El mago de las mentiras (TV)

Interesante película de la HBO que quizás tenga el defecto de que la audiencia esperase algo espectacular, habida cuenta del sello de fábrica. Pero lo que Barry Levinson nos trae es una película de atmósfera, sosegada en el drama, sin excesivos alardes técnicos más allá de unas actuaciones sobresalientes.

Robert De Niro vuelve a sus raíces y abandona su fase más hiperbólica para hacer un personaje sobrio, que explica mucho de sí mismo en los silencios. Su química con Michelle Pfeiffer es maravillosa, se nota que no es el primer film donde han participado juntos. Pfeiffer se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera, escogiendo con gran sagacidad sus papeles para sacar el máximo rendimiento.

Bajo un nido de mentiras se gesta un abuso de confianza que llevará a una estafa piramidal sin precedentes. Sin emitir excesivos juicios morales o poner el acento, se nos presentan los dilemas éticos y el grado de implicación del círculo cercano de este estafador. ¿Cómo pudieron no darse cuenta?

Tal vez no enamore o sea deslumbrante en este contexto de shows televisivos de altura. Sin embargo, se trata de una cinta cuidada, bien hecha y con unas interpretaciones estelares. Pensemos que en el elenco de secundarios hay nombres como Kathrine Narducci (Los Soprano).

Creo que una obra subestimada.

El cinematográfico y desigual Barry Levinson ("Buenos días, Vietnam" (1987), "Acoso" (1994), "Rain Man" (1988), "Envy"(2004)) se puso tras las cámaras en este telefilm para HBO (no es televisión, es HBO) que ofrece de forma dramática la captura del mayor estafador de nuestros tiempos (Bernie Madoff) así como nos brinda cierta información de los pormenores de sus tejemanejes y sus relaciones familiares.

"The Wizard of Lies" no tiene un tono desenfado y cómico como "Uno de los nuestros" (1990), "La gran estafa americana" (2013), "El lobo de Wall Street" (2013), "La gran apuesta" (2015), "Barry Seal" (2017) y demás largometrajes sobre crímenes y pufos protagonizados por ladrones de traje y corbata. La cinta trata su temática con clasicismo, sobriedad y seria naturalidad. Y por fortuna nunca trata su argumento con desidia, rutina o apesadumbramiento.

Pues la cinta va conduciendo su relato con momentos relevantes en la estafa o tras ella, con escenas honestas y humanas, siempre con una fluidez activa y evolutiva, y con unos diálogos frescos y cercanos. No es que estemos ante una obra maestra de guion, pero desde luego lega dignidad en su narración. Una narración equilibrada que nunca pierde su sentido del entretenimiento de ficción a la par que deja posos informativos sobre el caso en cuestión. La cinta nunca cae en la trampa de manipular con sensiblería para ponerse de forma artificiosa del lado de las víctimas o de los familiares del verdugo, pues "The Wizard of Lies" no pretende aleccionar sino que pretende distraer e informar con un libreto indagador, erudito y ponderado. Cosa que consigue con suma facilidad (la primera mitad del film pasa sin que nos demos cuenta, y la segunda está al borde de lograr lo mismo).

A esto se suma una atildada (que no sobresaliente) puesta en escena. Robert DeNiro está imperial en un papel contenido (pues encarna a un sociópata incapaz de sentir lo más mínimo hacia los demás, alguien solo interesado (y tampoco demasiado) en su propia comodidad) y eso es mucho decir de un actor que tan buenos trabajos nos ha dejado. No tiene un rol tan lucido como su Vito Corleone, su Max Cherry, su Frank Sheeran o su Max Cady pero aporta una solidez funcional y una conveniencia innata a su papel. Lo mismo se puede decir del resto del reparto en menor medida (pues tienen menos minutos en su haber) que dotan de sinceridad y elegancia a sus papeles (destaco a Alessandro Nivola, Michelle Pfeiffer y Hank Azaria).

La cinematografía por su parte se empareja al nivel de las películas de las salas de cine más acreditadas. Con una realización lucida y próxima en todo momento (que descolla en algunos planos detalle cruciales) y un despliegue de escenarios tan opulento como el mundo materialista en el que se sitúa su protagonista.

Un conjunto pues decente y meritorio, que da lo que promete sin llegar a las cotas de lo superlativo pero sí de lo valioso y estimable. Muy recomendable a todo público adulto que busque un entretenimiento revelador en HBO, indispensable a los más aficionados a los dramas criminales basados en hechos reales o a los fans de DeNiro o Levinson (que tiene aquí una de sus películas triunfales (a lo "Rain Man" o "Buenos días, Vietnam") y no uno de sus desatinos (a lo "Envy" o "El hombre del año" (2006)). "The Wizard of Lies" se pone a la altura de TV Movies como "Detrás del candelabro" (2013), "Los dos Papas" (2019) o "The Guys" (2002).

Lo mejor: Su primer tercio.
Lo peor: ...

Aburrida, lenta y sin adentrarse casi nada en la vida de Madoff.
Seguro que habría un montón de cosas interesantes que contar en este biopic y se ha quedado en nada para las más de 2 horas de película, muy mal aprovechadas.

Homenaje a la bajada a los infiernos de la estafa piramidal llevada a cabo durante veinte años por Benrie Madoff, llevándose consigo la friolera de 65 millones de dólares de miles de personas a las que dejó en la mayor parte de los casos con una mano delante y otra detrás, fueran grandes o pequeñas sus fortunas.

La integridad aparente con que Robert De Niro, el alma absoluta de esta cinta, al igual que en "Casino", traza a su Bernie es la de alguien que se cansa de estafar en una recurrente melodía salpicada de mentiras, ocultaciones, cansancio, bochorno y arrepentimiento incluso, frente a la visión lineal que ofrecen las interpretaciones en el caso de los hijos, uno simplón y el otro simplemente tonto de remate.

La miseria a que su familia poco a poco se a ver abocada debido a la falta de sensibilidad de Madoff el cual es consciente de lo hecho y su porvenir se ve realizada en la matriarca, Ruth, interpretada por una Michelle Pfeiffer que parece que le da pavor que la cámara la encuentre y de estar luchando contra un paso del tiempo en una profesión que no te lo permite mientras quieras estar en el candelero en esa profesión.
Y es que "Wizard of Lies" está pididendo una serie a gritos. Recuerdo la primera vez que vi el cartel promocional de la película, creí que eran varios episodios, y éste un piloto doble. Porque el trazado de los personajes, toscamente bajados a la condición de hijos engreídos, estúpidos y superficiales no dignos ni de tener un padre estafador de tal calibre nos hacen ver en ello una proyección de la reacción del pecado de Madoff en su familia, cómo se lo tomaron ellos.
Lo mejor de esta película es la frialdad aparente con que el estafador coge las riendas del mundo, frente a la debilidad de su entorno, que pareciera no existir sino solo cuando el hombre está forrado.
Cosas tales como el interés y la codicia guiarán a personajes tan lamentables como ilusos. Las interpretaciones fuera de Pfeiffer y De Niro espantosas, los hijos son una catástrofe y un asco el resto de secundarios.

Robert de Niro demuestra una vez más que es un animal escénico, que ni los años ni los acontecimientos logran destronarle de su trono de oro en la actuación.

Ritmo muy lento, pero aprovechable, la película está hecha para la reflexión acerca del dinero y el poder, y después la famiilia, la cual puede ser igualmente desagradable. La maraña de palabras con que se adornó todo hace que tan solo veamos miserables y estemos deseando ver la caída.

Estafa financiera y Barry Levinson es una suma que no podía dar nada demasiado vibrante. Efectivamente, no lo es. Para ser más preciso, "The Wizard of Lies" es aburrida en su amplia mayoría a pesar de tener entre manos el mayor caso real de estafa piramidal de Estados Unidos: el Madoff.

Pero es aburrida de primeras por centrarse en exceso en la vía financiera y pasar de puntillas por el aspecto humano. La vi en su estreno, hará cinco años, y me pareció tan latosa que no perdí el tiempo en realizar una crítica. Ahora he vuelto a verla y mi opinión ha variado.

Sin duda, algo tuvo que impactarme para volver a ver una película que me pareció farragosa, y es ese matrimonio sólido, compacto y parece que indestructible. Es entonces dónde la película alcanza cotas de excelencia, pues durante estos años recordaba con frecuencia a ese matrimonio perfectamente construido, perfectamente maqueado, perfectamente verosímil. Perfectamente imperfecto tras la apariencia perfecta.

Y brillantemente interpretado. Ese Robert de Niro a cara lavada, en una de esas actuaciones antológicas en las que no mueve ni un músculo, como buen sociópata. En perfecta contraposición, Michelle Pfeiffer completamente desaparecida en favor de Ruth Madoff. La actriz se resguarda bajo capas de maquillaje, una peluca y unos ropajes muy bien seleccionados, logrando una composición extraordinaria, de lo mejorcito que ha hecho Pfeiffer (y eso es decir muchísimo).

Su Ruth Madoff es la típica y tópica mujer de, una pijísima de la alta sociedad de Manhattan, pero sumamente discreta, de buen talante y corazón. A propósito, lo de Manhattan es puramente circunstancial, pues muchas como ella conozco en Sarrià. Mi madre misma tiene ciertos visos de ella y algunas de sus amigas son literalmente clavadas a Ruth.

Una vez visionada de nuevo, "The Wizard of Lies" coge un vuelo distinto. Sigue siendo aburrida de un modo casi intrínseco, pero la historia que cuenta es, además de real, tan brutal que sólo el espectador interesado disfrutará de un telefilme de altura, en el que aprendes y en el que ves cosas inimaginables. Todo eso lazado con la siempre sofisticada factura que ofrece HBO.