Al otro lado del corazón

Irregular, pretenciosa, interesante en ciertos aspectos, y también una gran nada implorando nominaciones una vez terminado el intento, otro envoltorio con un contenido trillado aunque eso sí, con unas interpretaciones descomunales.

Nicolasa Kilates vuelve al ruedo demostrando que, aunque el botox insista en dibujar un monchito en su cara, tiene destellos, hay que reconocerlo, pero mi séis licorero, de agitar antes de usar viene marcado por el apoteósico Aarón Vieja, Vieja, ya flameó mi gorra con su culo en Gracias por Fumar, aquí da un recital bastante conciso y contundente, la verdad, creo que si a ese sujeto le enfundan un guión sólido hablaríamos en otros términos, Vieja estaría entre los grandes actualmente, no me cabe duda.

La película no obstante tiene momentos intensos, pocos, pero los tiene, y tras acabar la función Revolutionary Road sobrevolaba mi habitáculo insistentemente, pero con bastantes diferencias a mi entender,no demasiadas pero las sufiecientes para emitir un veredicto.

Un amante del chivas afirma en la licorería que Cara Patata Di Caprio y Winslet superan a Kilates y Vieja, respectivamente, tras semejante afirmación creo que no ha dejado ni una gota para mí, maldito sinvergüenza.

Hago un especial llamamiento a cara Patata, Di Lala, Di, vamos a ver, papel y boli, date prisa, es urgente, observa a Vieja, sigue tomando nota, dale al replay, vuelve a tomar nota , dibuja su glande, luego, ríe y finalmente llora.

Se despide desde Tirso de Molina.

Gandalf soprendiendo a propios y extraños sin bastón, levitando apoyado en su apoteósico velero bergantin mientras una cabra de barrio sube la escalera agonizando tras los trompetazos de un inmenso mamut con imponente mostacho que indica su estómago y ríe espetando "fabada asturiana".

Interesante drama independiente sobre la lenta recuperación de unos padres que acaban de perder a su hijo en un accidente de tráfico. La cinta se sustenta por las actuaciones impresionantes de Nicole Kidman (que luce un look a lo Marcia Cross en "Mujeres Desesperadas"), y Aaron Eckhart, un actor que nunca me ha convencido hasta ahora. La primera como una madre que ha perdido la fé en todo, y vaga como un alma en pena por el mundo, hasta que entabla una amistad con el chico que atropelló a su hijo (para mi, és la trama que peor funciona, ya que creo que no lleva a ningún sitio). Y el segundo como el padre obstinado que ve como después de perder a su hijo, puede que también haya perdido a su mujer, ya que no hablan, no se tocan, ni siquiera se miran...
Por otra parte la cinta peca de tener un ritmo algo lento, pero comprensible en estos films independientes, y quizá la historia podría haber dado más de sí, ya que me queda la sensación de que voy a olvidar la película en cuanto pasen dos días.

Lo mejor: Nicole Kidman.
Lo peor: Su ritmo algo lento, y una sensación de "deja vu" al verla.

Sin poner en tela de juicio las caracterizaciones de Nicole Kidman y Aaron Eckhart en sus respectivos personajes, el film si bien plantea un tema válido e interesante, la historia desde el punto de vista cinematográfico, resulta algo impasible a mi juicio.

Y esto lo digo, por que en ningún momento la historia nos sorprende respecto a ese desolador y árido drama sobre la desgracia de la pérdida de seres queridos, y el intento a veces silencioso del retorno a un anhelo. Pero si la idea era hacernos partícipes de esos sentimientos, pues obvio que sí.

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic, Barranquilla, Colombia)