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Tres hijos del diablo

Western Después de atracar un banco, tres hombres son perseguidos por el sheriff del pueblo. Se adentran en el desierto y allí encuentran a una mujer moribunda que está a punto de dar a luz. Allí mismo se prometen proteger al bebé. (FILMAFFINITY)
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Críticas 32
Críticas ordenadas por utilidad
11 de febrero de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El legado de John Ford es inconmensurable, a nadie se le escapa que el cine actual no existiría de esta manera si él no hubiera cogido una cámara en 1917 siguiendo los pasos de su hermano Francis (al que luego contrató como actor en múltiples cintas). En 1948 Ford rueda “Tres padrinos”, una obra que no era desconocida para el gran público: en 1913, Peter B. Kyne publicó la novelilla original en el Saturday Evening Post sobre un grupo de forajidos que acababan teniendo que cuidar de un bebé, solo tres meses después de su publicación, D.W. Griffith ya hizo la primera adaptación, una película de 17 minutos titulada “The sheriff's baby”, En 1916 volvió a rodarse con el título original, y en 1919 un primerizo John Ford hizo un remake de aquella película bajo el título de “Marked man”, Ford confió para el papel principal en Harry Carey, que repitió el mismo que ya hiciera en la versión de 1916.

Ford crea aquí lo que se podría denominar como "western sentimental", en una película que el genial director dedicó al antes mencionado Harry Carey, su mentor y amigo personal fallecido un año antes de la producción de "Tres padrinos", la película incluye la siguiente dedicatoria: "Dedicada a Harry Carey, una brillante estrella en el cielo de los primeros años del western", y es el hijo de Harry Carey, Harry Carey Jr. quien encarna el personaje de uno de los tres padrinos a los que alude el título. Fue la primera película que John Ford rodó en color, rodada en “Monumental Valley” y con fotografía del excelente operador Winton C. Hoch quien hizo un trabajo admirable fotografiando el desierto de una manera que pocos films han conseguido. La cinta reincide en uno de los temas favoritos de Ford, las relaciones humanas en un grupo variopinto durante una situación extrema, además, lanza interesantes notas sobre la necesidad de formar una familia, la resistencia del ser humano y el espíritu de sacrificio, loando la necesidad de creer, de tener fe, de saber sacrificarse por un bien mayor.

Ford narra a modo de cuento y con muchos detalles humorísticos la aventura de los tres protagonistas que corre en paralelo a algunos relatos evangélicos relacionados con la Navidad: un niño, una mujer, tres hombres, una estrella que los guía, un asno y su pollino… Los tres forajidos se convertirán en padrinos de un niño recién nacido (Robert William Pedro), al que tendrán que alimentar y dar de beber a lo largo de todo tipo de peripecias, entre ellas grandes tormentas de arena, tormentas magníficamente resueltas desde un punto de vista técnico. Se les acabará el agua, se quedarán sin caballos, no tendrán comida, se irán despojando de cuanto llevan encima… En esa constante huida pasarán no pocas penalidades, pero esa huida se convertirá en un viaje de redención donde se harán patentes valores como la amistad, el compañerismo y el amor al prójimo, delatando la bondad que habita en el corazón de estos nobles bandidos. Es bien sabida la capacidad de emocionar con sus imágenes que tenia el gran Ford, este film atesora algunos de esos momentos capaces de poner un nudo en la garganta y humedecer los ojos al mas pintado... o por lo menos a mi, y es que Ford era mucho Ford amigos.

Un western muy atípico con unos diálogos memorables, un cuento de navidad, sin balas, cargado de humor, emotividad y ternura que hace más grande, si cabe, el cine de John Ford.
Juan Marey
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28 de abril de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué bonito es Ford cuando es Ford y no pretende ser otra cosa que Ford. Esta es una de Ford de verdad. No como Un crimen por hora, que la verdad no me gustó nada, nada de nada.
Pero esta es cosa distinta. Auténticamente reveladora. Un cuento de Navidad en toda regla. Una película de Frank Capra pasada por el tamiz de Ford, en su escenario favorito, el Oeste, y con su actor fetiche, John Wayne. Con otro actor, Pedro Armendariz que es magnífico. Y un Harry Carey Jr también muy bueno. Además está lleno de sus secundarios más característicos, los de siempre en sus películas, el de la mecedora, la mujer que da a luz... el Sheriff. En definitiva, una más de Ford en su industria, en su propio imaginario personal e individual, pero de una alegría visual, de una potencia emocional realmente muy importante.
Es la redención por el nacimiento de un niño. A veces Ford utiliza como espoleta otros acontecimientos de la vida diario. La derrota ante los indios en Ford Apache, por ejemplo. Acontecimientos de la vida como la caída por la escalera en Escrito en el cielo. O en Cuna de Héroes.
En este caso es claro que los ladrones, no demasiado malotes, ven el acontecimiento del nacimiento del niño como una oportunidad única para rehacer sus vidas, para darse una nueva oportunidad, de hacer las cosas bien, de no caer en los mismos errores. Y funciona. Sale bien. La emocionalidad funciona, también para hombres rudos y duros.
Siempre pensé que la cinta era en blanco y negro, pero no, es en color. Me ha gustado mucho Pedro Armendariz, actor muy conocido en su época, supongo que encasillado en papeles de mexicano, que cubría ese hueco tan típico que siempre hay que cubrir en la industria para actores mexicanos que faciliten el tirón en la taquilla en el mercado hispano.
Siempre acabo llorando con las películas de Ford. No sé qué tienen pero la verdad, siempre tengo la lágrima en el ojo.
ÁAD
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1 de enero de 2010
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ayer, último día de 2009, de sobremesa vi esta película en Telemadrid y pasé un rato estupendo. Parece imposible que una película de 1948 esté tan fresca todavía.
No me parece que sea un título "importante" de John Ford, pero, aun así, qué buenas interpretaciones y qué manera de hacer creíble lo absurdo.
Todos los tópicos del western están presentes en esta film, los tipos brutotes pero nobles, el juez socarrón, la puta buena y un bebé que ablanda todos los corazones, ay, ya no hacen pelis así.
molinage
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1 de agosto de 2010
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historia relajada, humorística sobre tres hombres rudos del viejo Oeste que han de dejar a un lado su rudeza cuando de repente en su camino se encuentran a un bebé cuya madre acaba de morir y emerge en ellos el deber moral de cargar con el pequeño, cuidarlo y protegerlo.

Otra película más donde vemos a la inseparable pareja de actores que casi siempre trabajaron juntos en casi todas las películas que hicieron: John Wayne y Ward Bond.
pezpozo
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25 de abril de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra menor de John Ford, homenaje a Harry Carey, amigo de Ford con el que empezó sus inolvidables pelis del oeste.
Tres padrinos tiene todos los elementos de una buena película de John Ford, pero no deja de ser un cuento de navidad, trasladado al desierto del lejano oeste americano, en el que vemos a tres ladrones, encabezado por un incombustible John Wayne, interpretando a una especie de rey mago, que junto con sus dos compañeros tiene una amistad en la que casi siempre se ven envueltos en riñas y discusiones, creando las mejores escenas cómicas que tiene ésta entretenida y agradable historia.
Ulyses
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