La casa de las dagas voladoras

Decorados, vestuario, maquillaje,etc muy pero muy bonitos. Pero porqué le tengo que perdonar al cine chino algo que jamás le perdonaría al cine occidental. Este tipo de historias tienen manga ancha, si quieres que las dagas vuelen 500 metros y sigan a uno como un ave de rapiña, pues lo haces y ya está, y si quieren que las ardillas del bosque hablen, pues tambien. Vamos a ser sinceros, estas películas tienen guiones imbéciles. Tu , yo o cualquier otro haría cinco guiones en un día. Sin el vestuario, el maquillaje, el colorido y lo atractivo de su exotismo nadie hablaría bien de ella. Os imaginais esta película hecha en Alemania con ciudadanos alemanes y alemanas. Menuda bobada.
Pero Los siete samurais de Kurosawa sería una obra maestra incluso con pigmeos, y es que una película para ser buena tiene que tener algo más que exotismo.
Si la hubiesen lllamado Tigre y Dragón II ya nos dejarían claro lo que nos viene encima, pero es mejor disimular.
Os juro que Tigre y Dragón III no la veo.

Pura estética, de una belleza inenarrable. La coreografía es sensacional y la batalla en el bosque de bambú impresionante y qué decir de la fotografía...sin igual. Una historia de amor contada de una forma nada convencional y de un preciosismo que arroba. La música igualmente ideal y sobre todo la última canción me ha llegado muy adentro.

Un deleite para los sentidos. Arte hecho cine.

No os la perdais

Me encanta, me fascina, creo que ya voy por el cuarto visionado y sigue causándome cuando menos el mismo impacto, no creo en la imparcialidad y no me cuesta nada admitir que no lo soy, me pueden los sentimientos, las emociones. Con esta película soy muy parcial, al declararme fan incondicional perderé credibilidad, pero es lo que me pide el cuerpo, alabarla hasta límites que sin duda para algunos pueden ser difíciles de comprender.
He leído que es como una catarata, como un tsunami, una obra de arte, un espectáculo, y quizás lo más bonito que he leído firmado por un crítico americano, es esta frase “Por momentos te roba el aliento y por momentos te roba el corazón”. Estoy plenamente de acuerdo con todo ello y añado. Visualmente perfecta, los escenarios increíbles, las luchas sin parangón, lo que sucede en el bosque de bambú sin duda será de una enorme fantasía, pero también de una belleza y una excelencia sin igual.
Y por si todo ello fuera poco, nos regala una historia de amor que nada envidia a Romeo y Julieta, contada con una sensibilidad y unas interpretaciones que te ponen la carne de gallina, nada de cursiladas, no sobran frases ni imágenes, tampoco faltan, todo está en su justa medida. Para redondear la faena nos entrega un final a la altura del resto, donde otras muchas películas fallan esta también acierta, un final visualmente precioso, pleno de pasión, en el que florecen los sentimientos por encima del deber. Es magnífico que en el ser humano aunque solo sea de vez en cuando prime lo que nos dice el corazón sobre lo que otros nos inculcan como nuestro deber.
La fotografía es esplendida, la dirección también, el trio protagonista soberbio, pero con todo ello ser mucho, no puedo resistirme a hacer una mención especial para Zhang Ziyi, a su aplastante belleza oriental que luce radiante hasta en las momentos más dramáticos, y como un faro inunda todo con su luz. Me pasa como a Rodríguez Marchante, ahora mismo lo que más me apetece es volverla a ver.

La verdad es que nunca me había interesado en el género, pero un compañero de trabajo me recomendó la web y la película. Desde entonces, aquí estoy. La casa... me enganchó desde el primer momento. No conseguí apartar la mirada ni un solo segundo de la pantalla. Todo el ambiente que rodea la película me fascina, es como si fuera un cuento para niños. Muy fantástica sin ser 'surrealista'. Evidentemente, hay momentos fuera de la realidad pero sin que te hagan pensar que se han 'pasado' de la raya. No tengo mucha experiencia en este tipo de films, pero os aseguro que es posible vea películas mejores pero ninguna me llegará como lo ha hecho La casa... Una historia sencilla pero profunda

Zhang Yimou parece haberle cogido definitivamente el pulso a Hollywood con este film heredero de su anterior obra "Hero", en cuanto al trato coreográfico de las artes marciales, evidenciado ya anteriormente por el exiliado Ang Lee con su premiada "Tigre y dragón".
El film desarrolla un buen argumento lleno de intriga, pasión y acción llevado a cabo bajo una excelente, casi perfecta, fotografía que pone en evidencia la gran belleza de una China inmaculada, lejos del caotismo de las grandes urbes superpobladas, que tan bien sabe reflejar el director.
En cuanto a su pareja de protagonistas, que ya empieza a ser conocida en occidente, y que en su país de origen son verdaderas estrellas, raya a un nivel que ya muchos actores y actrices de Hollywood quisieran vislumbrar en sus glamurosas carreras en las que el talento en muchos casos brilla por su ausencia.