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Rep. Dominicana 5150, Rue des Ormes
241
Thriller. Terror
El 5150 Elm's Way está situado al final de una tranquila calle en una pequeña ciudad. Cuando Yannick se cae de su bici, llama a la puerta de la residencia Beaulieu para poder limpiarse la sangre de sus manos. Pero Jack Beaulieu y su familia tienen otros proyectos para Ian... (FILMAFFINITY)
16 de noviembre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eric Tessier dirige esta peculiar producción canadiense basada en el guión de Patrick Senécal, combinando elementos de thriller y terror psicológico.
El film nos cuenta la desafortunada historia de Yannick, un adolescente que, tras sufrir un accidente con su bicicleta llama, pidiendo ayuda, a la puerta equivocada. Esa casa en la que busca auxilio no es otra que aquella a la que se refiere el título, que es su dirección, “5150, Calle de los Olmos” (o, como se vería en inglés, fantástico guiño a otra ubicación mítica en el género “5150 Elm Street”) y está habitada por la familia Beaulieu que permitirá su entrada en la residencia, pero nada es lo que parece, y el protagonista, una vez cruzado el umbral de la casa, comenzará su oscura aventura…
El equipo de intérpretes (Marc-André Grondin, Normand D'Amour, Sonia Vachon, Mylène St-Sauveur, Élodie Larivière, Catherine Bérubé, Normand Chouinard, Louise Bombardier, Pierre-Luc Lafontaine, René-Daniel Dubois, Jacques Allard) regala una actuación más que correcta, que arrastra al público al interior de la historia, al interior de la casa, a lo más profundo de la mente y sus miedos.
La mezcla de géneros, naciendo en el thriller y avanzando por sendas de cine de terror psicológico y retazos de fantástico resulta un gran acierto, pues hace más ameno el viaje a lo largo de sus casi dos horas de duración y va tejiendo, con cada vertiente la tela de araña que capta toda la atención.
La película busca en lo cotidiano para enraizar la inquietud, empatizando con facilidad el espectador con el protagonista. Busca en lo más común lo bizarro y en lo más normal lo ocultamente desviado. Claustrofóbica, onírica, sorprendente en su puesta en escena y en aquello que esconde el laberinto de su guión tras cada esquina, bajo cada recuadro del tablero de ajedrez que representa esta batalla entre la victima y sus captores.
La casa del 5150 de la calle de los Olmos, abre sus puertas y el viaje es, sin duda, recomendable.
-Enoch-
El film nos cuenta la desafortunada historia de Yannick, un adolescente que, tras sufrir un accidente con su bicicleta llama, pidiendo ayuda, a la puerta equivocada. Esa casa en la que busca auxilio no es otra que aquella a la que se refiere el título, que es su dirección, “5150, Calle de los Olmos” (o, como se vería en inglés, fantástico guiño a otra ubicación mítica en el género “5150 Elm Street”) y está habitada por la familia Beaulieu que permitirá su entrada en la residencia, pero nada es lo que parece, y el protagonista, una vez cruzado el umbral de la casa, comenzará su oscura aventura…
El equipo de intérpretes (Marc-André Grondin, Normand D'Amour, Sonia Vachon, Mylène St-Sauveur, Élodie Larivière, Catherine Bérubé, Normand Chouinard, Louise Bombardier, Pierre-Luc Lafontaine, René-Daniel Dubois, Jacques Allard) regala una actuación más que correcta, que arrastra al público al interior de la historia, al interior de la casa, a lo más profundo de la mente y sus miedos.
La mezcla de géneros, naciendo en el thriller y avanzando por sendas de cine de terror psicológico y retazos de fantástico resulta un gran acierto, pues hace más ameno el viaje a lo largo de sus casi dos horas de duración y va tejiendo, con cada vertiente la tela de araña que capta toda la atención.
La película busca en lo cotidiano para enraizar la inquietud, empatizando con facilidad el espectador con el protagonista. Busca en lo más común lo bizarro y en lo más normal lo ocultamente desviado. Claustrofóbica, onírica, sorprendente en su puesta en escena y en aquello que esconde el laberinto de su guión tras cada esquina, bajo cada recuadro del tablero de ajedrez que representa esta batalla entre la victima y sus captores.
La casa del 5150 de la calle de los Olmos, abre sus puertas y el viaje es, sin duda, recomendable.
-Enoch-
13 de mayo de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película francesa de ese genero donde cuesta mucho encontrar algo digno, no todos pueden ser Michael Haneke y hacer Funny Games.
5150 comienza relativamente bien, llevando de lastre el bajo presupuesto que le chorrea por todos lados. Quizás la credibilidad de la película caiga cuando veamos que las trabas que le imponen al protagonista no son gran cosa, y usted desde su sillón pensando que podría haber escapado unas cuantas veces a lo largo del metraje sin mayor problema.
Las actuaciones están bien, sobre todo la señora de la casa en su papel de manipulada. Pero el conjunto no supera el regular.
5150 comienza relativamente bien, llevando de lastre el bajo presupuesto que le chorrea por todos lados. Quizás la credibilidad de la película caiga cuando veamos que las trabas que le imponen al protagonista no son gran cosa, y usted desde su sillón pensando que podría haber escapado unas cuantas veces a lo largo del metraje sin mayor problema.
Las actuaciones están bien, sobre todo la señora de la casa en su papel de manipulada. Pero el conjunto no supera el regular.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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2 de junio de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me acaba de convencer en general el cine que nos llega de Canadá. Me suele parecer o cutre o demasiado raro, y muchas de las producciones de serie B (de barato) nos llegan de allí.
Sorpresón esta maravillosa 5150 Rue des Ormes, rodada con simpleca, pulcritud y limpieza argumental, a la par que el contenido se enturbia, se disloca y entra en un bucle de locura más que interesante.
Nuestro prota tiene una beca para una escuela de cine y se decide a rodar como primer trabajo de curso un video sobre su barrio. Por no atropellar a un gato se pega tortazo y acude a la única casa cercana, en la dirección que da título al peliculón.
Allí encuentra un ambiente extraño, vírgenes, velas y estampas por doquier mezcladas con trofeos de ajedrez. Oye un ruido y descubre un tipo medio muriéndose. Ahora él va a ocupar la habitación del muerto y se mete directamente en una familia desquiciada, un padre justiciero enfermo mentalmente, una hija aún más desequilibrada y violenta, una madre sumisa y una niña que en el fondo es la única cuerda y la única que acaba en una unidad de trastornos mentales.
Los días pasan, los intentos de escapar se hacen perezosos y el ajedrez empieza a cobrar sentido.
Buen guión, deliciosas interpretaciones, magnífico final, efectos especiales justitos, pero solventes y un brío en la dirección poderoso, firme y muy bien logrado.
Imprescindible.
Lo mejor: La madre. El ajedrez siniestro.
Lo peor: Nada en absoluto.
Prácticamente perfecta.
Sorpresón esta maravillosa 5150 Rue des Ormes, rodada con simpleca, pulcritud y limpieza argumental, a la par que el contenido se enturbia, se disloca y entra en un bucle de locura más que interesante.
Nuestro prota tiene una beca para una escuela de cine y se decide a rodar como primer trabajo de curso un video sobre su barrio. Por no atropellar a un gato se pega tortazo y acude a la única casa cercana, en la dirección que da título al peliculón.
Allí encuentra un ambiente extraño, vírgenes, velas y estampas por doquier mezcladas con trofeos de ajedrez. Oye un ruido y descubre un tipo medio muriéndose. Ahora él va a ocupar la habitación del muerto y se mete directamente en una familia desquiciada, un padre justiciero enfermo mentalmente, una hija aún más desequilibrada y violenta, una madre sumisa y una niña que en el fondo es la única cuerda y la única que acaba en una unidad de trastornos mentales.
Los días pasan, los intentos de escapar se hacen perezosos y el ajedrez empieza a cobrar sentido.
Buen guión, deliciosas interpretaciones, magnífico final, efectos especiales justitos, pero solventes y un brío en la dirección poderoso, firme y muy bien logrado.
Imprescindible.
Lo mejor: La madre. El ajedrez siniestro.
Lo peor: Nada en absoluto.
Prácticamente perfecta.
1 de junio de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yannick (Marc-André Grondin), un joven estudiante de artes cinematográficas, se cae de la bicicleta en la que se movía por un apartado camino de una urbanización, a causa del violento frenazo que se ve obligado a dar cuando un gato negro se cruza en su camino; justo enfrente ve una casa familiar con un taxi aparcado en la puerta y pide ayuda al propietario (Normand D'Amour) que se encontraba fuera, el tipo le dice que espere mientras llama, pero el joven al darse cuenta que está herido en un brazo, entra en la casa, oye al propietario hablando por teléfono, y mientras se esta limpiando la herida oye apagados gritos de auxilio procedentes del piso de arriba, sube, encuentra a un tipo malherido suplicando ayuda y al darse la vuelta para salir huyendo de la casa se encuentra al dueño de la casa que le agarra y le encierra en una habitación.
Acto seguido conocemos al resto de habitantes de la casa, Michelle (St-Sauveur Mylène) una joven adolescente, y a Maude (Sonia Vachon) y Anne (Elodie Larios), la mujer y la niña a los que al comienzo del film vimos ayudar a recuperar un sándwich que le había robado un gamberro a la criatura, asistimos a un intento de fuga en el que es golpeado y vuelto a encerrar, y tras los 10 minutos que nos ha llevado ponernos en situación, comienza la función.
Sigue en spoiler por falta de espacio:
Acto seguido conocemos al resto de habitantes de la casa, Michelle (St-Sauveur Mylène) una joven adolescente, y a Maude (Sonia Vachon) y Anne (Elodie Larios), la mujer y la niña a los que al comienzo del film vimos ayudar a recuperar un sándwich que le había robado un gamberro a la criatura, asistimos a un intento de fuga en el que es golpeado y vuelto a encerrar, y tras los 10 minutos que nos ha llevado ponernos en situación, comienza la función.
Sigue en spoiler por falta de espacio:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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