¿Quiere casarse conmigo?

Una película en la que pueden localizarse algunas virtudes habituales en el cine con cantante tal y como se abordaba en los años 60 con diálogos simpáticos, una historia previsible de principio a fin y cierto talento a la hora de crear chispeantes escenas propias de una comedia. Enrique Carreras era un cineasta versátil pero solía conformarse con temas intrascendentes y esta no fue precisamente la única ocasión en la que dirigió a Palito Ortega que en el caso presente comparte la cabecera de cartel con una actriz muy de moda en los años 60 como era la refinada Sonia Bruno quien consigue en muchas escenas imponer su personalidad para destacar en la película. Palito Ortega canta muy bien y las melodías escogidas se compusieron con cierta inspiración. Esta comedia musical fue una de las coproducciones entre España y Argentina que filmó Enrique Carreras antes de volver a dedicarse al cine netamente porteño y representa una obra en la que se pueden considerar muy correctos los decorados, la ambientación y la fotografía. Los dos protagonistas consiguen lucirse más o menos y animar a ratos este simpático empeño. Una película para nostálgicos del decoro cinematográfico.