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El viento que acaricia el prado

Bélico. Drama Irlanda, 1920. Dos hermanos se alistan en la guerrilla para combatir contra las tropas británicas que intentan impedir la independencia de Irlanda. El amor por su país hace que Damien (Cillian Murphy) abandone su prometedora carrera de médico y se una a su hermano Teddy (Pádraic Delaney) en la lucha por la libertad. Tras sufrir varias derrotas y un escalofriante número de bajas, el Gobierno Británico decide pactar con los rebeldes. Pero ... [+]
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Críticas 101
Críticas ordenadas por utilidad
10 de septiembre de 2006
28 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si el haber visto la película en Dublín puede haberme influído. Pero a mí me pareceió magnífica. No se trata de apoyar a Ken Loach en lo ideológico, coincidir en ser de una izquierda más o menos nueva o más o menos vieja, porque esas cosas no dejan de ser tópicos. Sencillamente se trata de una historia bien contada, a veces con trazas de documental (los tiros suenan a tiros, y todo eso), y que, además, explota pasiones humanas dentro de un conflicto político. Los personajes están bien construídos y la narración es clara. ¿La tesis?: bueno, que cada cual critique por donde quiera, que es lícito. Estoy de acuerdo en que es una buena película para introducir un debate. No creo que haya en esta película más 'adoctrinamiento' que el que se pueda encontrar en otros productos de factura más comercial y más hipócrita.
Lauro
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7 de septiembre de 2006
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Digamos de entrada que la objetividad no existe, y que cada discurso, cada historia, lleva implícito un mensaje. Este mensaje puede ser evidente o sutil, omnipresente o colateral, masivo o limitado, pero siempre que se cuenta una historia el narrador te da un punto de vista. Esto se hace más evidente en películas de contenido social. El punto de vista de Ken Loach está muy claro. Y no tengo nada contra su punto de vista (con matices, claro: siempre se puede discutir sobre el nacimiento y evolución de las organizaciones nacionalistas, su hermanamiento o seguidismo con grupos ultra religiosos, etc, etc.). Lo que no resulta aceptable es la falta de matices en sus historias; se puede decir que "el punto de vista" lo ocupa todo, y lo ocupa de una forma limitadora: los personajes carecen de historia, y, la historia misma, carece de personajes.
La película, por otro lado, no carece de merito y hace una aportación más al tema de los conflictos nacionales, mostrando hasta que punto la brutalidad de la represión colonizadora británica fue la causante de una respuesta armada por parte de los nativos irlandeses.
En fin, como pasa con las historias de Loach, son películas ideales para introducir un debate.
Benjamín
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24 de octubre de 2006
38 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es difícil que yo acuse a una película irlandesa, que trate sobre su independencia, de excesivo victimismo, porque el drama que sufrió Irlanda durante la fase final de la ocupación británica fue bastante crudo, pero esta película Loach cruzó el limite entre lo que es una historia y lo que es manipulación.

Es erróneo decir "así sucedió", como dicen que expresó el anterior Papa, Juan Pablo II, después de ver La Pasión de Cristo porque la Historia esta llena de matices y es muy difícil conseguir expresarlos todos. Todo intento de reconstrucción histórica tiene que se modesto, pues bien, Ken Loach es soberbio casi siempre, y en demasía, en esta cinta relatándonos su versión de la historia de la independencia. Me resulta repulsivo y peligroso ver como pasa de puntillas sobre ciertos aspectos históricos para poder glorificar al I.R.A.

El personaje interpretado por Cillian Murphy no tiene ningún tipo de duda, se le representa casi perfecto, el más listo, un verdadero cerebrito frente al resto de personajes, sobre todo con respecto a su hermano, que es de los "malos" por defender el tratado que se firmó entre Irlanda y el Imperio británico.

¿Donde está Michael Collins? A penas es nombrado una vez. ¿Dónde está De Valera? Simplemente se nos habla de Connolly sesgando la historia a su antojo. No se muestran las contradicciones de la lucha armada, que sí estoy de acuerdo, fue propiciada por el gobierno británico y su brutalidad, ya que no en todos los "ejércitos revolucionarios" eran tan educados los "soldados" como nos lo quiere hacer ver Loach.

Además la película se puede hacer insufrible para mucha gente porque no conseguirá seguir el hilo, pero lo peor de todo es que otra mucha saldrá encantada después de ver una glorificación del I.R.A. y pensando que lo que pasó sucedió de aquella forma. A la película le falta movimiento, una trama más intensa, mayor profundización en los personajes, porque lo que nos ha mostrado el amigo Loach ha sido un mitin político y no una película.
Mr Mcphisto
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26 de septiembre de 2006
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena peli de Loach sobre los acontecimientos que llevaron al Estado Libre Irlandés en 1921 y la lucha por la independencia de los republicanos irlandeses que llevó a la Guerra Civil. Muy bien ambientada y creible, en algunos momento la violencia que deriva del ojo por ojo entre los dos bandos es extrema.
Loach es criticado, casi siempre por gente conservadora, por su maniqueismo y porque se corta poco en mostrar su ideología a través de sus historias. Yo pienso que él es el creador de su cine y tiene derecho a expresar sus ideas a través de él, que éstas agraden a todo el mundo ya es otro cantar.
firetomb
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26 de septiembre de 2006
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
La prolífica realización del irlandés Ken Loach incluye películas tan ejemplares como absolutamente imprescindibles como “Tierra y libertad”, “Pan y rosas”, “Felices dieciséis” o “Solo un beso”.
Ken Loach es un director comprometido, atrevido, audaz y perseverante. Lleva haciendo cine desde 1967 y es un viejo maestro de este arte, por lo que ya no tiene que rendir cuentas con nadie. De ahí puede nacer la explicación lógica parar esa, para nada encubierta por el propio director, subjetividad de la que está bañada su última película, por la cual obtuvo la Palma de Oro en la última edición de Cannes, por encima de las favoritas “Babel” o “Volver”.
En “El viento que agita la cebada”, los buenos son los pobres irlandeses oprimidos por la Corona Británica (los malos) que les niega la libertad y los extorsiona en esa cárcel en la que se han convertido sus tierras bajo dominio británico. Loach no engaña a la historia, pero tampoco admite redenciones. Ofrece su punto de vista, desde su alma irlandesa que le empuja a retribuir cierto homenaje a esos irlandeses que lucharon por la ansiada independencia.
Pero como ya se ha comentado, a Ken Loach poco le importa que se pueda advertir esa subjetividad. De este modo, Loach vuelve al campo de batalla tras “Tierra y Libertad”, que versa sobre la Guerra Civil Española. Y esa desunión, esa ruptura de los lazos parentescos, la división de aquellos que tienen la misma sangre nacional (que no, ideológica) es un punto clave para el enlace entre dos películas que podrían seguir caminos paralelos.
Y ahí es quizá donde nos encontramos al Loach más agresivo. Cuando, sin piedad, nos ofrece esa división en el seno irlandés entre los que aceptan el pacto alcanzado con la Corona Británica (que no les admite la independencia, pero sí mayor libertad) y aquellos que quieren seguir con la ensoñación hasta alcanzar la realidad que propulsó el nacimiento del movimiento armado. Las dos últimas escenas de la película, absolutamente estremecedoras, no dejan lugar a la complacencia. Españoles enfrentados en “Tierra y libertad”. Irlandeses enfrentados en “El viento que agita la cebada”. Las historias bélicas tienden a repetirse…
Muchos dicen que la Palma de Oro que Ken Loach obtuvo en Cannes por este film fue, en realidad, un premio a todo el conjunto de su prolífica filmografía. Si fuera así, a pesar de ser algo injusto pues en un festival se premian las películas, no las filmografías; Ken Loach se merece el gran halago de la industria cinematográfica por su buen cine. Pero es muy probable que este film no sólo sea el colofón a un gran trabajo como director, sino una muestra más de su gran talento. Y que su premio sea totalmente merecido.
Escar
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