Torrente 3: El protector

La saga Torrente era la presentación de Santiago segura en sociedad (como director). No muchos recuerdan sus anteriores cortometrajes y la mayoría creen que Torrente: el brazo tonto de la ley (1998) es su primer trabajo.

La saga comenzó de manera gratamente notoria, con una película cargada de humor negro, una gran fotografía y el mejor Manuel Manquiña que yo recuerdo (aunque todos los actores están a nivel). En su segunda entrega la serie fue dirigiéndose hacia el humor visual efectista que luego sería habitual en la saga, pero mantenía en cierta manera el nivel de la primera entrega, con ese tono "cutre" que tan bien le sentaba.

A partir de aquí tenemos una caída hacia el abismo. Esta tercera entrega carece de toda lógica. El argumento es simple y mal construido, se abusa del humor sexual y escatológico, los chistes no funcionan y toda la cinta se basa en los dos pilares que han fundamentado la saga desde entonces, cameos y efectos especiales.

Poco importa que el nivel de los actores principales sea bajo y que todos estén sobre actuados (incomprensible lo de Javier Gutierrez viendo su gran nivel actoral posterior), la película se rellena con un desfile de cameos de la farándula del momento que aportan su frase para al esperpento. El único atractivo es entonces, la sorpresa que pueda generar la aparición de algún famoso en pantalla. Y las explosiones y persecuciones. Porque no pintan nada en la trama pero hay que meterlas para poder decir que aquí también se hace cine como en Hollywood.

Siempre he dicho que lo de Santiago Segura me da mucha rabia. Es una persona con un gran conocimiento cinematográfico (aparte de gran coleccionista de formato físico) y buen gusto, que sería capaz de hacer un cine brillante y lleno de alabanzas. Pero el mismo, como conocedor del medio cinematográfico, sabe que el público quiere cine simple y vacío que es el que llena salas y cine simple y vacío les da. Tonto de mi que sigo esperando que me de la brillante película que se que es capaz de rodar.

Santiago Segura es un genio a la hora de juntar en un mismo film a todos los frikis televisivos del momento, con lo que teniendo en cuenta la cultura televisiva de nuestro país, prácticamente tiene el éxito asegurado. En esta tercera entrega de la saga "Torrente", se mueve en la línea ya comentada, con gags de corte televisivo y chistes de risa fácil que conseguirán su objetivo, a saber, el divertimento del público. Como en las películas anteriores de la serie, el argumento es sólo una excusa para poner en práctica todo tipo de situaciones cómicas, pasando quizá con excesiva facilidad de lo escatológico a lo políticamente incorrecto. Lo cierto es que los seguidores de Santiago Segura disfrutarán de un rato divertido, a pesar del excesivo uso del insulto (que no chiste) hacia las diferentes etnias residentes actualmente en España. Segura evidencia su falta de talento como cineasta pero aún así consigue el éxito, por lo que uno piensa que el cine español, en estos momentos, no goza de demasiada buena salud.

Santiago Segura nos ha metido una película comercial sin importar la calidad de esta. Los actores penosos, los gags escatalógicos y sin ninguna risa. Ninguna de ellas merece la pena aunque esta es la peor.

Después de comentar la primera y segunda entrega de la saga Torrente poco más hay que decir sobre esta especie de fenómeno social. Sólo que aún es peor que las anteriores. A mi es que no me hace gracia, pero dentro de ese estilo guarro y rompedor las que la preceden tienen cierto mérito, es especial la original. Sin embargo aquí nos encontramos con cierto cansancio, falta de ideas y tramas bastante fuera de lugar (¿que hace Torrente en la Casa Blanca?). Los chistes escasean siendo sustituidos por una legión de secundarios que no aportan prácticamente nada. Eso sí, la aparición de Benito (de "Manos a la Obra") o Carlos Iglesias es lo único que consiguió sacarme la carcajada en toda esta infumable película. Por lo demás, la italiana Yvonne Scio, te alegra la vista.

Por si fuera poco Santiago Segura sobrepasa en varias ocasiones esa delgada línea que separa el mal gusto y lo ofensivo, del humor por muy grosero que sea. La parodia del 11-S me dejó helado y casi me quedo igual con esa especie de violación que aparece por ahí. Ahora bien, que estas aberraciones puedan hacer reír a bastantes espectadores no deja de ser preocupante pues revela una falta de empatía por el sufrimiento ajeno y una atrofia moral de cuidado en nuestra sociedad. Ya es malo que haya gente que vea con simpatía a este antihéroe y se echen unas risas con tal estrafalario personaje pero supongo que sabrán disociar la ficción en la que se admiten ciertas licencias, de la realidad. Pero lo peor es que para unos cuantos Torrente es casi un ídolo. Esto si que es grave.

Santiago Segura firma su tercera película recurriendo a la fórmula que tanto éxito le reportó en las anteriores entregas: humor casposo 100% español y sucesión de cameos. La primera entrega tenía mucho de lo primero y menos de lo segundo y "Misión en Marbella" tenía más de lo segundo y algo menos de lo primero. En "El Protector" se combinan ambas cosas y el resultado no es demasiado bueno...no aporta nada nuevo y cansa. El guión es bastante simple y se siente la sensación de que se ha "inflado" con algunas escenas perfectamente prescindibles para que la película durase más. El ritmo decae una vez presentados todos los personajes y no termina de recuperarlo ni hacia el final. Los guiños a otras películas son fáciles y simples y las escenas de acción ya no sorprenden pues la segunda parte ya tenía bastantes.
Tampoco termina de convencer el nuevo compañero de Torrente,Solís, interpretado por Javier Gutiérrez. Pienso que Javier Cámara y Gabino Diego tenían más carisma.
En definitiva, una entrega flojilla, el humor de siempre con algún que otro golpe gracioso puntual pero que no termina de convencerme y mucho menos después de haber visto como el Sr. Segura se paseaba por todos los programas de la televisión anunciando que esta sería la mejor entrega de la saga. Ni de broma.