Out of the AshesDocumental

Decidir rodar un documental sobre el combinado afgano de críquet en su camino hacia la clasificación para la Copa del Mundo supone, sin duda, una apuesta arriesgada. Por eso, imagino que Sam Mendes debe ser todo un apasionado de este deporte para apoyar a ciegas el proyecto –es su productor-, dado que desde su inicio no se sabía lo que de allí podría salir, no se conocía cómo podría evolucionar en los campeonatos mundiales el combinado nacional al que la película sigue. Intuyo que el mayor peso de esta obra recaería en su potencial como documento sociológico acerca de cómo un grupo de personas podría aglutinar en torno a ellas el espíritu de superación de una nación, además de mostrar en segundo plano pero de modo patente la situación del país.

Si estos eran los objetivos, se han cumplido a medias: el equipo afgano satisfizo con creces las expectativas de sus aficionados, haciendo un muy buen papel en la fase de clasificación. Sin embargo, la película no va más allá de esbozar leves trazos acerca de ese país y las diferencias culturales que afloran al visitar otros países (muestra, por ejemplo, los precarios medios con los que empezaron a practicar este deporte, a los chiquillos que juegan en medio de tierras baldías con una humilde extensión de cemento en medio o cómo uno de los jugadores se encierra en su habitación del hotel argentino donde se hospedan y se deja crecer la barba como modo de mantenerse fiel a sus creencias y evitar traicionarlas).

Lo que ocupa la mayor parte del metraje es el retrato de las eliminatorias, todas similares. Al final da la impresión de que el seguimiento de este grupo de hombres a lo largo de dos años podría haber dado mucho más de sí.

En resumen, la película da exactamente lo que promete: un documental sobre la selección afgana de críquet, poco más y nada menos.