You're the One (Una historia de entonces)

YOU'RE THE ONE (Eres lo mejor) es una historia de la España aquella que muchos conocimos de cerca, donde en las escuela un maestro nos contaba cuentos o nos hacía dictados del impactante libro de Edmundo de Amicis: "Corazón". Pero además de ser una historia de entonces, también lo es de todo tiempo o lugar en tanto y cuanto nos habla de una mujer que ha perdido al gran amor de su vida y trata de sobrevivir a pesar de su estado depresivo; de una abuela y una madre, ambas sin hombres a la vera, que crían y sacan adelante de manera espléndida a un niño; de un maestro de escuela, bueno y noble, que precisamente por eso no tiene amores ni aventuras ni grandes sorpresas en su vida; de un cura de pueblo que tras su apariencia brusca y clericalista, resulta ser un pobre hombre frustrado en una profesión que le ha hecho desperdiciar su potencial de felicidad humana; sobre un niño que representa la esperanza del que llegará a horizontes que nosotros no pudimos; o de gente que en el cine tiene su goce y su ración de vivir de vez en cuando vidas extraordinarias que de otra manera sería imposible.

Garci, magistral una vez más, nutre su narración cinematográfica con reflexiones filosóficas de enorme calado. Por ejemplo:

Cuando el maestro y los alumanos todos a coro repiten: "La educación tiene más fuerza que la bomba H."
Cuando el niño comenta que reza todas las noches un padrenuestro, pero no para que le llegue la vocación al sacerdocio, como le recomendó el párroco, sino para que no le llegue.
Cuando Julia reflexiona hablando con la tía Gala: "La esperanza es una cosa muy rara, ¿verdad?, se tiene aún sin tener la más pequeña probabilidad."
Cuando don Matías, el cura, en un momento de borrachera, comenta con ironía: "Señor, Señor, ¿Por qué no me has abandonado?", con lo que da a entender que al contrario que a Jesús de Nazaret que resucitó habiéndolo abandonado Dios, a él no lo ha abandonado y quizás por eso vive una vida tan mortecina.
O cuando el bueno de Orfeo, el maestro, le insinúa a Julia que la ama y ella se escurre de tal atracción diciéndole que lo importante es que él es una buena persona, a lo que Orfeo le replica: "Ese es el problema, que a las mujeres nunca os atraen las buenas personas."

En definitiva, una magistral película de cine, de estas obras trascendentes y contemplativas que no todo el mundo está preparado para degustar, pues como es sabido el gentío o los progres rizadores de rizos no poseen el don de saber apreciar las profundidades del alma, entre otras cosas porque no creen ni en profundidades ni en almas.

Fej Delvahe

Hace poco más de un año que regalé esta película a mi mejor amigo, y le hice la siguiente advertencia; "esta no es una película de acción, ni de grandes tramas, ni de imágenes espectaculares, pero es la película más sincera y personal que he visto". Se trata de una película contemplativa, es como ese caminante que un día decide detenerse en una playa a reflexionar todo lo que ha recorrido para luego seguir. Esto es lo que hace la tía Gala, sentarse en la playa y contemplar la vida pasar, y eso es también lo que pretende Julia cuando va a Llendelabarca. Es una película que reflexiona sobre muchas cosas; el amor, la soledad, la infancia, la vejez, la tristeza del echar de menos y de la amistad, un tema muy bien tratado en esta película, tratado desde una profundidad casi ontológica. Esta la amistad de Julia con el niño, de la tía Gala con Pilara y con Julia, la del maestro con Pilara y con Julia, y la más característica; la amistad de Pilara y Julia: "porque aquella niña rica de Madrid que no te dejaba jugar con sus juguetes, es tu amiga y te quiere". En los momentos difíciles, lo mejor que nos puede pasar es sentir esa mano amiga que nos dice; cuenta conmigo. Quizá por eso es una buena película para regalar a los amigos, a los mejores amigos, a los que podamos decirles; you´re the one, eres el mejor...
Es una película rodada con muy buen estilo, donde destaca una cuidada banda sonora de Pablo Cervantes que parece trasladarnos a ese misterioso mundo de los sentimientos. Es una película llena de imágenes de una hermosura insuperable; la playa, el paseo por la ciudad, el caer de la nieve... Es una película que no tiene prisa, sino que respira. Es una película para meditar sobre las mejores cosas de esta vida, aquello que nos hace felices. Es una película que te seguiré dedicando a tí, Amigo...

Ella llegó con su aroma a vainilla.
Llegó trayendo la mirada gris, en la que flotaba la nebulosa de una honda pena de amor. Llegó con su presencia elegante, con el halo de un Madrid encantado que bien podía ser París o Pekín, de tan lejos como parecía (y estaba, efectivamente, muy lejos, como si habláramos de planetas distintos).
Traía un impecable automóvil de esos de importación, seguramente de algún país avanzado como Inglaterra.
Se asemejaba a una aparición fuera de lugar en Cerralbos del Sella, una aldea perdida en medio de ninguna parte. Nada en su aspecto pulcro de señora de mundo cuadraba con la humildad de un típico pueblo de provincias.
Julia había crecido en esas tierras agrestes, despertando a una infancia y a una adolescencia felices.
Dicen que las raíces, cuando llegan bien adentro, no se pierden del todo. Julia las conservaba adheridas a los estratos más antiguos de su ser.
Cuando se sintió desvanecer en el vacío de su jaula de oro en la capital, perdida ya más de la mitad de su alma desde que José Miguel se fue, quiso volar y buscar el consuelo que su suntuoso hogar madrileño, ya cubierto de sombras, no le brindaba.
Comenzó su viaje en solitario, en su impecable automóvil de importación, escuchando en su mente sin cesar la canción que se le había quedado grabada, como si fuese la banda sonora de su vida: "Night and Day", de Cole Porter.
Se lanzó a la carretera con el equipaje de sus tristezas y de un pasado reciente que se negaba a marchar en paz. Sobre todo porque ella no podía dejarlo marchar sin arrancarse toda la carne de su interior.
Ella llegó con su aroma a vainilla.
Una silueta etérea junto a la ventana, con el cabello y el atuendo a la moda, la figura esbelta, con un cigarrillo que de cuando en cuando se llevaba a los labios pintados, mientras los ojos de un niño deslumbrado la contemplaban con la adoración de la polilla atraída por la luz de una lámpara.
Julia regresó a una infancia que creía enterrada, a la compañía tierna de personas como Pilara, su amiga de la niñez, como la tía Gala, un pilar venerable de esa sabiduría ancestral que no entiende de prisas ni de inutilidades superfluas, como Juanito, que empezaba sus andanzas con esos ojos despiertos que deseaban beberse ávidamente cada sorbo de descubrimiento. Como Orfeo, el maestro, ese modesto hombrecillo de corazón enorme como las rocas de la playa que a tía Gala tanto le gustaba mirar.
Juanito siempre recordaría el aroma a vainilla. El gesto inefablemente seductor de la mano sosteniendo un cigarrillo. La voz bien modulada y fina como una caricia. "Turandot" de Puccini. El "vals del Murciélago", de Strauss. El amor que se revela por primera vez. Y la nostalgia.
Fue entonces cuando él aprendió lo que era amar a una mujer que no era su madre ni su abuela.
Y la nostalgia.

Garci demuestra nuevamente que es todo un maestro.
Podrán gustar (o no) sus historias o el ritmo que tiene contándolas, pero cualquiera que vea un poco más allá se da cuenta de la maestría con que maneja los actores, elige la fotografía o lo cuidado de sus guiones.

Respecto a esta película, quizá no sea lo mejor de Garci, yo me sigo quedando con cosas como "Volver a Empezar" (con el mejor Bodalo de su vida), "Asignatura Pendiente" (soberbio Sacristan) o "El Crack" (el mejor papel de Landa, junto con el de "Los Santos Inocentes"), sin embargo esta es una película que rezuma calidad por todos sus poros.
Quizá algo lenta en algunos momentos, Garci vuelve a sus tópicos asturianos (y que siga por mucho), su cuidada eleccion de la música y la excepcional direccion de actores (¿ Alguien podía pensar que Lydia Bosch sería capaz de trabajar así ?).
La virtud de Garci en esta película es que, sin contar nada (realmente en la película no pasa nada), dice mucho.

Jose Luis Garci es un director que gusta a muchos y aburre a otros, yo me cuento entre los primeros.
Les diría a los segundos que hicieran un esfuerzo y que intentaran meterse en una de sus películas, seguramente no saldrán decepcionados.

Primeros días de 1.998. Beverly Hills. Garci pasea por la Meca del cine mientras aguarda la ceremonia de los Óscars, donde "El Abuelo" optaba a la estatuilla como mejor película de habla no inglesa. El director madrileño mira entonces hacia la calle y encuentra a una glamurosa señorita que paseaba en un coche no menos glamuroso. Nace "You´re the One".

Y aprovecha Garci el lugar de nacimiento de la obra para rendir pleitesía al Hollywood clásico, donde el cine se hizo grande. Homenaje sin paliativos a una manera de entender este arte que tiene como camino principal de tránsito emocionar al espectador. Además haciéndolo de una manera inteligente, utilizando con tacto y pulcritud la música (Puccini, Verdi), la literatura (Cela, Baroja, Hemingway) o el mismo cine (Stevens, Capra, Leisen). Disciplinas estas fundamentales en la vida y en la formación de un director al que, si bien puede acusársele del uso continuado y reiterativo durante su carrera de ciertos estereotipos, nadie podrá negar nunca su gusto exquisito y sus conocimientos absolutos de ésto que tanto amamos (los 17.000 largometrajes que ya decía haber visto allá por el año 2.000 es otro más de sus innumerables avales).

El B&N con el que Garci filma el bosque de Muniellos o la playa de Llanes sirven para dar forma a la sencilla historia de Julia, una mujer herida emocionalmente por la pérdida de su compañero represaliado por el Régimen después de la Guerra Civil. Mujer de ciudad, culta, con inquietudes y que busca consuelo en tierras asturianas. Allí se encontará con gente que le hablará desde el interior dejando al desnudo sentimientos tan humanos como faltos en su vida. Esto sin duda le servirá como motor para iniciar ese viaje interior tan anhelado y que le permitirá conseguir un billete para retomar con entusiasmo una nueva etapa de su vida.

Rodada como antes, con los mismos cuidados, los mismos engranajes y los mismos mecanismos, Garci convierte a "You´re the One" en una película cultista y conservadora de todo lo bueno del cine de siempre. Y reveladora también. Reveladora para un cine patrio que, pese a quien pese, tiene en el cineasta madrileño a uno de sus grandes hombres. Reconocerlo es una obviedad. Disfrutar con su trabajo, una obligación.