Juegos, trampas y dos armas humeantes

Menuda película no vale para absolutamente nada no entiendo las críticas tan buenas qué tiene, los primeros 45 minutos se los podían ahorrar de lo aburrido qué es, lenta, sosa lo tiene todo, estás viendo la película y cada vez qué pasan los minutos te enseñan más personajes qué aparte qué no sirven de nada te empiezan a liar qué ya no sabes ni quién son ni lo qué pintan y la voz qué dobla a Jason Stahman pésima, cómo se nota qué era de las primeras películas qué hacía, así qué menuda bazofia de película y no la veáis qué es más mala qué un dolor.

Guy Ritchie se ha hecho un nombre en la industria del cine con un estilo que a mí sinceramente no me gusta pero como aquí está empezando, de hecho, es su primer largometraje, aparece mucho más difuminado y por lo tanto queda mejor. Esa es la regla con aquellos creadores que no te hacen gracia, ir a los orígenes, antes de que se pervirtieran o al menos no estuviesen demasiado estropeados. De esta forma aparece "Lock & Stock", que vendría a ser un anticipo pero con menos presupuesto de "Snatch. Cerdos y diamantes" (2002), ya que como que sigue la misma fórmula de atracos, deudas, personajes raritos y varios grupos de delincuentes, todo muy liado y gamberro, en un ambiente británico marginal. O dicho de otra forma, comedia negra con algo de violencia, humor más bien sutil y un lenguaje fuerte.

En la presente "Lock & Stock" lo primero que llama la atención, además de su reparto con alguna cara extraña en el cine, el ex futbolista Vinnie Jones, el cantante Sing, son los filtros que emplea Guy Ritchie, que le dan como un tono amarillento a su película. A mí me ha recordado a algunos videoclips de "Take That", en concreto aquel de "Everything Changes" (1993). Que por cierto, los susodichos no sólo fueron una de las mejores bandas/grupos de la historia de la música, sino que también fueron de los mejores rodando unos videoclips de indudable belleza plástica. Aunque sobre esto tiene que ver mucho la época. Pero volviendo a la película, yo no la veo ni tanto ni tan poco. A veces hace gracia pero no es para partirse, la trama está muy bien conjuntada pero está cogida con pinzas. Entretenida y simpática.

Un día enchufo el satélite y esta empezando esta película, salen unos trileros, ¡coño el de Snach! "¿Os gustan las joyas? mirad esto: hecho a mano en Calcuta, robado a mano por algún hijoput...", ¿le doy una oportunidad?, ummm los títulos de crédito, 100 Mile High City de Ocean Colour Scene, que bien queda, no necesitaba más me quedaré a verla.
Muy buena, humor rozando lo adolescente en algunos momentos, guión forzando las situaciones, pero esta Sting e impone más como camarero que como líder de los Mods, me reí un montón con los personajes y sus diálogos, cada uno de ellos le dan humor y vida a la película, como la escena del negrito y el extintor, lo que me pude reir, es una pena que la gente se lo pase mejor viendo como tropieza el adorable chulo playa de la entúpida sonrisa deseado de las cuarentonas libidinosas subiendo por la colina de Nothing Hill.
Parece mentira que este director tan fresco y cachondo luego se auto capara los genitales poniendo su nombre en las pajas mentales de su mujer la cantarina saltimbanqui y mira que me gustó el video clip ese que se estrella con el coche, supongo que imaginé que ella iba dentro de verdad, menéate ¿quieres?, pierna izquierda y luego derecha y tu cuerpo las seguirá, es la ostia lo llaman andar...

106 Minutos geniales, buena narración y excelente ritmo no te aburre ni un segundo.

Y porrazos y emporrados y emperrados y emporretados.
Cuatro fumados se juegan lo que tienen y lo que no tienen con el mafioso de turno, Harry el Hacha, alrededor del cual revolotean varias cuadrillas de descerebrados a cual más zumbado. Tanto que parecen primos hermanos de nuestros vulgares Torrentes.
Comedia gansteril con golpes archiconocidos y tópicos, "Te estiras menos que el portero del Liverpool" o "El golf es la mejor manera de estropear un buen césped". Je, je ...
La música es de lo poco que se salva.
Escasa gracia, mal hablados y bien fumados. Si encima tenemos como comentarista al Brazo tonto de la ley, apaga y vámonos.