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493
Drama. Romance. Ciencia ficción
Zetterstrøm, célebre pianista, regresa a su natal Copenhague para participar en un gran concierto de gala. Al parecer, ha borrado todos los recuerdos de su vida en la capital danesa pero, en realidad, éstos se encuentran encerrados en una misteriosa "Zona": un lugar al que aparentemente nadie tiene acceso. El protagonista descubre que hay ciertos acontecimientos en la vida —en particular, los que involucran al amor—, que no podemos ... [+]
27 de octubre de 2010
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin recuerdos, no existe emoción.
Sin un tiempo pasado, no existe un futuro.
Sin un espacio al que volver, no necesitaremos cuantificar el tiempo.
Si pudiéramos jugar con el tiempo...
… no existirían valientes en el mundo.
“Jugar con el tiempo es jugar con el lenguaje cinematográfico.”
Christoffer Boe.
Sin un tiempo pasado, no existe un futuro.
Sin un espacio al que volver, no necesitaremos cuantificar el tiempo.
Si pudiéramos jugar con el tiempo...
… no existirían valientes en el mundo.
“Jugar con el tiempo es jugar con el lenguaje cinematográfico.”
Christoffer Boe.
29 de diciembre de 2007
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Boe lo ha logrado por segunda ocasión y con Allegro ha logrado una película que, casi, llega a ser una obra maestra; al tiempo que confirma su capacidad de separarse de la larga y ancha sombra de Lars von Trier. Allegro impacta por su alejamiento consciente y exitosamente de las convenciones narrativas del realismo, a pesar de ello logra construir un relato que es aceptado por el espectador como verosímil y como dolorosamente cercano, gracias a su coherencia narrativa y a las esplendidas actuaciones (con un magnífico Ulrich Thomsen).
En su segundo largo, Boe nos deja ver su sello: el grano de la imagen, la presencia de la ciudad como un personaje más, el predominio de las escenas nocturnas. Todo ello acompañado de un acompañamiento musical acertado y preciso y una animación sencilla pero de gran lirismo. En definitiva, una película sobre los recuerdos, el amor, sus relaciones y la fragilidad de los seres humanos ante la necesidad de ser amados y las dudas que esto trae consigo.
En su segundo largo, Boe nos deja ver su sello: el grano de la imagen, la presencia de la ciudad como un personaje más, el predominio de las escenas nocturnas. Todo ello acompañado de un acompañamiento musical acertado y preciso y una animación sencilla pero de gran lirismo. En definitiva, una película sobre los recuerdos, el amor, sus relaciones y la fragilidad de los seres humanos ante la necesidad de ser amados y las dudas que esto trae consigo.
¡Patos!
27 de septiembre de 2009
12 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última de Christoffer Boe, “Offscreen”, parecía ser una previa o anexo de “Inland Empire” aunque finalmente apenas compartiesen lugares comunes.
En su ópera prima, “Reconstruction”, mezclaba a Hitchcock y Lynch con “Olvídate de mí!”. Era una drama psicológico, en el fondo tradicional (un hombre olvida su pasado), pero donde mostraba elementos metafóricos en la trama.
“Allegro” continua los pasos de la mejor película de Michael Gondry: la ruptura, la elección de lo que más amas en el mundo, la fatalidad y a través de una kafkiana historia de amor: esa “Zona” (¿guiño a “Stalker”?) metida en la capital danesa a la que nadie puede acceder y donde se encuentran encerrados los recuerdos del protagonista.
Original aunque a veces demasiado epidérmica para tratar un tema donde los recuerdos más vibrantes de una vida deberían inundar la pantalla. La liberación, como siempre, conlleva sacar lo mejor de sí mismo. Buena moraleja.
En su ópera prima, “Reconstruction”, mezclaba a Hitchcock y Lynch con “Olvídate de mí!”. Era una drama psicológico, en el fondo tradicional (un hombre olvida su pasado), pero donde mostraba elementos metafóricos en la trama.
“Allegro” continua los pasos de la mejor película de Michael Gondry: la ruptura, la elección de lo que más amas en el mundo, la fatalidad y a través de una kafkiana historia de amor: esa “Zona” (¿guiño a “Stalker”?) metida en la capital danesa a la que nadie puede acceder y donde se encuentran encerrados los recuerdos del protagonista.
Original aunque a veces demasiado epidérmica para tratar un tema donde los recuerdos más vibrantes de una vida deberían inundar la pantalla. La liberación, como siempre, conlleva sacar lo mejor de sí mismo. Buena moraleja.
5 de abril de 2011
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con una hermosa melodía, una vida como cualquiera, un amor con causalidad en la casualidad... Intuyo tu idea, Christopher, sé por dónde vas, yo lo entiendo, sígueme adentrando en lo que puede pasar.
Nuestro Z. Tiene que entrar tras la pared invisible, y allí está El Trauma: “te olvido por siempre”, te has simplificado, Chris, pero la reconstrucción de la arquitectura de la mente, el intuitivo deambular, es todo tan perfecto que me has simplificado a mí, ahora soy yo el vulnerable hasta la inexistencia, amarrado a un ancla en el fondo del mar de la temporalidad, ya no tengo talento y la inmortalidad ni se huele desde aquí, sólo burbujas.
Y todo por... ¿por qué?
Nuestro Z. Tiene que entrar tras la pared invisible, y allí está El Trauma: “te olvido por siempre”, te has simplificado, Chris, pero la reconstrucción de la arquitectura de la mente, el intuitivo deambular, es todo tan perfecto que me has simplificado a mí, ahora soy yo el vulnerable hasta la inexistencia, amarrado a un ancla en el fondo del mar de la temporalidad, ya no tengo talento y la inmortalidad ni se huele desde aquí, sólo burbujas.
Y todo por... ¿por qué?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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3 de diciembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A él le parece que su manera de indagar cuál es o son los valores en la vida, es muy atractiva. El describe un tipo de carácter que es más típico de los nórdicos. Me acuerdo de Chesterton que decía: los nórdicos y flemáticos pierden la cabeza cuando las papas queman, mientras que los latinos no. Y en cambio, los latinos pierden la cabeza por cuestiones de amor, mientras que los nórdicos para nada. Y esto es así, lo que mata es la frialdad. En la frialdad se cuecen las soledades, supongo que habrá dicho Unamuno.
El valora mucho que exista un Cine como este, hecho con sinceridad, con inocencia y curiosidad por conocer lo humano, pero sin intereses mesquinos. El no puede decir que la película que vió tiene fines comerciales, como por ejemplo la mayoría de las realizadas en ee.uu. Ni comercial ni de falsos sentimientos embellecidos con música o imágenes. A él, a mi otro yo, le encantó poder verse reflejado, a mi en cambio, ya no me acuerdo.
El valora mucho que exista un Cine como este, hecho con sinceridad, con inocencia y curiosidad por conocer lo humano, pero sin intereses mesquinos. El no puede decir que la película que vió tiene fines comerciales, como por ejemplo la mayoría de las realizadas en ee.uu. Ni comercial ni de falsos sentimientos embellecidos con música o imágenes. A él, a mi otro yo, le encantó poder verse reflejado, a mi en cambio, ya no me acuerdo.
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