En compañía de lobos

Una película apasionante y maravillosa, sin duda, una de las mejores en su género en los últimos 30 años. Con resonancias, que hace muy propias de forma encantadora, de "Caperucita Roja", "Alicia en el país de las maravillas" o todo lo concerniente a los cuentos de hadas, construye Neil Jordan una obra maestra hilvanada sutilmente a modo de "sketchs" o pequeñas historias que acaban por formar un conjunto sólido e hipersugestivo.
"En compañía de lobos" trata de forma magistral todo lo referente al mito, entre mágico y maléfico, del lobo. Jordan extrae dentro de una logradísima atmósfera fantaterrorífica, lirismo y una reflexión lúcida acerca de la distancia real que existe entre la humanización del animal, de lo salvaje, lo cruel y peligroso, por un lado, y la animalización de lo humano, supuestamente racional, ingenuo, inocente y refinado, por otro.
La película está regada de referencias simbólicas y consigue sublimar acertadamente los objetos por encima de los sujetos: el bosque, el calor del fuego y las historias de la abuelita, las leyendas, el peligro del sendero, las cejas juntas... Así pues, un film memorable, bastante único en su especie, rematado por unos estupendos efectos visuales y especiales, y un refinamiento magnífico en la puesta en escena y en su diseño de producción.
P.D: Recomiendo encarecidamente la lectura de la breve crítica que hace de ella Carlos Aguilar en su guía del vídeo-cine.

Así como "Cría cuervos" es la mirada de Ana Torrent, esta película es la angelical cara de Sarah Patterson. Si los 90 minutos hubieran sido un primer plano de su cara la película sería igual de buena. Es en este tipo de casos ("Cría cuervos" y ésta) cuando la elección del cásting es realmente acertada.

Aparte de esto, lo mejor de la película es la dirección artística, que es impresionante. Esos paisajes acartonados, con la constante niebla, los árboles brillantes. "Decorados falsos", podrían decir algunos. Vale, de acuerdo, pero no es de forma inconsciente, ya que, ¿qué son los cuentos? Esta película es un cuento, y por tanto el paisaje es acartonado, no es real. Para ver una localización de extrema realidad me veo una de Michael Moore.

Pero lo que más me ha sorprendido de todo es el mensaje que se nos ofrece. Siempre de niños nuestros mayores nos contaron las historias de Caperucita, Hansel y Gretel y demás gentecilla que se supone servían para que diferenciáramos el bien y el mal. Pero. ¿qué coño? No eran más que cuentos en los que se nos enseñaba a acatar prohibiciones: "No salgas del camino de baldosas amarillas", "No hables con extraños", "Vuelve antes de las 12"... Si no haces todo esto... Puedes morir. Pues bien, lo que critica aquí Neil Jordan es que dejemos de contar historias de este tipo a nuestros hijos o sobrinos, porque realmente no son cuentos infantiles, sino historias gore (como vemos) que nos asustan y nos cohíben de trozos de vida que podríamos haber disfrutado si no hubiésemos conocido a Caperucita o la abuela que la parió.

Una película muy original, diferente, con una buena curva dramática y una casi perfecta dirección en las escenas siniestras y del más puro gore.

Mi abuela (que en paz descanse la pobre) le tenía miedo a cuanto te puedas imaginar. Era de las que asustaba a sus nietos con historias del hombre del saco, porque deseaba sobreprotegerlos de cuantos innumerables peligros acechaban en cada esquina. A fin de cuentas, sus nietos era lo que más quería en el mundo.

La abuela de Rosaleen, una Lansbury brillante, asusta a su nieta con historias de lobos unicejos, unos de pelo por fuera y otros, los más peligrosos, de pelo por dentro.
Así, entre historia e historia, vamos descubriendo los peligros que entraña el bosque, sobretodo para una adolescente hermosa y frágil como Rosaleen (encantadora Sarah Patterson, una pena que no tenga casi filmografía). Y es que la adolescencia y el despertar sexual pueden ser un bosque caótico en muchos sentidos, pero lo que las abuelas, en su desmesurado candor y benevolencia, no saben es que es tan malo la carencia como el exceso. Que para un adolescente la palabra "prohibido" es sinónimo de "aventura", y en verdad, el adolescente necesita aventuras que le descubran el mundo en todas sus vertientes, para formarse como adulto y desarrollar una personalidad propia.

Así nos lo deja caer Neil Jordan es esta curiosa película de grandes atmósferas y ensoñaciones diversas, que sin ser del género de terror al uso si crea un clima lúgubre y fantasioso que hará las delicias de los amantes de estos mundos extraños y enigmáticos.
Simbolismos y metáforas afloran hasta debajo de las piedras, acechando a la jovencita de capa roja rodeada de lobos, unos de pelo por fuera (los que se les ve venir) otros por dentro (los que no se les ve venir) e incluso lobos por naturaleza (ni buenos ni malos, simplemente lobos), pero ante todo, rodeada de un mundo tan aterrador como atractivo, todo un bosque para explorar.

Ideal para una "noche de lobos", como diría un buen amigo. Y nunca mejor dicho.

Es triste pero es así. A este filme le sientan fatal los años. El lenguaje cinematográfico de Jordan ha quedado obsoleto, demasiado estático y teatral, como un capitulo de "Yo Cláudio", algo que no le ha ocurrido a la inmortal "un hombre lobo americano en Londres" del olvidado John Landis. En cuanto a las historias, la mayoría no parecen tener una clara conclusión, algunas son confusas (como la del Rolls) y en general son aburridas. Apuestan todo a los animatronicos, bien realizados para la época, pero que ahora resultan algo cargantes. Y en cuanto a la mensaje o moraleja final, esa de "si te apartas del camino..." resulta tremendamente postiza en un filme que empieza como la pesadilla de una adolescente en la edad del pavo y con presuntos ardores...

En fin, en su momento la califique con un 8, pero su revisión me ha resultado decepcionante. Avisados quedais.

Excelente vuelta de tuerca dentro del género de hombres lobos. Ingeniosa y astuta manera de ilustrar mediante un adecuado manejo metafórico el despertar sexual de una adolescente sin caer en un guión de feminismo radical.
Bella, poética, romántica y a la vez aterradora película de Neil Jordan que se ubica entre sus mejores logros.
Ojala el actual cine terror retomara un poco estas premisas.