Hilma

Hilma (2021) es un biopic que nos presenta la vida de la artista de origen sueco, Hilma Af Klimt, quien realizó una serie de obras de lo más curiosas (precedentes del arte abstracto) a inicios del siglo XX. La película está dirigida por Lasse Hallström, y desde el 24 de Febrero puede verse en Filmin.

Generalmente, los biopics siempre dicen más de la época en la que se hacen que de la época en la que se ambientan. Así,nos encontramos con una película que debería titularse como "La visión de Hilma Af Klimt según la perspectiva de Lasse Hallström y el siglo XXI". Porque realmente estamos delante de una película que lo que hace es resaltar calidades de Hilma que en su época ni siquiera estaban en consideración, apropiándose de la figura auténtica para soltar un discurso totalmente ajeno.

La película gira fundamentalmente en dos aspectos, el machismo de la sociedad y la ignorancia de la crítica de arte respecto a la artista, por considerarla mujer. Lo primero es algo más que obvio, a pesar de que en la película se remarca de una manera tan simplista que no se consigue ningún efecto. Lo segundo simplemente es mentira. A Hilma no se la reconoció no porque fuera mujer, sino porque ella misma (y no por una decisión externa como en el filme) no veía el arte como lo hacían otros artistas (el arte por el arte y su autonomía de las Academias, un pensamiento típico de inicios del siglo XX), sino que consideraba sus cuadros como una puerta para las sesiones espiritas que realizaba. Utilizaba los cuadros como una puerta para otras dimensiones, no por temas puramente estéticos. Punto. 

Es por ello que precisamente en los últimos años ha surgido un debate en la historiografía sobre si debe considerársela o no como la pionera del arte abstracto. Porque mientras Kandinsky escribía De lo espiritual en el arte, dando sus razones de porque iniciaba ese camino, Hilma en cambio utilizaba el arte para otros fines, no relacionados con el arte (por mucho que sus cuadros sean maravillosos). Pero esto es un debate que la película ni siquiera se atreve a explorar.

Aún así, el problema principal de Hilma es su tono. La auténtica pintora estaba totalmente obsesionada con la teosofía, propugnada entre otros por Rudolf Steiner (qué en la película aparece de refilón y como un personaje que solo sirve para criticar la obra de Hilma, algo totalmente absurdo). En la película vemos las sesiones espiritistas, los contactos de la artista con los muertos...¿Cómo una película en la que se habla de médiums y de sesiones espirituales puede ser a la vez tan inocua, tan vacía?

La respuesta es obvia, Lasse Hallström ha intentado colarnos una película apta para todos los públicos, un Chocolat 2.0 carente de alma. La película roza el ridículo en los momentos en los que se reúnen las amigas para contactar con los difuntos. Unas sesiones de ouija entre risas, como si hablar con muertos fuera lo más normal del mundo. Señor Hallström, no se puede hacer una película en la que se habla con los muertos sin dar una mínima sensación de estar entrando como mínimo en una dimensión desconocida. 

De igual manera, tenemos una fotografía que recuerda los culebrones de época y que es inane. No se puede estar relatando algo tan serio como lo que se pretende relatar en Hilma y a la vez presentarlo de una manera tan poco arriesgada, como si estuviéramos ante un episodio más de Downton Abbey.

Conclusión

Nos encontramos ante una versión edulcorada, que quizá solo pueda servir como una introducción para que aquellos que no sepan quien es Hilma Af Klimt puedan empezar a indagar por su cuenta propia. Como Biopic contemporáneo, la película cuenta más de nuestro tiempo que el de la propia artista.

Cinemagavia.es

Hilma viene a contarnos una historia absolutamente imprescindible dentro de la historia del arte. Ni más ni menos que la pionera del arte abstracto tal y como se conoce en el siglo XX. ¿Qué jugó en su contra para su reconocimiento en la época en la que vivió? ser mujer y crear mediante la mediumnidad. No obstante, pese a ciertos aires de película sin riesgos y de correcto telefilm, posee el don de ser el primer retrato en el cine de una persona influyente y única. Ya desde el comienzo se muestra cómo Hilma se refugia en el arte para acompañar su luto, es decir, aquí también se habla de la primordial funcionalidad del arte. No decepciona, especialmente al saber que los hechos que narran no son ficticios (aunque lo pudiera parecer).