Haz click aquí para copiar la URL

Howl

Drama Biopic de uno de los iconos de la cultura norteamericana, el poeta Allen Ginsberg, bisagra entre el mundo beat de los 50 y el movimiento hippie de los 60. Howl (Aullido) narra tres historias entrelazadas: el desarrollo de un histórico juicio por obscenidad en 1957, las revelaciones de un artista rebelde que rompe barreras para encontrar el amor y la redención, y un imaginativo viaje a través de una profética obra maestra que sacudió a ... [+]
<< 1 2 3 4 5
Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
8 de agosto de 2013
Sé el primero en valorar esta crítica
Por mucho que Rob Epstein y Jeffrey Friedman se empeñen, Howl no es una película. Es más bien un documental actuado, cuya única razón de ser es rendir un emotivo y sincero homenaje no sólo a Allen Ginsberg, sino a todos los miembros de la Beat Generation, su peculiar forma de vivir y practicar la poesía, y el legado imborrable que dejaron en el mundo cultural y social del mundo, y especialmente el americano.
El problema, como digo, es que Howl no es ni una cosa ni la otra, ni película ni documental. Es 100% Beat, tiene toda el alma del movimiento, toda su esencia. Pero como película no logra en ningún momento crear un interés en el espectador por los personajes y sus historias, más allá de la magnética personalidad de Ginsberg, encarnado por un inspiradísimo James Franco. Y como documental... pues tampoco lo es, y por tanto tampoco transmite igual sus enseñanzas. Ese es el gran problema de Howl. Hay pasión, mucha pasión por parte de sus realizadores y guionistas por la historia que nos están contando, pero no saben o no pueden transmitirla. Una pena.

Lo mejor: Los actores (atención a David Strathairn, Jon Hamm y un breve Aaron Tveit, el Enjolras de Los Miserables).
Lo peor: Es un quiero y no puedo constante.
Sibila de Delfos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9 de julio de 2016
Sé el primero en valorar esta crítica
Reconozco que antes de encontrarme casualmente con este título, Allen Ginsberg era para mí lo que Garcilaso para Yola Berrocal. Y me atrevo a adelantar que no tengo mucha intención de seguir aproximándome a la vida y obra de este, aunque desconocido para mí, por lo visto reconocido poeta estadounidense. Pero a pesar de mi escaso interés por la lírica contemporánea estadounidense, la película me ha gustado.

Howl es ante todo un homenaje al poema homónimo, que nos acompaña durante todo el metraje. Es éste de aproximarnos a una manifestación artística utilizando otras formas de expresión un ejercicio arriesgado, y por eso considero que Howl es una película valiente. La Joven de la Perla o El Tormento y el Éxtasis son ejemplos de similar registro, pero es esta la única película que recuerde se base en un poema contemporáneo. Tomándolo como hilo conductor, nos asomamos al proceso creativo que se cuece en el seno de un colectivo transgresivo, nihilista y libérrimo, o, en una parte menos interesante para mí, al desarrollo del debate social que siempre generan las obras que se mueven en la fina frontera entre el arte y la provocación gratuita.

Howl es un trozo de buena literatura llevado al cine. Un excelente poema que da a luz una buena película.
AdolfoOrtega
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
29 de marzo de 2011
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lástima que un experimento, que de primera parece muy interesante, no avance ni concluya de la forma esperada. Howl es un filme que propone una mirada, no sólo a la persona de Allen Ginsberg (figura clave para comprender la generación Beat), sino que intenta reflexionar sobre el porqué de su obra y la repercusión de ésta en la sociedad americana contemporánea.

No obstante, la película se pierde en su estructura (cuatro líneas narrativas) que se exponen de manera ejemplar en los primeros quince minutos pero que luego se vuelven reiterativas, tediosas e inconexas para el espectador. De todas ellas, las más interesantes se corresponden con la entrevista y los lugares comunes que el propio Ginsberg crea a modo de recitado para su obra (su imagen también es la más atractiva). Por el contrario, tanto las animaciones (que estéticamente rompen con el planteamiento del film) como el juicio son entidades meramente episódicas que rompen con el ritmo de la obra.

Recurran a Pull my daisy de Robert Frank para entender la cadencia del jazz literario y comprender la influencia de Ginsberg en la Generación Beat y la sociedad americana de una época.
dancesteps
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
16 de abril de 2013
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allen Ginsberg es una figura dentro del arte, al menos dentro de la burbuja contemporánea, que eclosionó cual crisálida en un complejo y poco preparado círculo cosmopolita de la urbe estadounidense. El desarrollo de su personalidad fue decisivo para lo que luego vendría de su mano. Algunos moldes fueron despojados de su exigente forma y la civilización autoproclamada libre hubo de atender a nuevos modos de expresión.

Poeta y libre pensador, dedicó su más que acomodada vida a la búsqueda de un sitio para sí mismo tras enamorarse de Neal Cassady. Su primera experiencia sexual y las dificultades de ser aceptado con independencia de la disposición sexual fueron factores determinantes, así como su clara necesidad de retratar la velocidad a la que se movía la realidad que rodeaba su persona. Bisagra entre la Beat Generation y todo el despliegue artístico y sensorial que inundarían los años 60, Ginsberg fue un gran inspirador de todo un movimiento como el Hippie. Libre de ataduras, las relaciones podían volverse tan flexibles y sensoriales como uno/a deseara, y ese enfoque provocaría la ira de algunos círculos conservadores. También el consumo de estupefacientes, enteógenos y demás drogas supuso un empuje para el arte que en ciernes aguardaba en aquella época. Oscura liberación del espíritu que tuvo que ver en los mismos artistas al mayor de sus detractores, y que poco después de haberse comenzado con un estilo, algunos pretendieron desprestigiar su éxito. Junto con Kerouac, formó una cópula de poesía que daría lugar a muchos más comienzos artísticos.

El biopic "Howl" nos cuenta tres historias alrededor de la mayor influencia beat. Por un lado, la lectura apasionada y honesta de Allen Ginsberg de su famoso poema homónimo. Paralelamente, el propio autor cuenta cómo encontró el amor, la desdicha y el gozo. Y por último, el juicio que se llevó a cabo por el acoso que sufrió su obra, acusada de obscenidad por aquel 1957.

La revelación de su interior, como narración, resulta pobre y sin datos realmente interesantes. Por muy clara y real que se muestre, no emociona tal vez por eso, por su falta de oscuridad. Sin embargo, las ilustraciones para imaginar su viaje interior se hace mucho más mágico. En cuanto al juicio, ya se entrevé desde el comienzo la apología del autor, por lo que no conforma ningún interés el final, incluso aunque no sepamos qué nos deparará. Todo suena preparado para asombrar y enseñar que hubo un tiempo más constreñido sexualmente si cabe. Y no cuela.

Aprender lo que Ginsberg nos cuenta es algo que podemos hacer leyendo su "aullido" sin más, pero viene bien complementarlo con más información, ponerle cara, sentir su desidia, acercarnos a su complejidad, creernos él por un instante. Y el fin de la película es éste. Sin embargo, todo el amor del mundo por el movimiento beat, por la figura del poeta, por la desnudez de la expresión o por la apertura sexual del arte no sirve para hacer una buena película. Además, han de trabajar genios que sepan escribir una historia, que acoplen las imágenes creando sueños, y además, a tono personal, hace falta un actor que, una de dos: o deje una neutralidad con la que conocer al personaje que encarna; o que sea capaz de comerse al original y crear una figura nueva que nos emocione. Por eso culpo, principalmente, a "Howl" de ser víctima de James Franco, quien no consigue en mí poco más que empatía. No convence su aspecto siempre regular, no veo a Allen Ginsberg sino a un tipo intentando hacer de él. Y en ese "intento" reside la poca fascinación que transmite.

Todo el estereotipo estético que conllevó este principio nos llega hasta hoy con aires "vintage", "retro" o "hipster", con cierto amor recolectamos las monturas de pasta, los abrigos grises y ese otoño en las ciudades que tanto enamora a las nuevas generaciones. Por eso esta película podría haber sido todo un icono a nombrar en cualquier conversación cultural para "entendidos", tópico que sacar a relucir entre la élite de los nuevos urbanitas. Pero no, se quedará en un fallido y poco inspirador recuerdo de la figura de Allen Ginsberg, nombre que he pretendido repetir muchas veces en esta reseña con el fin de que, al menos, al nombrar al personaje, entendamos algo mejor quién fue aquel que inauguró tantos modelos actuales.

Tal vez, como homenaje, podamos leer juntos esa primera oración con la que la obra "Howl" comienza:

"He visto los mejores cerebros de mi generación destruidos por la locura, famélicos, histéricos, desnudos, arrastrándose de madrugada por las calles de los negros en busca de un colérico picotazo [...]"
Javier Moreno
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow