Cuando el viento sopla

Espeluznante.
La idea de que un día una bomba nuclear nos sorprendiera, como la ingenuidad de este matrimonio anciano que lejos de imaginar en principio lo que sucede insiste en repetir las rutinas cotidianas como si fueran lo más importante, especialmente cuando vemos que el esposo empieza a comprender claramente lo que sucedió y lo único que parece importarle es que su esposa no se preocupe, cuidarla como siempre, evitar que sufra pensando que algo malo pasa.
Sencillamente desvastadora esta animación que nos sacude con la posibilidad real de la contaminación nuclear después de una detonación, estar vivo sabiendo que uno ya está muerto. Terrible. Es necesario verla, sin desperdicio.

Posiblemente la mejor película del subgenero "terror apocalíptico nuclear", fiel reflejo de una época, mediados de los años 80, obsesionada por una posible confrontación nuclear entre EEUU y la URSS que acabase por extinguir del planeta a la raza humana.
Conmovedora por su autenticidad a pesar de tratarse de dibujos animados de una gran sobriedad, muestra sin apenas dramatismos como un matrimonio normal de personas mayores, intenta sobrevivir a los momentos posteriores a la explosión de una bomba atómica, las consecuencias físicas que sufren y, en definitiva, el desvalimiento del individuo ante una situación que le supera y para la que los propios gobiernos, culpables de haberla provocado carecen de respuestas.

Una película necesaria, imprescindible, de visionado obligatorio para toda persona. Animación sobrecogedora con un claro enfoque pedagógico. "Cuando el viento sopla" nos habla de la vida, del amor, del tiempo, de la guerra, de la muerte... del optimismo... Debería de introducirse en la programación de cualquier alumno, porqué enseña, muestra el horror de una guerra, sin atacar a nadie, sin malos ni buenos.
Una banda sonora con gente como Bowie o Genesis, una imagen que combina distintos tipos de animación según la escena, y que además introduce elementos reales, como el mobiliario del hogar de los protagonistas.
Escenas inolvidables como los sueños de la anciana, o los recuerdos de toda una vida.
Es una película de las que te pellizca el corazón, muy poquito, sin hacer daño, pero te lo pellizca, y siempre lo notas...

Lo mejor: los diálogos.
Lo peor: nada.

Pocas veces un film de animación consigue conmover como lo hace esta historia de un entrañable matrimonio. Se trata de la historia de una pareja de ancianos que se ven sorprendidos por el inicio de una guerra nuclear. Es un film que nos hace reflexionar sobre las victimas de una guerra; los inocentes. Conmueve ver como la cotidianidad y la agradable convivencia de la pareja es interrumpida salvajemente por una bomba. Es un film que cree en las personas y en sus buenos sentimientos. También nos hace reflexionar sobre el amor, de como una pareja de ancianos se aman como el primer día y recuerdan aquellos días felices, aunque dificiles. Es un filme que se hace dificil de definir, sino que solo cabe verlo y dejarnos interpelar por todo lo que nos transmite y que solo el corazón hable.

Se trata de una historia sencilla, casi teatral, cuyos protagonistas son dos entrañables ancianos enfrentados al horror de un "nuevo" tipo de guerra desconocida para ellos:
la guerra nuclear. Los protagonistas han vivido ya la Segunda Guerra Mundial en su niñez y han permanecido toda la vida juntos, por lo tanto se disponen a afrontar una nueva prueba de supervivencia apoyándose para ello en la ternura que aflora en su vida cotidiana.
La película, al igual que sus protagonistas, tiene un ritmo lento y cadencioso.
Sin embargo rezuma sentimientos nobles y consigue transmitirlos con total intensidad.
Hay implícito un claro alegato antibelicista que cuestiona abiertamente la sinrazón de la guerra y del supuesto "enemigo". A destacar esas escenas intercaladas con imágenes reales sobre la guerra y esas fantasías oníricas de los personajes que le conceden una credibilidad aún mayor.
Es sin duda la película de animación más sobrecogedora que he visto.