La paz de Marsella (Serie de TV)

Un film o serie, como en este caso de Olivier Marchal es como una marca en si misma. Policías atormentados, con ese aura de malditismo tan francesa, siempre actuando al borde de la ley, con mucha testosterona y mujeres policías tan duras de pelar como sus homólogos varones superiores jerárquicos que parece que solo existen para molestar y tocar las narices ( en está ocasión, el socorrido agente de asuntos internos, que encima es negro, que no se diga) por otro lado delincuentes sin escrúpulos, más malos que un dolor de muelas, que no dudan en utilizar la violencia más despiadada. A pesar de todos estos clichés tan típicos del polar francés, bien mezclados, con actores solventes, un espacio urbano tan sugerente como Marsella con sus desigualdades sociales y su multiculturalidad. Un eficaz artesano como Olivier Marchal que a pesar de que casi siempre hace la misma película, cada vez la hace mejor francamente. Se devora en un par de tardes.