Cruzando la oscuridad

Esta película la había visto, supongo que en televisión. Y me pareció intensa y más o menos interesante. Ahora, tras algunos cientos de películas tengo un criterio algo diferente. No es especialmente buena. Puede ser intensa por momentos, la discusión con su mujer y su nuevo marido presente es especialmente significativa. Más allá de esto y de la carrera final hacia la tumba de la niña no es especialmente brillante.
Sí consigue exponer bien el tema, que no es tanto la muerte de la niña sino la venganza como motor de vida. Por eso cuando un sentimiento de mayor potencia, de más intensidad como lo es el recuerdo de la niña es cuando se desmorona el personaje.

Será que no comprendí la profundidad del mensaje.
Casi 2 horas para terminar con un " Lo siento".
Lenta, aburrida. Con un argumento pobre y mal desarrollado.
La interpretación de Jack Nicholson. Claro que es lo mejor. Pero es que hay poco más.
Seguro que ya es de culto. Culto a contar algo sin decir nada.
La música malísima como en la mayoría de las películas de Sean Penn.
Y su repetitivo recurso de congelar las imágenes a cámara lenta de manera tan reiterativa la hacen más pesada, insulsa y carente de ritmo. De lo que ya es.

‘Cruzando la oscuridad’ es una demoledora aventura emocional que si te coge desprevenido puede romperte el alma, así de claro. Todo aquel que haya vivido una pérdida en primera persona sabrá de lo que hablo. Y lo mismo para todos aquellos que sepan valorar un drama de seres humanos auténticos, de personas reales.

Estamos ante un intensísimo drama humano, bajo un guión ejemplar y una fotografía degradante. Un tremebundo descenso al infierno del alma humana. Ahora bien, lo cierto es que han sido los años los que han tenido que darle el calado que merece al film, una cinta que fue escrita por un Sean Penn en pleno resurgimiento como actor (fue rescatado por Brian De Palma en 1993 para ‘Atrapado por su pasado’), quien redactó el guión desde un suceso real: el de la muerte accidental de un hijo del cantante Eric Clapton.

No hay ni una sola escena de más en la película, ni un diálogo que sobre o un personaje que no encaje. ‘Cruzando la oscuridad’ es una grandeza permanente que muestra un realismo brutal y eternamente al filo. Los actores son palabras mayores: David Morse, Anjelica Huston y un Jack Nicholson bordando todos los estados de ánimo que su personaje debe mostrar: confusión, certeza de lo correcto a pesar de lo terrible de su cometido, miedo, desaire permanente con todos y contra todos y, al final, comprensión y valor, valor para afrontar la pérdida.

En definitiva: 'Cruzando la oscuridad' es un gran triunfo dramático de Penn. Un alzamiento inmortal como intérprete todoterreno de Nicholson. Una obra humana, arriesgada y claramente a contracorriente. Verdadera, profunda y sentida. De obligado visionado.

-Lo mejor: Un desolador drama sobre la pérdida, la redención y el ser humano. Ejemplar dirección de Penn. Absorbente reparto.

-Lo peor: Que, como muchos de los grandes films de los 90s de según qué directores, ha tenido que esperar a que los años le concedan el calado que merece en la audiencia y parte de la crítica.

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Tras 'Extraño vínculo de sangre' (la cual aún no he visto), Sean Penn volvió a coger la silla de director para esta 'Cruzando la oscuridad' donde volvería a contar con David Morse, bajo la presencia del gran Jack Nicholson, quien interpreta a un padre de familia que pierde a una hija por un atropello de un conductor borracho. Dicho conductor es el personaje interpretado por Morse.

El mismo Sean Penn escribe el guion del filme en el que se produce un curioso cambio de roles, ya que normalmente el personaje que pierde a la hija sería con la que el espectador empatizaría más; sin embargo, es John Booth (Morse) quien tiende a sentir más empatía debido a que es evidente que sufre por las consecuencias de sus actos, si bien tienen una forma extraña de plasmarlo en algunas escenas como con el baile con Robin Wright.

Jack Nicholson es el principal reclamo del largometraje y realiza una interpretación en la que no la pondría entre las mejores de su dilatada trayectoria que empezó allá por los años 50, y es que tiene su personaje muy goloso de padre que entra en una espiral de autodestrucción que no termina de impresionar, salvo en secuencias sueltas como la del mismo final o la franca conversación en el bar con el personaje de Anjelica Huston. David Morse y la misma Huston diría que destacan más que el mismo Jack, lo cual no pensé que diría antes de visionar el largometraje.

Esta es una película que ciertamente tenía potencial para dar bastante más y bastante mejor, y en ciertas partes se ve ese potencial. De hecho, hacía tiempo que una película no me hacía llorar y aquí se ha dado el caso; por otra parte, durante la mayoría de su hora y casi cincuenta minutos el drama y los personajes que pululan por la historia se quedan en la superficie, aún contando con dos personajes tan interesantes de tratar como son Freddy Gale (Nicholson) y John Booth, dos personas que pasan por un suceso trágico y lo afrontan de distintas formas. Aún con todo, no me arrepiento de haberle dado la oportunidad y cuenta con uno de los mejores finales que he visto últimamente.

Cuando un director, sea veterano o novel (como en este caso) cuenta con la participación en su película de un actor como Jack Nicholson, sabe perfectamente que su film será una joya.
Pocos actores quedan ya con esa capacidad de impresionar al público película tras película. Quizá Anthony Hopkins, Christopher Walken i Robert Duvall estén en este nivel que marca Nicholson. Pero pocos, pocos más. "Cruzando la oscuridad" no es una gran película; eso es cierto. Pero la "magia" del viejo Jack la convierte en una perla de gran valor. Y no nos olvidemos al poco valorado David Morse que no desentona aquí frente a Jack y que tampoco desentonó al lado del galés Hopkins en la maravillosa "Corazones en Atlántida". ¡Ah! No comprendo cómo se puede mitificar a actrices tan limitadas como la hija del gran Huston. La Robin ex Penn... pasable i creo que el director "que mató a Nixon" mejorará con el tiempo. ¡Vivan los veteranos porque de ellos es el cine!