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Los inconvenientes de no ser Dios

Drama "Los inconvenientes de no ser Dios" es un retablo de historias breves, que retratan un momento en la vida de diez personajes, que sufren esa angustia que produce no entender qué hacemos en el mundo. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
2 de diciembre de 2014
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando camino por la calle, y sobre todo en ciudades o países alejados de mi domicilio, me encanta mirar desde abajo las ventanas que tienen las cortinas abiertas. A través de ese hueco de escasos metros, se pueden vislumbrar habitaciones, librerías, lámparas encendidas y hasta incluso personas en algunas situaciones cotidianas.
Es como meterse brevemente en la vida de una familia o de un individuo, imaginando cómo es su carácter, sus gustos, su forma de trabajar y un largo etcétera de vivencias completamente ajenas a la de uno mismo.
Es algo así como arrebatarle a alguien un pedazo de su existencia y de su cotidianidad.
El director Javier Macipe ha entrado en la casa de gente anónima, creando una serie de personajes producto de la observación de los comportamientos humanos de una manera consciente, pero también inconsciente.
Ya que detrás de un buen director, se encuentra un gran observador, algo que Macipe tiene como seña de identidad dentro de su pequeña pero extraordinaria filmografía.
La mayor parte de sus cortometrajes están basados en ello, y no podría ser menos en lo que resulta ser su salto al largometraje, en una de las operas primas más deliciosas y contundentes del panorama español.
Un prodigio de historia, o más bien de micro historias, que vienen a relatar la vida de unas personas, las cuales sin ningún tipo de artificio dejan entrar una cámara para poder vislumbrar un pedazo de las mismas.
Los espectadores entramos en silencio en sus casas, perfeccionando lo que directores como Jaime Rosales han instaurado en nuestro país.
Macipe tiene el alma del director de “La Soledad” y de “Hermosa juventud”, pero también tiene el talento y la creatividad del Jim Jarmusch de “Noche en la Tierra”.
Y potencia la teoría de un mundo interconectado, llevando al límite los escasos grados de separación que nos unen los unos con los otros. La película logra en escasos minutos arañar unas realidades que el público terminará completando en su cabeza de manera asombrosa.
La resolución episódica se une a la tradición de otros títulos como “Vidas cruzadas”, “Madres & hijas” o “Amores perros”, donde se observan diferentes existencias entrecruzadas entre sí.
El director ha logrado empaparse a la perfección dentro de los límites propuestos de unas condiciones de producción limitadas pero a la vez extraordinarias. Aprovechando cada momento creativo en aras de un film que entra lentamente en tu alma, dejando un poso más que importante.
Gran parte de todo ello gracias a un elenco de actores en estado de gracia, profesionales mezclados con gente completamente desconocida, que actúan con una naturalidad pasmosa. A destacar esa extraordinaria señora que le canta al comprador de las tierras de su marido fallecido, o la presencia de los aragoneses Alfonso Pablo y Javier Aranda, en unos papeles que superan con creces todo lo visto hasta ahora en ellos.
Un título que tan solo tiene el problema de la ausencia de una distribuidora (por el momento) que haga que esta obra sea vista y disfrutada como se lo merece.
Francisco Javier Millan
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4 de diciembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizá el mayor inconveniente de no ser Dios es ser mortal, y puede que en cierta manera en algunas historias se gira en torno al concepto de la muerte, de la fugacidad de la vida. Un hombre estafado, un niño que se precipita al vacío por perder un balón o un joven cuyo corazón depende de una máquina por si decide pararse de repente.
Otro inconveniente es la falsa moralidad y ética impuesta también tratados en la cinta. Una cinta que refleja, duramente, la realidad en la que vive. Son problemas que bien podrían serlo de la gente de mediados del siglo pasado, problemas cotidianos y más allá de ellos, las personas que las sufren. Por ello hay que resaltar el maravilloso trabajo de esas personas que, sin ser actores, nos conquistan a través de su interpretación congelándonos el corazón en alguna de sus escenas - adorable Pablo, el niño dueño del balón, que consigue emocionarte tan sólo con una mirada a un póster de Peter Pan, preludio de lo que vendrá después - y haciéndonos sentir parte de ese todo.
En este sentido, el director Javier Macipe, sabe captar las mejores versiones de esos actores aficionados temerosos en un principio ante la cámara pero que, en momentos determinados, acaban por devorarla y formar parte de ese todo mágico. Macipe, con más pasión que presupuesto, hace una cinta rompedora que te deja con un agridulce sabor de boca, siendo un cortometraje que te deja pensativo y consigue que, al menos durante un tiempo después de verla, concibas el mundo tal y como es. Sin adornos, la vida en estado puro.
Raqs
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7 de julio de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin apenas presupuesto, con historias reales (o que aparentan serlo mucho mejor de lo que aparentaba la mujer del César que lo era) excelentemente plasmadas y previamente mejor incluso buscadas. Y todo ello hilvanado a través de una desazón vital crónica que recorre la película a través de todos los personajes protagonistas, quienes padecen (en) escenas cotidianas de nuestro mundo real y actual donde se encuentran atrapados y ya solo queda como posibilidad un desenlace fatal que llega en forma de vacío, ese vacío que solo sabe ocupar la muerte (o lo muerto, o lo matado): estos son "los inconvenientes de no ser Dios".

La tengo que ver una o dos veces más para sacarle todo el jugo que merece. Es espectacular, pues boxea con el espectador desde el inicio a modo de reflexión filosófica sobre el hastío de la existencia al que se llega mediante la búsqueda de un lugar en el mundo. Esto sirve como pies de un esbelto y fuerte cuerpo en forma de historias ácidas en las que todos nos podemos ver reflejados en mayor o menor medida. Los actores no sé si alguno de ellos interpretan de una manera inteligente una evolución de su papel en la vida o es que son excelentes y punto.

He sentido, y mucho, que es lo que yo busco ante cualquier evento cultural, y he seguido el hilo sin que me aburra un solo momento, además de por la fuerza semántica de las historias por la estructura de relatos cortos intercalados que dan un toque posmoderno y novedoso, en la línea de Relatos Salvajes, una película que me encantó a la que me ha recordado mucho y a la que no tiene nada que envidiar. Maravilla total.
Darío Navarro Peguero
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9 de abril de 2016
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Multiplicidad de historias, se interconectan en una ciudad donde todas las vidas se cruzan, aun sin conocerse tienen algo en común todos sufren y sufrimos las vicisitudes de la vida las desavenencias, la angustia el desespero y los problemas individuales de cada cual pero todos en un mismo rio de tiempo y espacio
Steven
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