F/X, efectos mortales

Tiene elementos típicamente inverosímiles* del cine yanqui, presenta los rigurosos tramos de continuación (en los que no sucede nada especialmente interesante pero que son necesarios para desarrollar la historia), pero se salva gracias al carisma de un terco inspector bigotudo y del divertido despliegue de imaginativa y medios que exhibe un Bryan Brown bastante dinámico. No es ni mucho menos un thriller perfecto, pero hay tramos en los que uno se lo pasa bastante bien.

El planteamiento es cuanto menos curioso. Un especialista de efectos visuales es contratado para simular la muerte de un testigo protegido. Pero el plan sale mal y todo se vuelve en una trampa en la que le acusan de asesinato.
No deja de ser la típica película policíaca de los 80, pero con el aliciente de que el protagonista utiliza argucias y trucos de efectos especiales para poder resolver la situación.
Por lo demás no hay ningún factor que destaque demasiado. Bryan Brown simplemente está ahí, junto con su tocayo Dennehy que no recuerdo ahora ninguna película donde no haga de policía o de sheriff.
Comentar el argumento sin desvelar la trama es difícil.
Simplemente decir que es una película funcional que da lo que promete, aunque hay que reconocer que no es precisamente una de las que más recuerde uno de la decada prodigiosa de los 80. Eso sí, está mejor que la segunda parte, eso es seguro.

Interesante cinta policiaca, con un argumento un tanto simplón y surrealista, digna para pasar la tarde en el sofá. La trama podría ser, me temo, que patina bastante, con cambios de guión que pueden resultar poco creíbles de cara al conjunto, sin embargo, la película acierta en retratarnos el peligro que correrá nuestro protagonista al ser utilizado como cebo en una operación policial que resulta rocambolesca. Pese a ello, los giros de guión son sorprendentes, y todo con interpretaciones aceptables que hacen que el producto resulte llevadero.

Por otro lado, la BSO acierta en dar un toque de vida al conjunto, potenciando el suspense, y alimentando la sensación de "pánico" del espectador ante las numerosas persecuciones, mentiras por doquier y ambientes turbios que se despliegan a lo largo de la película. En efecto, una BSO llamativa que inspira desasosiego al tiempo que invita a pensar que algo malo está ocurriendo.
Las sorpresas serán constantes, si bien, el argumento no se coge al vuelo, si no se está atento a esta trama propia del policiaco convencional de los 80.
La manera de enfrentarse el protagonista a esa situación tan peliagüda como morbosa para el espectador hará que nos dejemos llevar por sus trucos en una trama simplona y angustiosa, con muchos momentos de engaño, y tiroteos varios, que casan muy bien en medio de una acción conseguida y bien filmada, dirigida para un público deseoso de evadirse y de disfrutar un rato a base de un cine no hecho para paladares exigentes.
Para mi, creo que merece la nota que ostenta a día de hoy, (6) aunque le sumaré una estrella extra, por los muñecos que se dejan ver y que alimentan esa sensación de peligro.

Recuerdo tener esta película en VHS cuando era niño debido a que la regalaban con un periódico cuando se compró para la casa uno de esos aparatos caseros cuando eran el último avance tecnológico. Mi curiosidad me hizo fijarme en esta película, aunque nunca llegué a verla entera, hasta hoy.

Siempre me quedaba hasta la escena de la sesión de maquillaje y he visto por fin que es lo que seguía, y lo que sigue no es que sea como para arrepentirme de los años perdidos, mas sí que es un decente pasatiempo con Bryan Brown ('Cocktail', 'Gorilas en la niebla') y el recientemente fallecido Brian Dennehy que acaparan la función de forma justificada, pues son los mejores actores de la cinta (si bien creo que Diane Venora está infrautilizada aquí).

La trama no da para mucho, aunque sí que consigue sacar una cinta que mantiene sin muchos aprietos enganchado por ver como va a resolver el marrón el protagonista y como se las va a ingeniar el personaje de Dennehy para resolver todo el caos. Esta es de esas propuestas donde va directo al grano, simple y llanamente entretenimiento del bueno durante una hora y cuarenta minutos sin más pretensiones que la de hacer olvidar al espectador cualquier cosa que no sea lo que está viendo.

Sé que hicieron una secuela en 1991 y si bien pienso que con solo una bastaba, no descarto verla algún día para ver si esto fue la conjunción de estrellas o merecía la pena explorar más.

Modesto pero muy eficaz thriller que cuenta con un guión lleno de giros sorprendentes, unas interpretaciones más que correctas, algo de acción rodada de forma funcional y un agradecido toque de humor ácido. También, de paso, homenajea a todos esos profesionales de los efectos especiales y el maquillaje que consiguen "engañarnos" con sus máscaras, sus prótesis y su sangre falsa y contribuyen con su esfuerzo a que el cine sea un poco más mágico.

En suma, ágil, entretenida, con intriga...no se le puede pedir más.

Fue en su día un sorprendente éxito de taquilla que dio lugar a una secuela bastante más floja.

Imprescindible para los amantes del mejor cine palomitero de los 80.