El hombre que mató a Don Quijote

Igual que le ocurrió a don Quijote ante el mozo de mulas, la versión cervantina de Terry Gilliam ha sido un saco de golpes para crítica y pública. Tal vez haya sido por las expectativas creadas alrededor de un rodaje que ha durado tres décadas, lo cual se dice pronto. O, probablemente, que el ADN Monty Python ha llevado a un sector de la audiencia a pensar que se iban a encontrar ante una comedia de ocurrentes y continuados gags.

Nada de eso. "El hombre que mató a don Quijote" es una tragicomedia que tiene más de lo primero que de lo segundo. Estamos ante un viaje metaficcional que no quiere ponerlo de todo fácil. Vamos a tener que refrescar nuestra lectura para disfrutar del viaje. En serio, no es tan complejo seguir su ritmo de flashback y realidad-ficción si tenemos en la memoria los juegos del manco de Lepanto.

Adam Driver y Jonathan Pryce resultan deliciosos en sus modernas versiones de los dos mitos. Igual que ocurría en la novela, Quijote y Sancho se contagian, a la par que Cervantes termina viendo, como creador, que sus criaturas cogen vida propia, incontrolables. ¿Que termina por resultar no siendo redonda? Más que probablemente. Pero es que el mismísimo Orson Welles intentó rodar en España su ingenioso hidalgo y terminó dando el brazo a torcer.

Lo que no puede negarse es que nos hallamos ante una cinta con alma. Que Gilliam conoce la obra y hace algo más que un homenaje a John Hurt. Que Olga Kurylenko es bastante más que un rostro bonito como veníamos sospechando desde que la vimos en "La muerte de Stalin". Porque Dulcinea tuvo muchos rostros y secretos. Estamos ante un juego del gato y el ratón donde podemos disfrutar mucho si aceptamos las reglas.

Un viaje de iniciación donde podemos disfrutar de un reparto de secundarios españoles brillante (Óscar Jaenada, Jordi Mollà, Rossy de Palma, etc.). Una adaptación donde los moriscos se convierten en inmigrantes marroquíes, donde los reos a galeras van en un coche de la Guardia Civil...

Es densa y poco complaciente. Pero está bastante más cerca del verdadero Quijote que otras adaptaciones menos arriesgadas que se complacieron en una sana prudencia. Como el enloquecido por las novelas de caballerías, Gilliam sale con el más noble de los ideales dispuesto a que le partan la cara.

Y eso merece un respeto.

Terry Gilliam no es ajeno a la imaginería cervantina, es lógico que llevara 30 años intentando rodar su versión cinematográfica del Quijote.

Rodar un film sobre la mejor novela de la historia es una misión extremadamente complicada, Orson Welles lo intentó y no llegó a culminarlo.

De ahí que haya que ser un poco deferente con alguien que se atreve de una manera ya madura y compleja a esta misión. Para mí es la única película de las que recuerdo haber visto del clásico que vale la pena.

La idea que plantea, la premisa, que es lo más espinoso del proyecto, es muy acertada, perfecta para condensar en 140 minutos los dos tomos en los que se basa.

El vestuario, la fotografía, los escenarios, las coreografías, impecables. También me gusta la interpretación de los actores en general, la pareja protagonista y la aparición de nuestros conocidos Sergi López, Jordi Mollá y Rossy de Palma.

Y sí, el guión , el desarrollo es mejorable, pero no se le puede negar el esfuerzo, Gilliam ya no tiene la chispa que tenía con los Monthy Pyton, ni en anteriores películas como Brazil, 12 monos, etc., pero la edad no perdona, lo compensa con oficio, como pasa en muchos otros casos de las artes. De todas formas no veo la confusión que he leído en alguna crítica.

El estilo es barroco, en su línea habitual, algo así como Tim Burton que puede gustar más o menos pero es el sello de la casa.

Yo he pasado bien el rato, hay aventura asequible y ese mensaje de la sociedad frívola e interesada y cobarde con lo que el espíritu del Quijote se agradece.

Nunca habéis tenido un proyecto, objetivo o trabajo que acaba volviéndose contra vosotros, sin posibilidad de arreglo? Pues como ya sabemos la mayoría, es la vida de Terry Gilliam y su Don Quijote...creo que es algo que para la gente tenaz y obsesiva, que siguen creyendo en ello, es un ejemplo para muchos. Cuánta gente ha fracasado en la vida, no solo en este mundo del cine, música o el arte, por proyectos en los que han creído y no han podido ver la luz o se han arruinado en el intento? Demasiados, sobre todo los mejores…Terry Gilliam en vez de llorar, amargarse y ponerse a la defensiva, tratando de ir de víctima, persiste en su intento y lo consigue. Ha hecho una película desde mi punto de vista y a pesar de algunos errores de guion, magistral. Sí, hay errores y en algún momento cuesta seguirla (como llegamos a Jordi Moyá?), pero la película te mantiene todo el rato atento a los dos personajes principales que definen muy bien la personalidad de los dos protagonistas principales de la obra de Cervantes, no sé si por el morbo de las complicaciones de producción, del proyecto del director, que en la película se reflejan de un modo casi autobiográfico, o qué , pero dentro de la locura obsesiva del ex Monty Python, hay vida y es una locura, pero es también una realidad en todos los proyectos que nos proponemos en nuestra vida. Qué complicado es a veces o qué complicado te lo hacen…

Por otro lado, hay algo que funciona desde mi punto de vista y son los actores. Con tal elenco de actorazos, que además lo bordan, la verdad es que Jonathan Pryce es el mejor Don Quijote (creo que así sería si de verdad viviesen en el siglo XVII) del siglo XXI bueno XX, pues es cómo Cervantes definiría a actores, productores y directores de hoy en día…Y Adam Driver lo borda, aunque sea algo complicado seguir al personaje, me ha sorprendido y mucho…No era muy fan de él y es alguien que va demostrando película a película que es posible mejorar y conseguir tus metas…La dulcinea Joana Ribeiro es una actriz que convence y encandila haciendo un papel único!! Alucinante el resto de personajes femeninos de esta película que entusiasman …

Por cierto, es de esas películas que se dejan ver dos veces sin que te canse…, hay mucho que comentar y volver a visualizar

Enhorabuena Terry!! y por favor sigue sin hacer caso a los críticos que si no sería imposible que se hiciesen películas como esta…!!

Esta película tiene dos aspectos que me parecen completamente distintos.
En lo visual tiene una fuerza impresionante con extraordinarias localizaciones, decorados, imágenes, fotografía.
En lo narrativo resulta ilimitadamente disparatada con actuaciones histriónicas, una mezcolanza de hechos que sólo a veces se resuelven de manera brillante y un transfondo exquisito que no llega a salir en un metraje demasiado largo

La crítica a esta película es, necesariamente, difícil.
Para empezar, esta no es una película comercial. Es (casi con seguridad) la última película de un señor al que le han dado dos amagos de infarto. Por eso, da la sensación de que intenta introducir demasiados mensajes en una sola película. Se asemeja a un choque de trenes que transportan ideas.
Por una parte introduce de la historia original que se contaba en Lost in la Mancha (suprimiendo los viajes en el tiempo, lo que me da pampurrias). Por otra parte, critica el panorama político desde el plano de la parodia. Y da un claro mensaje al #Metoo en cierto momento de la película. Eso, más bromas internas (cuando se pone a llover), o los guiños a Top Secret, la convierten en algo súmamente desordenado. Y no falto de interés, pero sí una historia que no es para este momento. La narrativa no evoluciona como se espera, como guión hay mucho corta-pega, y debes volver a verla para fijarte en todos los detalles que contiene. Pero parece una película qué principalmente, encuentra su alimentación en la improvisación.
He aquí, en la improvisación, dónde tengo que hablar de los actores y actrices. Sin duda tengo que empezar por la parte mala de la película.
Adam driver es, como actor y como personaje, un tipo arrogante. Y esto se refleja en su actuación. No me lo creo en ningún momento. Y sin embargo, veo que hay fragmentos de la película que parece imitar esa suerte de amanerado que tiene Johnny Depp, que para mí, es el que mejor reflejaría ese papel.
El resto, entre Olga y Joana mantienen el ritmo femenino, pero sus personajes son demasiado sencillos. Me hubiera gustado que fueran coherentes. Como el jefe y demás. Rossy tiene una aparición discreta, Oscar Jaenada está genial, y en general hay una coherencia entre ellos.
Y ahora tengo que hablar del caramelito de la película: Jonathan Pryce, genio y figura, ha conseguido llevar el Quijote a su nivel más alocado, coherente, emocional y profesional. Tanto es así que Jonathan desde su manejo de la esgrima y del caballo, hace que consiga creérmelo cada segundo que pasa de la película. Sus intervenciones son magistrales, son muy bien aportadas y en cierto modo parecen teatrales.
Las localizaciones de la pelicula son perfectas, la mitología incluida mal mezclada, pero evidente. Y el CGI tan parco como el presupuesto.
La música de Roque Baños encaja en la película, de una manera casi necesaria. El vestuario buenísimo, cosa que nadie valorará.
Hay fragmentos innecesarios, como esa extraña hipérbole americanizada de los árabes y de cierto panorama español. Estereotipos a montón. Con un cierto toque machista y xenófobo que no hace gracia a la gente joven.