Fuera de la ley

Como thriller de corrupción policial es bastante convencional y no aporta mucho. Más bien te hace recordar otros mejores.

En cuanto a lo de su obvio mensaje político que reflejo del aun existente racismo sistémico en los EEUU (y más especificamente hablando, en lo referido los prejuicios y violencia policial), aunque es bastante obvio la posición más o menos general que la película quiere tomar, no puedo evitar pensar que podria haber tratado algunos aspectos con cierta mas profundidad.

Pero en sí, da un rato entretenido.

El ritmo sostenido en una trama trepidante con una joven protagonista en un contexto muy racista.
Va de policías corruptos como tantas otras y una novata muy puteada, también como tantas, solo que aquí la chica no exhibe ningún lugar común de mujeres deseables, pequeña, de cuerpo informe bajo el uniforme azul, golpeada, mancillada por propios y extraños en un periplo sumamente interesante porque la acción cautiva, envuelve, interesa de tal manera que los tópicos van quedando en la cuneta.

Sin duda, la protagonista es muy bella, pero de una belleza singular, con aire adolescente, interpreta a la perfección el desvalimiento de donde habrá que sacar fuerzas. El actor negro que coprotagoniza, Tyrese Gibson, es muy bueno, domina suficientes recursos para expresar diferentes grados de miedo y coraje.

En definitiva, muy recomendable para los amantes del suspense y la acción, especialmente interesados en una aventura de chica seductora sin escotes ni revolcones, y aun así arrebatadora.

Una trama demasiado convencional que coquetea con algunos problemas sociales de nuestro siglo, para olvidarlo y, convertirse en un efectivo film de acción, encumbrando a la gran Naomie Harris como heroína ante un sistema corrupto. Una película directa, sin tiempo para giros alternativos, ni diálogos locuaces. En ningún momento disimula su influencia por el cine de David Ayer ( antes de Escuadrón Suicida). Sus ideas son un conglomerado básico de cine policíaco, abarcando menos de lo que se propone.

Cuando te dispones a ver una película de la cual no esperas nada, es menos doloroso, porque si es mala o mediocre, es lo que esperabas y si es correcta o buena, pues te alegra el día.

Black and Blue la clasifico en el segundo grupo. El guión no sorprende nada, es más, desde muy temprano te adelantas a todos los acontecimientos porque es muy predecible, no sé si es que ya he desarrollado un sexto sentido para estos asuntos o más bien porque llevo a mis espaldas muchas películas en 50 años, más bien la segunda.

El hecho de que intuyas lo que va a ocurrir no la hace mala, ojo, no confundir la velocidad con el tocino. Pero es verdad que en una peli que el director ha diseñado bajo la batuta del género del suspense o thriller, pues ya te hace descubrir las cartas muy temprano y puede hacer que el interés del espectador comience a descender como el vino en noche vieja.

Lo dicho, el guión no sorprende, pero al menos consigue mantener la tensión en casi la totalidad de la historia, que ya es de agradecer. Me ha gustado que aunque la idea del nuevo haciendo las cosas bien y enfrentándose a los malotes que hacen el mal, al menos en ésta ocasión, la protagonista es una fémina y le da un toque original y muy diferente. El tema racial sale a la superficie, pero gracias a Dios, camina de puntillas por la historia, aún teniendo en cuenta que la mayor parte de los que actúan son negros.

Las actuaciones las hay de todo tipo, Naomie Harris está muy bien, salvo cuando saca el lado "paterno" y se pone a dar lecciones de moralidad, ni le pega, ni viene al caso. Tyrese Gibson sobresale por encima de todos, con un papel muy a su medida y su aportación lo hace muy real entre tanta sobreactuación. Frank Grillo en este tipo de interpretaciones se siente como pez en el agua. Sin embargo, el papel de malo malote a Mike Colter no le pega ni con cola.

Lo mejor de la película con diferencia son las escenas de acción, tiroteo y como la atmósfera de tensión es constante, atrapando al espectador tanto como a la novata West. Bastante entretenida.

Black and Blue hace referencia a los agentes de policía afroamericanos. Algo que apreciamos en la primera escena cuando nuestra protagonista deambula por una calle haciendo deporte con sudadera y es parada de malas formas por una patrulla, al identificarse como policía y enseñarles la placa ya notas que en esta comisaria de Nueva Orleans te catalogan como sospechoso por el color de tu piel.

Al día siguiente se incorpora a trabajar la joven Alicia West, interpretada por Naomie Harris ("Moonlight", "Spectre") un barrio en el que creció y que tiene algunas amistades al margen de la ley.

Al poco de comenzar a patrullar, es testigo de una "ejecución" de un narco por parte de unos policías de paisano que están metidos en asuntos sucios, todo lo graba con una cámara que lleva en el pecho. Su vida entonces se convierte en un infierno porque los policías corruptos no dudaran en recuperar la cámara como sea y no dejar ningún cabo suelto...

Tyrese Gibson interpreta a Milo "Mouse" Jackson, un hombre trabajador que conoció a West en el pasado y comienza a ayudarla. Mike Colter ("Luke Cage") interpreta a Darius, quie dirige el tráfico de drogas en el vecindario. Frank Grillo ("The Purge", "Point Blank") es el principal policía corrupto.

Con un buen ritmo se va elevando la tensión con escenas duras y contundentes pero sin llegar a exagerar. Dirige Dean Taylor, un director con títulos poco interesantes, pero que aquí logra una película no redonda, pero si entretenida.
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