Inocencia robada

Alice (Claire Danes) y su mejor amiga, Darlene (Kate Beckinsale), se han montado un viajecito a Bangkok, Tailandia para celebrar la terminación de sus estudios. Lo que empieza como un viaje divertido y exótico, en el que esperan, cómo no, ligar un poco, se transforma en una pesadilla.

Resultado: Alice y Darlene van a dar a la cárcel, dos jovencitas de buena familia quienes padecerán de las inclemencias del dolor y la agonía en las prisiones orientales.

A la manera de “Midnight Express” (1978), basada en el caso real de un norteamericano que fue erróneamente apresado en Turquía por tráfico de drogas y “Red Corner” (1997), en donde Richard Gere es acusado en China de asesinar a una mujer.

La película tuvo un presupuesto $25 millones y genero por venta de taquillas la cantidad de $10,1 millones en Estados Unidos solamente.

"Sueños rotos" cuenta la última aventura que quieren vivir dos grandes amigas antes de separarse durante años por la universidad.
Su última juerga la deciden vivir en Thailandia, un país cuyo nombre significa libertad. El problema es que esa libertad la iban a ver únicamente en el nombre, ya que la perderan en sus calles.
La película cuenta una historia dura de dos jóvenes que se encuentran con la persona equivocada en el momento menos apropiado. Ese encuentro harán que sacrifiquen su vida siendo encarceladas por un delito que supuestamente no han cometido.
Ambas jóvenes intentarán sobrevivir como puedan dentro de una cárcel que se rige por una pólitica muy lejos de las conocidas en occidente.
Las dos actrices realizan un buen trabajo encarnando a unos personajes que les ha tocado vivir una situación que puede volver loco a cualquiera. El peso de la injustia y la incertidumbre al que pasará en un futuro, lo tendrán cada día sobre sus hombros.
El guión resulta bastante interesante, dando a luz una película que no resulta pesada de ver. Es más, uno ve durante prácticamente dos horas un film que engancha y con el que se distrae. Es cierto que tiene algunos momentos flojos, pero a la par tiene algunas escenas realmente brillantes.
En fin, película que es recomendable de ver ya que no resulta en ningún momento pesada y con la que disfrutará con la gran banda sonora, y sufrirá con el destino que viven sus dos protagonistas; unos personajes muy bien defendidos por las dos actrices.

A veces hay películas que sin motivo aparente, me gustan mucho más de lo normal.
El drama de estas dos americanas inocentes en una cárcel tailandesa me mantiene enganchado de principio a fin.
Y eso que hay películas carcelarias mucho mejores que esta, con o sin fuga incluida.
Tal vez sea la buena interpretación de Claire Danes, una gran actriz que a día de hoy está ya consagrada con la serie "Homeland".
Quizá me guste mucho el laberinto judicial en el que se mete el personaje de Bill Pullman, un abogado benefactor, que prefiere ayudar antes que cobrar mucho.
O la intriga por ver si las chicas pueden salir del marrón imprevisto en el que las meten. Es desagradable verles sufrir en un antro donde tienen que hablar a voces a traves de dos rejas con los familiares que vienen de visita.
Pero pensándolo bien, creo que me gusta tanto porque una forma de verla es como un intenso canto a la amistad desinteresada. La historia nos muestra hasta que extremos puede llegar el afecto por alguien que no es de la familia. Conmovedor.
Por último, gracias a esta película descubrí al excelente grupo de música Delerium. Son unos de los grandes del New Age y el Chill Out, cuyo estupendo tema "Silence" abre esta buena película.

Recuerda y mucho a la serie encarcelados en el extranjero pero esta vez con un tanto mas de ficción que en la realidad. Para mi lo que diferencia el resultado de una película es el desenlace y en este caso es muy acertado, no es lo que esperas y eso siempre funciona, además lo hace con un mensaje claro y conciso. Acertadas interpretaciones, buena dirección y buena música que acompaña en los momentos adecuados. Película que recomiendo simplemente para pasar un buen rato sin esperar nada mas.

Que un par de pijas blanquitas se dejen engañar por un tipo al que hace escasas horas conocen y que huele a Kilómetros, pues me lo creo... porque ya se sabe, tanta pijería esconde mucha tontería.
En cambio que, tras ser encarceladas, sus papis adinerados no las hayan rescatado en escasas horas, resulta más indigerible, aunque pueda pasar.
Que, tras ello, una de las dos pijitas firme una confesión escrita en tailandés sin entender ni papa, también pasa, y si la firma en tiempo récord, el descojone es todavía mayor.
Pero que, encima las encarcelen en una prisión con tanta pinta de tal como un retiro para la tercera edad y, una vez dentro, empiecen a hablar sobre libertad y memeces semejanes como si estuviesen escribiendo un best-seller o filosofando... no me lo trago ni harto vino.
Y si, para colmo, las presas con que interactuan, tienen la misma cara de pijas y son igual de guapitas, pues es para mandarles a freir berzas.

Quizá hubiese merecido la pena verla hasta el final, por lo buenas que estaban todas ellas, pero observar como tras cada momento sonaba musiquita sentimentaloide sin venir a cuento o como el director metía estúpidas bazas en el guión (lo del padre culpando a la amiga es descomunal..), además de resultar irritante, me parece de puro vómito.
Sueños rotos dicen... no te cuento lo que les rompía yo...