Micmacs

Jeunet se ha vuelto a rebanar los sesos para sacar de su bizarra madriguera estos Micmacs tan personales, visualmente impecables, rimados con frases hechas y construidos con aparatos de latón. También ha vuelto a París y ha rescatado a sus actores estrella para contarnos su particular disparate sobre la industria armamentística, un juego del gato y el ratón urdido por unos simpáticos personajes que viven en una galería llena de polvo e inventos reciclados a orillas del Sena. La novedad es Dany Boon (que lleva el explosivo en el mismísimo apellido), recién llegado al universo Jeunet, que brilla como el Chaplin, el Buster Keaton, el mimo mudo del director más visionario del país vecino.

Jeunet demuestra una vez más su condición de niño prodigio con una película que entra por la vista y que en sus adentros es una crítica a todos los señores de la guerra que se enriquecen a costa de la muerte de inocentes. Ahora bien: si ponemos en fila toda la filmografía del francés, junto a la muela de Marilyn Monroe y las uñas de Winston Churchill, Amélie en primer lugar y luego Delicatessen siguen siendo las mejores paranoias de la franquicia. Micmacs quizás se dispersa hacia el final y su imaginario no resulta tan agréable et charmant, drôle et fou. Ni arrebata ni impacta, pero sí divierte. Aunque si eres uno de esos a los que les enervó el romanticismo de Amélie, ésta es tu película.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities http://cachecine.blogspot.com

Hola , estamos ante una obra “menor” de Jean-Pierre Jeunet que aun siendo una producción llena de estereotipos de otras cintas y de plagios intencionados de otras de sus producciones supera con creces a la basura fílmica que se estrena actualmente en los cines , una cinta que su principal cometido es entretener y divertir al público sin desvincularse de un buen mensaje para la sociedad , y que será una “Delicatessen” para todo aquel que no vaya cargado de prejuicios comparativos de otras películas o que espere escenas tórridas , sangre , o gente guapa porque de no lo van a encontrar , en fin que el público que vaya con buen corazón y con felicidad a verla al cine la sabrá disfrutar , saludos

Nota; Mejor verla en original subtitulada por que el pésimo doblaje le hace perder mucho en la interpretación global de la película

Descubrí a Amelie porque una amiga (de la que estaba enamorado y ella no lo sabía) me invitó al cine a verla en v.o.s. Si no hubiera estado loco por ella, creo que no hubiera ido. Ahora comprendo que en el estado en que fui, Amelie me pareció una película especial. Con el tiempo se marchó el amor, por mi amiga y por Amelie. Creo que las películas de Jeunet son como un cohete, explosivas con una salida espectacular, pero con una bajada fulminante y además se queman. Micmacs se ve con una sonrisa, tal vez un tanto caída cuando ves el exceso de clown que se le exige al protagonista (como a Amelie, Mathilde, o los de Delicatessen). Tal vez su éxito dependa más de la historia que escoja que de la técnica que emplea. De esta última vemos que le sobra. Los personajes son extraños, un tanto forzados y excesivos, pero el cine de Jeunet es por esto que nos transporta a un universo propio muy personal. Me divertí, pero no me marcó.

El estilo del guión y de la fotografía es el mismo de la pelícla "Delikatesen"
Te mantiene atento a la pantalla continamente.
Las interpretaciones son deliciosas.
También es excesivamente efectista, al estilo yanqui. Lo importante es lo sencilllo.
Jeunet está demostrando ser un gran director, el guión es magnífico y la fotografía también.

He leído por ahí que esta película se acerca más a "Delicatessen" que a "Amelie" (ambas obras cumbres del director), pero lo cierto es que, a mi parecer, la recuerdo más como Amelie, sobre todo teniendo en cuenta el protagonismo de un personaje con tanto carisma como aquella, o el Bazil de esta cinta. Y es eso lo que tiene esta película: un personaje carismático sobre el que basa todo el metraje. Pero no se queda sólo ahí. Lo cierto es que la historia gana puntos según avanza. Nos movemos entre escenas completamente cómicos y relatos algo más "entrsitecedores". Es una mezcla entre lo oscuro de una vida de penurias y las luces que llevan a una nueva existencia en la que la familia, la hermandad y el amor se convierten en pilares fundamentales de una persona, Bazil, el sempiterno "auto-cenizo", cuya única solución reside en la resignación. Dany boon lleva a cabo un papel genial que se mueve entre un bobo solemne y un hombre de fuertes convicciones. Cuando éste descubre de quienes emana toda la "mala suerte" que ha girado en torno a su vida, la venganza se convierte en el objetivo number one... y lo hará con una compañía muy notable.
Un buen guión (que no sólido, porque sí es verdad que adolece de cierta lentitud y de caer en redundancias, aunque cómicas) aderezado con una música encantadora (para variar en Jeunet, que nos tiene más que acostumbrados) muy a la altura de "Amelie" y muy por encima de "Delicatessen". Un notable para ella.