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Antesala del infierno

Cine negro. Drama Adaptación de una obra de Broadway que describe la vida cotidiana en una comisaría de policía de Manhattan. Un temperamental policía (Kirk Douglas) recurre a los métodos más implacables para obtener información de cualquier sospechoso de un crimen. Obtuvo cuatro nominaciones a los Óscar de 1952: mejor director, mejor actriz principal (Eleanor Parker), mejor actriz secundaria (Lee Grant) y mejor guión adaptado. (FILMAFFINITY)
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
13 de septiembre de 2015
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Adaptación de la obra teatral de Sidney Kingsley, en la que estuvo trabajando Dashiell Hammett, aunque al final el guión se debió a Robert Wyler y Philip Yordan. William Wyler, con su habitual maestría, consigue una puesta en escena portentosa, mostrándonos los distintos planos de ese trasiego incesante de historias “de interés humano” que se dan cita en el interior de una comisaría de barrio de una gran ciudad; uno de los grandes aciertos del film es atrapar la rutina diaria de esa comisaria: llamadas telefónicas, denuncias, fotos y toma de huellas a los detenidos, redacción de informes, visitas de paranoicos como una señora que asegura que sus vecinos están fabricando una bomba atómica... Este realismo cotidiano influyó luego en series policiales como “Canción triste de Hill Street”.

Pero el verdadero soporte de “Brigada 21” reside en las diversas interpretaciones, todas ellas magníficas y muy difíciles de olvidar, aunque algunos y algunas nos puedan caer más simpáticos que otros. Kirk Douglas había alcanzado ya el estrellato poco antes gracias a “El Ídolo de Barro” (The Champion, Mark Robson, 1949), y compone aquí uno de sus papeles más memorables, con su proverbial intensidad asume un rol en cierto modo arriesgado, el de un detective atormentado tanto por sus demonios familiares como por el odio y los celos, que se extralimita en su labor y cuyo comportamiento autodestructivo le encamina inexorablemente hacia el naufragio. Eleanor Parker, una de las más bellas pelirrojas del Hollywood de los 50, realiza un trabajo soberbio que le valió su segunda nominación al “Oscar”, tras su magnífica actuación del año anterior en “Sin Remisión” (Caged,John Cromwell, 1950). Mención especial para una jovencita Lee Grant, que interpreta a una ladrona tímida y primeriza que acaba de robar un bolso, y que muchos años después ganaría el “Oscar” a la Mejor Actriz de Reparto por su intervención en “Shampoo” (Hal Ashby, 1975), así como para la deliciosa y prematuramente desaparecida Cathy O´Donnell (1923-1970), en el conmovedor rol de la chica que trata de ayudar con todas sus fuerzas al muchacho del que ha estado siempre secretamente enamorada y que ha cometido un desfalco en su trabajo. George Macready, el marido de Rita Hayworth en “Gilda” (Charles Vidor, 1946) es un médico sin escrúpulos, acusado de practicar abortos en terribles condiciones, mientras que Joseph Wiseman, el futuro “Doctor No”, encarna a un inenarrable delincuente que no para de montar el número en toda la película. Mención especial también para uno de esos secundarios de oro macizo, soporte en tantas y tantas películas de género como fue William Bendix, y que le da la adecuada réplica a Douglas.

El maestro William Wyler nos vuelve a deleitar con otro título que sin estar entre los más conocidos y destacados de su filmografía es otra pequeña maravilla. Una película muy, pero que muy notable, una clase magistral de cómo rodar en un escenario único la mayor parte del tiempo, del aprovechamiento perfecto del espacio y precisión para el encuadre; bien es cierto que la película no logra deshacerse de su carácter teatral, pero el talento de la dirección es incuestionable.
Juan Marey
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16 de julio de 2009
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca he sido un gran seguidor de Kirk Douglas, es un actor que nunca me ha parecido que tuviera un mínimo de fuerza o de carisma en pantalla. Pese a ello, debo reconocer que el actor sabía codearse de grandes proyectos y con grandes directores, pues protagonizó “Senderos de Gloria” (Kubrick), “Cautivos del mal” (Minelli) o “El gran carnaval” (Wilder). Era de esperar que un proyecto con Wyler tuviera un buen resultado.

Y el final no pudo ser mejor, “Brigada 21” sabe crear una atmosfera puramente teatral como otros films como “12 hombres sin piedad” mostrándonos una opresiva, cruda y realista visión de una jornada de labor policial. En esta obra, que transcurre el 90 % en un mismo escenario, seremkos testigos de diversos prototipos de policías donde cada uno donde ellos merece ser estudiado gracias a su marcada y diferenciada personalidad.

Kirk Douglas borda el papel de agente de la ley agresivo y muy temperamental, cuyo carácter y modo de ver las cosas son fruto de una dura y marcada experiencia de labor policial donde ha visto de todo y ha terminado por convertirse en un tipo seco, rudo y directo, sin ningún tipo de contemplaciones. Somos también testigos del compañerismo que reside en todos los policías, pues sólo se tienen los unos a los otros para sobrellevar esta dura labor que les acaba desgastando y de perder, en muchas ocasiones, la motivación y las ganas de vivir.

No se puede tampoco negar que tiene un par de escenas que en la actualidad pueden antojarse de hipócritas e innecesarias que llegan a empañar el dinamismo en el que se desarrolla la trama (algo muy plausible en todo el tema del personaje de Douglas con su mujer), pese a ello, estamos ante una brillante película de un no menos brillante director que sabe atrapar al espectador des de el primer minuto y no lo suelta hasta su (esperado y algo predecible) final.

Mención especial a todo el elenco de actores,verdaderamente soberbio.
directorscut
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27 de agosto de 2012
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es poca cosa, se trata de un día en el que suceden muchas cosas y en el que Kirk Douglas se mueve a la perfección interpretando un personaje que le viene como anillo al dedo. Wyler no lo tenía fácil, son muchos los casos de fracaso al intentar llevar al cine guiones basados o extraídos directamente de obras de teatro. Apenas hay dos o tres escenas fuera del espacio en el que sucede todo, una habitación en la que se junta lo peor de la ciudad, en la que hay una recepción, donde se toman huellas, declaraciones, trabajan los polis y hasta donde se hacen ruedas de reconocimiento. Todo pasa ahí dentro. Es como si aquello fuera la cárcel de todos, hay un ambiente cerrado y en esos escasos metros cuadrados pasa de todo.

No negaré mi absoluta atracción hacia Douglas, saber de su presencia supone el mejor atractivo para mí, pero es que aquí borda un papel que aunque esté hecho a su medida, le da la sustancia y el peso necesario a la película. Es alrededor de él que todas las variantes del argumento tienen lugar, a mí me han encantado todas, los ladrones de pisos y el pobre chico que roba a su jefe, pero me sobra, y mucho, la mujer que roba el bolso y que por lo visto ganó un premio en Cannes por esta interpretación. Algo absolutamente fuera de lugar, no sólo por lo insustancial del personaje.

El final, para muchos infantil, para mí lo mejor (spoiler, claro)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Luisito
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8 de enero de 2014
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mi ME HA ENCANTADO. La he disfrutado como un enano y no soy capaz de ponerle menos de un 8 alto.
Es bastante obvio que está basada en una obra de teatro, pero creo que Wyler lo lleva fenomenal al cine, con esa comisaría donde siempre está pasando algo aparte de la acción principal. Detalles como el poli cerca de la puerta abatible que la para con el pie por pura costumbre, sabe que le va a dar. Como si fueran polis de verdad y trabajaran de verdad en esa comisaría. También me ha hecho mucha gracia el poli de la entrada al que llegan con las denuncias rutinarias, esas escenas de humor van muy bien intercaladas para quitar dramatismo de vez en cuando.
La subtrama del chaval acusado de robar por primera vez y la cabezonería de Douglas de no perdonarle (basada en una historia anterior que le ocurrió) me ha recordado mucho a la ley que puso el alcalde de Nueva York muchos años después, la llamada "Ley del primer cristal roto", que estaba basada en castigar TODOS los crímenes menores, porque el delincuente suele tener una evolución en el crimen: rompe un cristal de niño gamberro...roba un par de caramelos...mata a un gato...roba una tienda...mata a alguien. Lo curioso es que les salió bien y la criminalidad descendió muchísimo en una ciudad horrible en ese aspecto hasta entonces. Da qué pensar si lo llevas a temas actuales en España, como los asesinos de Sandra Palo o Marta del Castillo...
De las actuaciones, el dúo protagonista no me ha acabado de convencer. Pero en cambio me ha gustado mucho el comisario jefe y los dos delincuentes que tienen detenidos.
Dos líneas de guión que me han gustado mucho y me las guardo:

(comisario)-Hace años que tiré la radio por la ventana ¿Sabe por qué?. Porque no me gustan los misterios!

(denunciante que quiere quitarle la denuncia al joven)- Apuesto por caballos, ¿por qué no iba a hacerlo por un ser humano?
(K. Douglas) - Siga con los caballos, tienen un porcentaje de acierto más alto
Tyrion
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27 de noviembre de 2015
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿POR QUÉ NOS GUSTA?: Por la explosiones enérgicas de furia del papá de Michael Douglas.

¿QUÉ NOS RESULTÓ CURIOSO?: Los subterfugios y vueltas que dan durante todo el film para no mencionar la palabra "Aborto" (la época del estreno es de 1951)

"Me gustaría sacarme el cerebro, ponerlo bajo la canilla y limpiarlo así de las horrendas imágenes que has puesto en él", escupe lleno de resentimiento Kirk Douglas, pero nosotros en cambio querremos que las imágenes de esta poderosa película queden para siempre en nuestro recuerdo.

Con la eficacia cinematográfica con la que estaba dotado, William ("Ben Hur") Wyler dirigió con pulso preciso esta crónica de un día en la vida en el interior de una pequeña comisaría de Nueva York durante la época de la Gran Depresión.

El pintoresco, casi acogedor ambiente familiar que se nos muestra inicialmente, el cual se produce por la camaradería de los oficiales, que sólo desean tener un día tranquilo y volver a sus casas a cenar con sus mujeres, va perdiendo progresivamente la paz mientras por ella desfilan los más variados ejemplares de la fauna delictiva.

Durante el transcurso del día, el deseo de los agentes de una jornada sin sobresaltos quedará aniquilado mientras se van presentando distintos personajes, cada uno trayéndonos su propia subtrama a cuestas, entretejiendo un grupo de historias que se interconectan dentro del reducido ambiente de la comisaría, que poco a poco terminará pareciéndose a un pequeño manicomio. El amontonamiento de gente, entre policías, denunciantes y denunciados, hace que el recinto se nos haga más y más chico con el pasar de los minutos.

El nexo de todos es el inspector Jim McCloud (Kirk Douglas), un policía enérgico y temperamental que "arrestaría a su propia madre". Yendo de un lado para otro, tiene que lidiar con un matón asesino; un médico abortista; una anciana chiflada que piensa que la persiguen; un joven ladrón primerizo y su enamorada que pide piedad, etc.

De todos ellos se destaca la simpática performance de Lee Grant, cuyo personaje sin nombre es mencionado en los títulos simplemente como "Shoplifter" (hurtadora de tiendas). Grant brilla como la asustadiza cleptómana que roba prendas de vestir (anticipo de Winona Ryder) que pareciera usar sus delitos cómo excusa para ver si puede enganchar a algún policía con quién casarse, y que le valió una nominación el Oscar como mejor actriz de reparto y el premio a mejor actriz en Cannes.

Wyler manejó los tiempos en forma perfecta, y sólo lentamente como espectadores nos empezamos a dar cuenta de que son los fantasmas que tiñen la vida personal de McCoy y su esposa (una intensa actuación de Eleanor Parker), y no las subtramas policiales, el eje central del film.

http://www.videovengador.com/
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Giskdan
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