El buen amigo gigante

Tras "Charlie y la fábrica de chocolate" y sus múltiples versiones, "La maldición de las brujas" (1990), "Matilda (1999) y "James y el melocotón gigante" (1996) el cine nos ofreció en 2016 una nueva adaptación de una novela de Roald Dahl (el escritor predilecto de mi infancia, lo admito) con "Mi amigado el gigante".

Lo cierto es que "Mi amigo el gigante" nunca ha sido de los mejores y más inspirados relatos de Dahl en cuanto a aventura de fantasía se refiere (desde luego esta novela es incomparable a clasicazos del género literario como "Matilda", "Las brujas" o "Charlie y la fábrica de chocolate"), pues el desarrollo de su argumento es más simple y pobre en sus aventuras. Así pues Steven Spielberg debió aportar algo más a una trama bastante más básica y menos elaborada y mimada que otros relatos de lance fantasioso... algo que el director de Ohio no hace y decide conformarse con lo que tiene en las páginas de Dahl (algo matizado y delicado, pero nunca tan suculento y serpenteante como lo que nos podemos encontrar no solo en otras de sus obras, sino en novelas como las sagas mágicas de J.K. Rowling o C.S. Lewis).

El no ampliar más sus miras argumentales, ni escoger las situaciones con más apreciación por el lenguaje cinematográfico y no literario es el mayor error de "Mi amigo el gigante". Pues pudo ser una obra maestra o destacada del género de la fantasía... si el desarrollo argumental hubiera tenido más tino y pericia a la hora de escoger con ponderación sus momentos y recrear las situaciones con mayor ahondamiento y sagacidad. Al no hacerlo "Mi amigo el gigante" se queda en un largo adocenado y algo irregular, cuyo resultado final a nivel global es el de un entretenimiento pasajero.

Spielberg y su puesta en escena son por supuesto lo mejor que nos ofrece la cinta. El realizador de tesoros como "E.T.", "La lista de Schindler" (1993), "Salvar al soldado Ryan" (1998), "Lincoln" (2012) o "Caballo de batalla" (2011) no ha olvidado la brillantez de su narrativa visual, y es capaz de transmitir al espectador la magia de las peripecias ensoñadoras (nunca mejor dicho en un relato donde la niña que se hace amiga de un místico gigante conoce un país donde los sueños son mágicos tesoros que se pueden "cazar", atesorar y transmitir). Spielberg nos deleita con una ducha elección de planos, y regala abundantes planos-secuencia durante la narración que son pura delicia audiovisual (ojo a como la niña y su amigo el gigante se mueven y desenvuelven por la casa del último, y atención a la secuencia en el árbol de los sueños... lo mejor de la cinta con diferencia) y nos sumergen en un mundo tan metafórico y nostálgico como mágico y seductor. El diseño de escenarios es estiloso y refinado, y la fotografía es notable y sensacional en todo lo que envuelve ese "País de los gigantes" (en el resto de la trama la puesta en escena es pertinente pero no señalada), con una iluminación que juguetea con las luces de colores de los objetos de la imaginación. Esta fotografía también exhibe con orgullo unos efectos especiales cuidadísimos (de las pocas cosas que no me entraron en la cabeza de los Oscars de aquel año fue la no nominación de "Mi amigo el gigante" en el apartado de efectos visuales, porque desde luego son merecedores de ello), los movimientos y ademanes del gigante así como su natural expresividad y cálida cercanía son de una maravilla sobresaliente). Y por supuesto tenemos una partitura de John Williams que evoca a sus notas en "Harry Potter" (o incluso vi algo de evocación a su "Lincoln" (aquella sí era una banda sonora memorable con cortes como "Father and Son" y "House of the People")) y que, sin ser su mejor trabajo, acompaña al relato con una exquisitez y un embrujo portentosos (destacándose el uso de los instrumentos de viento).

Los actores además ejecutan sus roles con acierto (Spielberg sabiamente mantiene los planos de Ruby Barnhill para que la niña otorgue a su rol toda la naturalidad posible. Y en cuando a Peneope Wilton como Reina de Inglaterra... la intérprete de Yorkshire, sin tener un papel profundo o trabajado en el guión, otorga una elegancia y una puntería a su rol que se agradecen).

Es toda esta narrativa audiovisual lo que atrapa por momentos al espectador aficionado a este género, porque la trama por desgracia se queda con las patas cortas y no a la altura de su percha en la escena. Esta vez Melissa Mathinson no nos ha dado otro "E.T.", ojalá fuera el caso pero ha puesto el piloto automático y solo nos muestra lo que la novela menor de Dahl ya daba.

En definitiva "Mi amigo el gigante" logra equilibrar las carencias de su guión bastante simplificado e infantil con una puesta en escena refulgente. Y al final el saldo es positivo y se convierte en un pasatiempo superior a la media pero en ningún caso prominente o indispensable dentro del género de fantasía. Nada recomendable para el que no guste de este género en particular, y para el que lo guste... recomendable de ver como anécdota dentro del género, pero no merece un sitio de honor en ninguna videoteca. Como relato de aventura fantástica para toda la familia "Mi amigo el gigante" resulta inferior a la saga al completo de la Tierra Media de Peter Jackson, inferior a casi todas las entregas de Harry Potter, inferior a todas las entregas de "Las crónicas de Narnia" e inferior a las adaptaciones fílmicas de Roald Dahl "La maldición de las brujas", "Matilda" o "Charlie y la fábrica de chocolate". Está al nivel de films como "Alicia en el país de las maravillas" (2010) de Tim Burton, "Arthur Christmas" (2011) o "Big Hero 6" (2014).

Lo mejor: El diseño GCI y Motion-Capture del gigante. El plano secuencia en el árbol de las sueños.
Lo peor: El desarrollo argumental perezoso.

Estando Spielberg detrás de la cámara, lo que está claro es que vas a ver una película con un toque especial, sea cual sea la temática. Siempre que el afamado director dirige el proyecto, la belleza visual está garantizada. Este es el caso de la adaptación del cuento de Roald Dahl. Es una fantasía muy dirigida a las familias y a que l@s peques de la casa sueñen con esa recreación de un mundo de gigantes y la magia que lo rodea. En el debe, quizás le falte la emoción que suelen tener las películas de primera línea de Spielberg, pero es bonita, vuelve a contar con la batuta de John Williams en la banda sonora y es una aventura familiar notable.

Sigo sin entender como cada estreno cinematográfico del señor Spielberg no se celebra con un día festivo, cada película es una obra maestra, mejores o peores, pero siempre grandísimas películas, un maestro del cine, ya pueden ser películas de acción, de fantasía, bélicas, de ciencia ficción, o infantiles, cómo está pequeña gran obra. Un Spielberg es siempre un Spielberg, y este gigante, no dejará indiferente a nadie. Tengo una hija de 6 años, y sin entender la película en su totalidad, se quedó atrapada viéndola, el imaginario visual es tan variado, que atrapa tanto a niños como a los adultos. Rylance esta brillante, como es posible que un actor como éste haya pasado tanto tiempo en el mayor de los anonimatos. El cuento de Roald Dahl se torna en un abanicó de colores, de efectos visuales, de notas musicales, gracias a la labor del maestro Spielberg. Solo puedo decir una cosa... Ave, Steven!!!.

El mundo literario de Roald Dahl es absolutamente maravilloso. Sus historias, siempre tiernas aunque con un punto amargo y adulto, y sus personajes tan excéntricos y entrañables, han permanecido durante décadas con nosotros, capturando la imaginación de niños y no tan niños desde los años 60 hasta ahora (o antes incluso, ya que Los Gremlins es del año 43... sí, Roald Dahl inventó a los Gremlins, amigos).
El problema es que lo que queda tan bien en la letra impresa no ha terminado de funcionar en el cine. Ninguna de las adaptaciones de Roald Dahl al cine ha sido especialmente buena, porque es muy difícil trasladar la magia de sus libros a la pantalla sin que se pierda mucho encanto por el camino, y así ha sido, de hecho. Por eso, Mi amigo el gigante es una buena noticia para el cine, porque se unen el autor infantil más clásico y mágico con el director que mejor entiende esta clase de historias entrañables y, sí, mágicas: Steven Spielberg.
Spielberg sabe un rato de películas familiares, entrañables y de fantasía, y todo eso es Mi amigo el gigante. No es una obra maestra, ni falta que le hace, pero quizás sí es la adaptación de Dahl que más se acerca a los excelentes resultados que el novelista galés consigue con sus historias. La película es entrañable en su descripción de la amistad entre la niña y el gigante, y se beneficia de unas emotivas interpretaciones de Ruby Barnhill y sobre todo de Mark Rylance (ver su plano final, cuando escucha la voz de Sophie).
Encantadora y perfecta para entretenerse.

Lo mejor: Su encanto, entretenimiento y entrañables valores, y la interpretación de Rylance y Barnhill.
Lo peor: No es la mejor historia de su autor y la película no da para más.

Es una película que me ha costado mucho verla, y no sabía la razón, pero no me enganchaba para nada la película, le falta chispa y es porque Spielberg se ha hecho mayor y millonario y ya no tiene el mismo atrayente infantil que hace treinta años, unos años en los que conquistó al público con E.T. o Parque Jurásico.

Es una película muy bien realizada, trabajada y diseñada, lo tiene todo, pero le falta alma infantil, algo no me convence, quizás sea yo, que me he hecho demasiado viejo para apreciar la belleza de esta historia, todo es posible, pero desde mi punto de vista, la película gana fuerza desde ya avanzada la historia, hasta ese punto, todo es divertido y agradable.