Venganza (Serie de TV)

La cadena ABC ha encadenado un recital de cancelaciones de sus nuevas series (“Last Resort”, “666 Park Avenue”, “Zero Hour”) y, con la duda de la renovación sobre “Malibu Country” o “Nashville”, llega “Red Widow” con olor emparedado terminal y cuerpo con los pies de hormigón antes de ser lanzado al mar. El remake norteamericano de la serie holandesa ‘Penoza’ es… efectivamente ‘Penozo’. ¡Y eso que lo ha orquestado su propio creador! Puede que los tiempos hayan cambiado y tanto el piloto como el segundo capítulo emitido dejan claro que las bodas a lo “El padrino” como obertura son ahora simples aberturas amenizadas por Cee Lo Green y Right Said Fred. ¡Y ver a mafiosos y esposas bailar con ‘I'm Too Sexy’ no es nada sexy, oigan! ¡Es es un sketch!

Después de tanta exclamación es normal llevarse las manos a la cabeza. Con “Red Widow” me vino a la mente “Bella Mafia” con Nastassja Kinski y el actual argumento de que la ama (o amo) de casa se haga cargo de un negocio ilegal a lo “Weeds” o “Breaking Bad”. En la ficción que monopoliza Radha Mitchell también hay marihuana, un halo de misterio respecto a la muerte del esposo, agentes entrometidos del FBI con novias drogadictas y mafiosos peligrosos de traje y corbata. Por supuesto, está la familia: padre mafioso e hijos que oscilan desde la ignorancia, el trauma y la sed de continuar el legado familiar. Las tramas aportan poco y la intriga es de manual… ¿Otro fiasco de la nefasta temporada de nuevas series de la ABC?

El principal problema de “Red Widow” es que hemos visto cientos de veces aquello que ofrece y cientos de veces mucho mejor. Floja telenovela y folletín con mafiosos que quedaría mejor como una comedia negra o un estudio de la genética criminal… Rasgos que el remake de Pieter Bart Korthuis ni se molesta demasiado en explorar. La ficción arrastra lo inverosímil y se acerca a lo estúpido entre un tono demasiado cursi, superficial y un discurso moral invisible. Los clichés afloran entre el luto y la ambigüedad… Dudo que Marta Walraven sea un anti-heroína televisiva capaz de sobrevivir ante una competencia mortal al que le sobra (o falta, según se mire) mucha ¿heroína? Al menos la necesitaran los espectadores que prentendan ‘engancharse’ a esta serie.

La protagonista es una madre de familia que tiene que lidiar con la mafia rusa para saldar una deuda. La policía le está investigando y ella tendrá que traficar y codearse con gente muy mala para salir adelante y proteger a su familia.
Podría haber sido una serie aceptable, pero se ha quedado en la medianía.
El desarrollo es lento, como si tuvieran pensado que iba a ser larga y no quisieran acelerar mucho las cosas. Las escenas que podrían ser más emocionantes, no lo son. Y es que exceptuando a la protagonista (que tampoco da lo mejor de sí misma aquí), los actores son autómatas que se limitan a recitar el guion. Ni siquiera el que siempre sale cuando hay rusos por medio (Rade Serbedzija) está a la altura.
No faltan las tramas secundarias familiares para rellenar tiempo.
Creo que el fallo es que los guiones no enganchan lo suficiente ni te dejan con síndrome de abstinencia entre episodio y episodio. Y ese es un error que ninguna serie debería cometer.
Con todo ello, tampoco es una serie tan mala como para dejar de verla. Claro, que con solo ocho episodios, eso tampoco es decir demasiado. Creo que si hubiera sido más larga, le habría suspendido la nota y dejado de verla a medias.
Pero si no hay nada mejor que ver entre otras dos series mejores, puede suponer un entretenimiento pasajero que se deja ver. Pero poco más. No me extraña que fuera cancelada, con la de series que hay mejores.