Tekkonkinkreet

Hay que acercarse mucho al fuego para conocerlo, lo mismo que a un gato huérfano, sus mentiras y verdades, sus sueños y sus motivos para vivir en la calle, historia de gran imaginación sobre creencias y violencia, un emblemático personaje al que le gusta el sabor a sangre y un mocoso con visiones se enfrentan a los yakuzas para defender su distrito, un infierno en el que negociar y una sociedad corrupta en un planteamiento con ira, my town, y arrepentimiento, perdóname señor, donde las amenazas sólo se regatean con la ayuda mutua, es el camino a la salvación de este pintoresco relato que se arrastra por la rancio pero que dispone de una fertilidad y vitalidad que permiten expandir la mente de todos aquellos que se sientan involucrados en el futuro de menores sin techo.

Conseguir unir inteligencia y fuerza tiene como resultado una obra de arte, lo mismo que sus personajes que unen estas habilidades para defenderse entre asesinos en un mundo frígido gobernado por los beneficios, tiene útiles reflexiones sobre la ciudad y enseña la dureza de la vida en la calle con tal facilidad que cualquier espectador siente la escusa del robo como supervivencia, todo acabará en llamas.

Destacar las persecuciones fantásticas y el relato del desequilibrio mental, Blanco no podía vivir en la calle, Negro no podía vivir sin Blanco, corazones rotos para desgarrar, para imponer la sed de sangre que posee al humano cuando se le arrebata un ser querido, huele a miseria y a algo por lo que vivir, el manzano no crece, por qué me pongo triste cuando oscurece?...

El distanciamiento es dolor, y éste es odio, obliga a la comprensión por los malos actos, llega a ser terrorífica y apocalíptica, el poder de la oscuridad en un capítulo cuya secuencia psicodélica está a gran altura, hace ver la realidad de otra dimensión, convence y propone el dilema de mantener la paz en el mundo, una decisión que se queda muy poco desarrollada.

Una sorprendente mezcla entre el género de los yakuza con la fantasía.
La explicación durante todo el film sobre el ser humano y su totalidad es de forma constante y entretenida.
La animación rica en colores y detalles es un personaje más de esta obra.
Lo que a los fans del anime tradicional puede no gustarles ya que es tan original que casi podría ser un género aparte.
Negro, blanco, Ying y Yang todo unido de forma original y entretenida.
Una obra diferente y con buena calidad.

Y por desgracia no sobresale de ahí, en mi opinión. Es de esas que apunta a trama interesante al principio, con su introducción, pero que con el rodar va divergiendo en sucesos inesperados o que realmente no esperabas ver.

La película presenta un escenario de Steampunk, una ciudad planteada desde la industrialización pero que la dirección centra principalmente en los suburbios de un islote, una Manhattan, llamada Ciudad Tesoro.

Los personajes principales son un grupo de hermanos pre adolescentes en un contexto de violencia tintada con toques de mafia. Así se nos presenta una historia de lucha por el gobierno, la explotación o, simplemente, el disfrute y goce de Ciudad Tesoro.

Hasta aquí fenomenal, buena animación y un planteamiento clásico, pero que a mí, personalmente, me gusta encontrar. Lo que viene después, animo a que lo descubráis.

Es impresionante todo el trabajo que hay detrás de esta película. El equipo que participó en su desarrollo echó el resto: la construcción del Distrito del Tesoro es una maravilla. Destaca el uso de la luz, pero también el movimiento, las texturas, las perspectivas... Y por supuesto, la banda sonora de Plaid. La he visto un montón de veces. Y siempre descubro cosas nuevas. Sólo por la intro, ya merece la pena.

Acabo de verla y siento claramente la típica sensación que tengo cuando veo una película irregular, mezcla de sensaciones de cosas que me han gustado y otras que me han parecido excesivas o bien un poco repetitivas.

Sin duda es una película de anime adulto muy interesante, que en varios momentos me ha recordado al cómic "Peter Pan" de Loisel por la dureza del fondo de la película envuelta en imágenes sugerentes e incluso preciosas junto a otras llenas de horror.

Lo peor, para mi, está en ciertas caídas de ritmo y abuso de situaciones confusas y oníricas: Más que no entenderse la película es que el director no termina de de dar con la forma de expresarse claramente recurriendo a trucos y escenas confusas un tanto repetitivas al final.

En cambio hay un buen montón de escenas estupendas y engancha rápidamente una vez superado el "shock" inicial. El dibujo está fenomenal, la música también, la ambientación y la originalidad de muchos detalles.

La sensación de angustia creciente a medida que avanza la película también es otro acierto. Hay momentos muy duros y no me refiero a los de acción si no a los de reposo de esta pareja de vagabundos. El mensaje sobre la necesidad de equilibrio y afecto está bastante conseguido y la historia secundaria de los yakuza está también muy lograda.

Recomendable para iniciados en el anime "duro" y un poco rarito.