Obsesión mortal

Dave Garland es un locutor de radio nocturno al que le gusta la música y el show. Es decir, disfruta con su trabajo, profesión que comparte con uno de sus mayores hobbies: las mujeres. Así, una noche cualquiera terminará conociendo a Evelyn, una fémina que le resultará extrañamente conocida. "Play Misty for me", le dice una voz femenina al otro lado del auricular noche tras noche. Es la voz de Evelyn, ahora de cuerpo presente en la barra de un bar cualquiera de California.

Tenebrosa cinta a través de la cual se estrenaba Clint Eastwood en el mundo de la dirección. No era un mal debut, ni mucho menos. El hoy considerado maestro entre maestros conseguía crear una inquietante atmósfera, allá por 1971, gracias al perturbado personaje a quien daba vida Jessica Walter, locomotora sin frenos que se convertía en el motor de combustión de esta historia.

Convincente intriga servida con oficio en la que Clint Eastwood nos narraba un violento relato que viajaba directo hacia el paranoico mundo de la obsesión. Una pesadilla plasmada con terror y turbiedad en la que sufriremos de lo lindo, junto al apuesto galán protagonista, al ver fluir por nuestra sangre el veneno que supone Jessica Walter. Recomendada.

Ópera prima del gran Clint Eastwood en lo que a dirección se refiere. Basada en un relato de Jo Heims, “Escalofrío en la noche” es un thriller de suspense en el que un locutor de radio local se ve acosado por una peligrosa oyente, hasta el punto de que su vida y la de sus personas cercanas comienza a correr peligro.

Podríamos destacar tres grandes influencias en esta película. Por un lado, Eastwood se convirtió en heredero de ese fantástico pulso narrativo que Don Siegel sabía conferir a sus películas. Por otro, las reminiscencias con respecto a “El seductor” son más que evidentes. Y, en tercer lugar, el gusto del protagonista por el jazz queda patente en toda la producción. Aunque sería injusto obviar la influencia hitchcockiana, ya que algunas secuencias dramáticas guardan cierta similitud a la archifamosa “Psicosis”.

En cuanto al elenco, tenemos al señor Eastwood muy propio en un rol diferente al que suele encarnar (nada que ver con Harry el Sucio). Aunque si alguien destaca de todo el reparto es Jessica Walter; se mete tan de lleno en su psicótico papel que haría palidecer a la mismísima Glenn Close (de hecho “Atracción fatal” es una copia descarada de este filme). Es aquí donde Eastwood comenzó a demostrar ese don que tiene para trabajar con los actores. En concreto, la mencionada intérprete nunca volvería a repetir una actuación similar, quedando casi relegada al mundo de la televisión. Como curiosidad mencionar que Don Siegel aparece brevemente como secundario, sin duda un sentido homenaje en forma de gratitud de Eastwood hacia su maestro.

Así pues, Clint Eastwood logró salir más que airoso de su primera experiencia tras las cámaras con esta película, en la que uno llega incluso a pasar miedo, sobre todo por lo impredecible de la malvada protagonista femenina. Demostró dominio de la cámara, sobriedad narrativa y capacidad para sacar el máximo de sus actores, algo que muchos realizadores no logran dominar en toda su carrera. Así comenzó la leyenda de quien posteriormente sería calificado como uno de los grandes clásicos del cine.

En la recordada novela, “Lolita”, que el ruso, Vladimir Nabokov, publicara en 1955, se nos habla de un niño que estuvo enamorado de una enferma terminal que vivía en un principado junto al mar y que se llamaba Annabel Leigh, una variación en recuerdo de Annabel Lee, el nombre que, el gran Edgar Allan Poe, utilizara en el último poema completo que escribió antes de su muerte y en el cual hace referencia a un hombre que sigue amando a una mujer que ha fallecido (probablemente su esposa, Virginia Eliza Clemm, a quien había perdido dos años atrás) y a quien conociera desde que eran niños.

Este famoso poema, vuelve ahora a colación en ésta dramática y terrorífica historia que pretende demostrar cómo, los grandes seductores de pronto se encuentran involucrados en los más bochornosos líos. Se demuestra aquí de nuevo la frase que, en Sabiduría 11:16 de la Biblia, reza: “Las cosas con que el hombre peca, esas mismas le sirven de castigo”.

Historia de celos patológicos en una mujer que sufre trastornos de personalidad por afectaciones de las que nunca se nos habla, pero que sin duda existen, <<PLAY ‘MISTY’ FOR ME>>, un efectivo título (neciamente cambiado en nuestros países) tomado de una de esas frases que es una suerte de latente advertencia como las que suele darnos el universo, pero de las que, rara vez conseguimos acusar recibo, se convierte en un interesante estudio sobre los afanes posesivos, que hubiera podido ser brillante si el novel director, Clint Eastwood –quien tenía aquí su opera prima bajo la égida del ímprobo Don Siegel, a quien también tendría como actor en el papel del barman Murphy- hubiera sabido sacar a sus personajes de los estereotipos característicos del más burdo cine de terror. Porque, no cabe duda de que, con lo que hemos visto, la conclusión a la que se puede llegar es que el disk-jockey es una pobre víctima y, Evelyn Draper, una abominable mujer. De esta manera, se nos lleva a sentir una improcedente complacencia con la apocada resolución por la que se opta.

De nuevo, el cine y la realidad suman otra dosis de misoginia, con una sesgada visión de la realidad que bien pudo haber empezado en el guion de Jo Heims y que, Eastwood, no tuvo la capacidad para haberla enderezado como merecía. A fin de cuentas, todavía eran años en los que la visión del mundo era bastante corta, y la sociedad en que vivía, harto rezagada.

El filme ofrece algunos detalles curiosos: El nombre de la emisora donde trabaja Dave Garver se llama KRML (sigla derivada de Carmel, quitándole las vocales, ciudad donde transcurre la historia). “Misty” es un tema de jazz compuesto, en 1954, por el pianista Erroll Garner (de aquí se deriva Garver) que, luego de que él la grabara, se conocerían muchas otras versiones, incluida una con letra, cantada por Johnny Mathis. Permitir que se usara en el sentido que tiene en el filme, no creo que le haya hecho un gran favor al tema, pues, ya no ofrece solaz sino que trae a la memoria recuerdos muy desagradables.

Para recordar, la fuerte actuación de, Jessica Walter, quien, como Evelyn, consigue impactar con sus sorprendentes reacciones. El resto, creo que es fácil, muy fácil de olvidar. Pero vendrían tiempos mejores para el amigo Eastwood, cuando empezó a relacionarse con otras personas que le ayudaron a tener una visión más amplia del mundo.

Título para Latinoamérica: OBSESIÓN MORTAL

Buen comienzo de Clint Eastwood en el mundo de la dirección, con una historia que demuestra que las obsesiones y celos no son solo afectan tanto a hombres como a mujeres.
Resulta aterrador hasta que nivel puede llegar la obsesión por una persona. Aquí Clint interpreta a la victima, un locutor de radio, amante y apasionado de las mujeres, que realmente desea sentar la cabeza con la mujer que verdaderamente le gusta.
Con astucia, consigue atraparnos en su envolvente soga de tensión y suspense, asfixiándonos como la protagonista hace con su personaje. No es una obra maestra, pero es un buen comienzo.

Clint Eastwood ha tenido la gran suerte como actor de trabajar al lado de dos impresionantes realizadores como son Don Siegel (La Jungla Humana; el Seductor) y Sergio Leone (Por un Puñado de Dólares; la Muerte tenía un Precio; el Bueno, el Feo y el Malo). De ambos ha heredado su estilo y ha sacado rendimiento en todas sus películas en sus principales géneros conchabados entre sí; el oeste y el thriller de acción. Pero toda inspiración tiene un debut.

Eastwood (todavía no encasillado en sus malsanas interpretaciones del inspector Harry Callaghan pero sí consolidado como el rudo vaquero de mirada gélida en los “spaghetti-western” de Leone) se puso tras las cámaras también para rodar su personaje: Dave, un seductor y popular locutor radiofónico con crisis sentimental que es asediado constantemente por Evelyn (Jessica Walter) una radioyente y fanática admiradora suya que cada noche le llama en su programa rogando: “pone “nebulosa” para mi…”

La situación llega a tal extremo que ella se le presentará en el bar donde toma su última copa del día, (Siegel hace una pequeña aparición como barman) y de allí hasta llevándole la cesta de la compra, preparándole una magnífica cena romántica con unos perplejos resultados por parte de él (tiene una tormentosa relación con Tobie (Donna Mills) su amor platónico) que en un principio de indecisión desembocarán a acoso por parte de Evelyn.

Eastwood firmo y salió bien parado con éste thriller psicológico que casi roza el terror (puede haber ayuda de Don Siegel en el intento) pero fue un paso adelante para que el futuro realizador de obras maestras como “El Jinete Pálido” (Pale Rider, 1985), “Bird” (1988) o “Mystic River (2003) llevara adelante su nueva faceta como director con su productora Malpaso.