Jara

Debut cinematográfico de una enchufada más, en este caso hablamos de la rancia Olivia Molina a la cual no dejaron musitar palabra en una película realizada para su lucimiento, y no precisamente actoral ya que su autismo da risa y vergüenza ajena a partes iguales, sino físico ya que se pasa la mitad de sus escenas en pelota, dejando claro que su único talento es su body. Olivia tuvo que estudiar poco guión y mucho Kamasutra, sus primero acercamientos a Sergio Peris os provocarán más de una carcajada, hasta hay intentos del muchacho de enseñarla a hablar.... Los personajes se pasan la cinta elogiando el maravilloso olor corporal de la chica (debe ser que no tener contacto con la civilización y revolcarse todo el día por el campo le han dado un atractivo elixir). Pronto descubren que presenta cualidades aptas para la prostitución y que el estar muda no le impide abrirse de piernas. Parece que Olivia no se enteró de que no a todas las putas les dan el Goya (una lástima porque debutar como protagonista y no conseguir ni una nominación a revelación, ya dice bastante).

Este horror se desarrolla en un paraje rural, ambientado por unos disfraces de la tía Antonia con el que los actores complementan sus infantiles actuaciones. Destacamos el gorro de pitufo maquinero que luce María Isbert. Un teatrillo de colegio deja en bragas a todo el equipo.

La música es otro aspecto perfectamente acorde con la película, una de las peores bandas sonoras de la historia, para acompañar estúpidos paseos a caballo y las correrías de los jóvenes a lo Tom y Jerry, que completan la mofa.

Cualquier persona que se haya vinculado a esta cinta, tendrá que meter la cabeza en tierra cada vez que alguién le recuerde JARA, una película que por suerte creo que ha visto poca gente.

Lo mejor: Ángela Molina aporta las únicas escenas salvables de la cinta, en un intento frustrado de salvar el producto de la niña.
Lo peor: es un dolor.

Si la cinta se traga en su conjunto por determinadas escenas sexuales con una preciosa Molina y unos exteriores rurales que te mantienen con los ojos abiertos, el elemento del campesino salvador y de la historia feliz acaban con unas intenciones saludables en principio. Se ve de principio a fin pero es tan predecible que aburre mucho en determinados momentos. Se salva de la quema por las tórridas escenas entre las rocas y por el recuerdo de la belleza del campo español.

Olivia Molina no me parece guapa de cara. Me parece del montón. Pero eso sí, a sus 20 años tenía un cuerpazo y una lozanía envidiables. Si encima hace de criatura salvaje llena de instintos, más morbo le da al asunto.

A esta película, la primera que hizo, llega de la mano de mamá Ángela, y aún sin destetar. Curioso es que su nombre artístico sea con el apellido de su madre/tío (que se sepa bien quién es la niña). No es que la chica no tuviera experiencia ante las cámaras, porque ya había rodado un poco en la serie 'Al salir de clase', pero para la gran pantalla, y saliendo en paños menores, tiene que estar mamá vigilando.

La historia es bonita, pero mal rodada. Un pastor solitario encuentra a una adolescente salvaje que, pese a que se adentró en el bosque bien crecidita, ha olvidado el lenguaje. A esa mujer la desean el maestro, el cura, el soldado francés, y todo el que se cruza por su camino. Cegados por el deseo carnal , por los celos y por la envidia, se la arrebatan, y la chica termina vendida a un prostíbulo. Y hasta aquí puedo leer. Es una trama de instintos primarios, como los de su protagonista.

¿Y por qué no ha convencido al público? Pues porque las escenas eróticas son flojas y escasas, porque algunas escenas parecen inconexas o contadas a destiempo, y porque el dúo protagonista tiene pocas tablas. No ocurre así con los actores secundarios, de solvencia más que probada. De hecho, media película pasa sin que Olivia hable, lo cual es de agradecer. Esa falta de vis interpretativa la chica debió suplirlas enseñando más sus encantos femeninos.

Buena película no es, pero a mí me ha gustado más que 'Nell'.

Me parece que es una película interesante, donde se muestra la realidad rural que tenía y aún tiene España y que mucha gente no quiere reconocer, pienso que el director ha querido darle algo de heroísmo a los protagonistas en especial a Jara(Olivia Molina), que cría un hijo en un poblado enfermo, horroroso, donde el mal menor es la mujer que administra el lenocinio, por ultimo diría que la película tiene un final esperanzador.

Este subproducto es el mayor despropósito de la historia del cine español.