grato momento, con un cine con tomas y escenarios, perfectos, limpios. Trama original con uso de recursos muy conocidos en el humor bien expuestos.

Pues "Parásitos" bien merecida tiene su fama. La verdad es que es de lo mejor de este año y probablemente en el top 10 del último lustro (mi memoria me falla mucho, pero me ha dejado impresionado como para apostar por ello, la última que recuerde que me impresionara así puede ser La Gran Belleza -aunque la italiana es mejor-). Una buena historia, un guión estupendamente llevado y una gran fotografía se conjugan para producir una película muy sólida que por detalles escapa a ser sobresaliente. Y es que para mí esos detalles son muy chocantes: todo está tan bien trabajado que llama mucho la atención cómo se ha dejado ciertos detalles que en una película menor a lo mejor no nos hubiéramos dado cuenta, pero aquí, por estar todo tan medido, parece que se ha hecho a la ligera. Y sobre todo el final, allí donde todo podría haber sido más épico, más retorcido y más delirante, y/o donde el director podría haberse lucido más, se queda en una parte del film que no acompasa al resto. Se vive más tensión en las tres primeras cuartas partes del film que en el cuarto final, y eso pesa. Pero, por supuesto, como decía y aunque releyéndome finalmente pueda parecer lo contrario, realmente es una película de notable alto y que merece muchísimo ser vista.

PARASITE (2019)
Dirección: Bong Joon-ho

Galardonada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes, presentada en el Festival de Toronto (TIFF), y con varias nominaciones de la Academia, incluyendo Mejor Película, “Parasite” es una obra maestra, y su realizador surcoreano, uno de los mejores directores de la actualidad.
El planteo inicial presenta a un padre de familia, Kim Ki-taek (Song Kang-Ho), que sobrevive, junto a su mujer y dos hijos, en una mísera vivienda en los suburbios, obteniendo algún dinero vendiendo cajas de pizza y robando wi-fi de un bar cercano.
Min, un amigo de Ki-woo (Choi Woo-shik), el hijo de esta familia, le propone presentarlo como tutor de inglés de Da-hye, una jovencita adinerada, que vive con sus padres y su hermanito menor en una lujosa casa. Ki-woo duda, pues se siente un perdedor, sin auténticas credenciales para el trabajo, pero finalmente acepta.
En tono de sátira y con escenas hilarantes y muy tiernas, los cuatro miembros de la familia pobre, se enquistan en esta residencia suntuosa de la familia Park, también de cuatro integrantes. Ki-jung, la hermana de Ki-woo, como tutora de arte del pequeño hermanito y poco después su padre y su madre reemplazan al chofer y al ama de llaves. Cuatro farsantes con un plan perfecto.
Con una impecable narrativa visual, ritmo sostenido y la brillante colaboración del director de fotografía Hong Kyung-pyo (“Burning”), la trama avanza hacia lo insospechado, manteniendo el suspenso, donde la cámara descubre espacios interiores inquietantes y sucesos que van desbaratando ese perfecto plan hasta la desmesura y transformando el film en un thriller hacia el final.
Sin pretensión moralista ni aleccionadora, Bong Joon-ho pone la mirada en la desigualdad social, la frivolidad y el desprecio que sienten algunas personas hacia otras. Las alusiones a los olores de la pobreza, las crudas imágenes en la secuencia de la lluvia torrencial, y planos que hablan por sí solos, conmueven sensiblemente en este sentido e imprimen gran potencia dramática, cerrando el desgraciado círculo de indignidad que subyace en el sistema social de superficie límpida y opulenta.
Sin duda “Parasite” es una película para mirar, admirar, ver más de una vez y analizar, como uno de los grandes films de la historia del cine.

Normalmente los premios no me importan lo más mínimo pero me sorprendió que una película no rodada en inglés fuera nominada al Oscar a la mejor película, siendo la primera vez que pasa que yo sepa. Y aún más que haya ganado, demostrando que los académicos de Hollywood tienen mucho mejor gusto y sobre todo son mucho más valientes de lo que pensaba. Esto y las excelentes críticas me animaron a verla a pesar de no haber visto nada de su director, al que seguiré a partir de ahora porque con Parásitos ha probado tener un enorme talento.
Esta es una magnífica película muy bien escrita pero sobre todo espléndidamente dirigida, montada e interpretada que consigue llevar al espectador por donde quiere, haciendo que ría (con un humor que por lo general es bastante negro), lo pase mal, esté en tensión, se emocione e incluso se crea algunos momentos un poco inverosímiles, que en mi opinión son el único fallo de la película. Y todo eso lo hace sin que se note, que es lo más difícil y mezclando distintos géneros de forma magistral, con la ayuda de un reparto en estado de gracia y de unos diálogos geniales.
Pero además Parásitos es cine social en su mejor vertiente, una feroz y durísima crítica a la sociedad capitalista, en la para que unos vivan por todo lo alto otros sobreviven en la miseria y a la forma de relacionarse de las distintas clases sociales en dicha sociedad, con unos ricos acostumbrados a ser obedecidos que desprecian a los demás y unos pobres capaces de cualquier cosa con tal de mejorar su situación. Y también da una visión de lo más pesimista y desesperanzadora del ser humano, por lo que realmente me ha sorprendido su triunfo en los Oscar.

Película que empieza como una comedia, pero las circunstancias de los protagonistas se van torciendo poco a poco, convirtiéndose en terror y suspense. Se tiene que reconocer que Bong Joon-ho se le da bien lo rocambolesco, con Snowpierce, The Host o la mejor para mi gusto Okja.