Casa de arena y niebla

"Casa de arena y niebla" es un drama a tener en cuenta dentro del género, ya que hace reflexionar sobre algunas situaciones cotidianas que enfrentan a las personas cada día, algo que nos puede ocurrir a cualquiera y que no son temas de fácil solución, además de que se pueden comparar con otros de compeljidad parecida. A mí personalmente también me recordó a esos problemas que surgen a causa de la custodia legal de los hijos en la separación de sus padres, o qué ocurre con unos padres adoptivos cuando la madre biológica quiere recuperar el tiempo perdido por culpa de un error del pasado, dejando sin consuelo a los otros.
Lo que pudiera parecer un telefilme dramón de sobremesa típico por su argumento, se convierte en una sorpresa gracias a la cuidada fotografía, una intimista y poco habitual banda sonora de Horner y, sobre todo, unas interpretaciones de lujo, destacando el duelo dotado de carisma y personalidad de una excelente Jennifer Connelly y un simplemente inmenso Ben Kingsley, totalmente creíble como iraní inmigrante, pero igualmente ciudadano americano que tiene el derecho a ser propietario de una casa embargada por error de la Administración. Ambos personajes están muy bien definidos en cuanto a los motivos que tienen para defender su derecho a la propiedad.
No es de extrañar que esta película estuviera nominada a los Oscar, pues pese a su lentitud en ocasiones y alguna escena muy forzada para hacer cuadrar la historia - que es lo que hace bajarle la nota - toma unas dimensiones trágicas a medida que se desarrolla, propias de una obra shakesperiana.
Y qué decir del final, inesperado, sorprendente, pero muy sólido.

Partamos de la base de que el guión es más que aceptable; no se trata de una historia innovadora, pero sí lo es el camino que va trazándose a medida que continúa el film.

La película es capaz de mantenerte alerta durante las dos horas de duración, algo muy de agradecer en estos tiempos, y tanto la ambientación, la fotografía como la atmósfera creada contribuyen a ello.

Mención aparte el "duelo" Connelly-Kingsley, aunque esto no es nada nuevo, dada la talla de ambos.

Baste decir que veo seis o siete películas a la semana, y llevaba más de cinco meses sin que ninguna me causara tan buen efecto como ésta.

En el cine actual la mayoría de los dramas que se fabrican con destino directo al consumo colectivo pecan de superficiales y nada memorables debido además a argumentos y a tramas que intentan ser creíbles y cercanos pero que finalmente se quedan en nada, por no hablar de lo topicos que resultan. 'Casa de arena y niebla' se convierte desde ya en uno de los mejores dramas que nos ha dado el nuevo siglo, que además de escapar a los tópicos logra conmover y sobrecoger sin perder en ningún momento la dureza y la sequedad con la que se encuentra contada, además de que la historia llega a impactar. Los últimos 25 minutos del filme exageran los sucesos para obtener mayor beneficio del dramatismo y a pesar del impacto que causan, se notan algo metidos con calzador. No hay atisbo de superficialidad ni de incredibilidad y las intenciones de crear un drama sencillo pero extramadamente complejo son más que satisfactorias en cuanto al estupendo resultado final.

En lo referente a las interpretaciones, Jennifer Connelly efectúa una buena actuación de Kathy Nicolo, su dolorido y triste personaje que sabe como sacar a flote la mejor vena interpretativa de la actriz. Ben Kingsley la secunda de notable manera y crea un personaje melancólico e imprevisible que permanece en el recuerdo. El resto de secundarios cumple de igual manera.

En resumen, un buen drama algo infravalorado que consigue permanecer en la memoria del espectador utilizando las formas que ya se habían olvidado para hacer que esto sucediera; que resulta sencillo pero extremadamente complejo, con una narración dura y unos personajes y actores con fuerza que la conforman como uno de los mejores dramas de los últimos años.

·LO MEJOR: la dureza y la complejidad de la narración. Las grandes interpretaciones y los personajes de todo el reparto.

·LO PEOR: la parte final se encuentra algo exagerada en su intención de crear dramatismo y lograr conmover.

Observando el tema principal de la película, una casa con vistas al mar, a cualquiera le puede faltar atrevimiento para verla, debe de ser un drama de esos mediocres que acabará viendo mi madre al mediodía del domingo, pues el que se decidió y tiene un mínimo de buen gusto por las cosas bien hechas se habrá llevado una grata sorpresa, claro que no es una obra de arte, pero tampoco se engaña a nadie si se dice que tiene un tacto perfecto con los personajes y con la historia.

No se puede olvidar que tiene un transfondo socio-político adecuado, momentos con algo de intriga personal y unas actuaciones y banda sonora espectacular, pero lo más importante de lo que ocurre en esta casa es que no tiene salidas, la situación en la que se encuentran todos, por diferentes motivos, da la impresión de que nadie les va a abrir la puerta de la jaula para que vuelen hacia la tranquilidad y la cordura, nunca podrán relajarse porque sus vidas están marcadas, y uno termina diciéndose a si mismo, acaso no tenemos todos nuestras vidas marcadas??

Buena película, con interpretaciones muy creíbles, tanto la de Jenniger Connelly como la de Ben Kingsley (genial), aunque el resto también están muy bien.

Historia de frustaciones en todos sus protagonistas, que se ven reflejadas en la compra de una casa:

Una familia iraní, que tuvo que salir huyendo de su país, donde el marido era coronel, y que ha luchado por conseguir vivir en EE UU como vivió en Irán, sin conseguirlo hasta ahora, lo que hace ver en esta compra una oportunidad única.

De otro lado, una inquilina deshauciada por dejadez, con una vida vacia, que se siente sola y perdida, y que luchará para recuperarla, porque en realidad es todo lo que tiene.

Lo que en principio parece una historia normal, como muchas que suceden por la pelea de una propiedad, va desencadenando, por una serie de circunstancias, en una espiral de orgullo y desesperación que va a más, intuyendo una tragedia para alguno de los personajes.

La película no decae en ningún momento, con una trama rápida y bien detallada, que mezcla suspense y dolor por cada uno de sus protagonistas, identificándote en cada momento con cada uno. Con la chica, una buena persona, que intenta recuperar su casa, pero no sabe cómo, dejándose ayudar por un polícia, que no usará los mejores medios y con la familia iraní, con un coronel orgulloso en extremo, pero que no ha cometido ningún delito, su esposa, una mujer sumisa, que sufre por la actitud del marido, pero que no le ha importado vivir por encima de sus posibilidades y el hijo, un adolescente al que le afectan, en especial, las situaciones familiares, pero que siente una gran admiración por su padre.

La recomiendo.