Operación miedo

De gran condensación dramática (todo ocurre en una sola noche) y un onirismo absoluto, fascinante e imprevisible, como si la historia fuera la pesadilla que tiene lugar a lo largo de una febril noche, evocadora y sugerente en su elemento sobrenatural, de un barroquismo delirante, una atmósfera gótica y un horror metafísico que dicta sus propias leyes, sin apenas sangre ni efectismos, desprovista de cualquier soporte prosaico, fraguada a base de presagios y alusiones, de pistas falsas, de desvíos hacia ninguna parte, de señales prodigiosas en donde permanece la ambigüedad, la película resulta ser una suerte de filigrana única de extraordinaria brillantez, impresionante uso del color y puesta en escena exquisita, que actualmente resulta incluso más admirable y asombrosa que en su día.

Película muy poco conocida de Mario Bava, la encontré por casualidad en mi camello habitual a precio de saldo. Presenta ciertas peculiaridades en el cine del maestro italiano. La sangre escasea y el horror se sugiere más que se muestra. La escenografía se halla poderosamente influida por la estética de la Hammer, aunque la iluminación es made in Bava. Hay escenas en que te sorprendes de que Peter Cushing no haga acto de aparición. La ambientación es fúnebre, gótica, casi mortuoria, y aunque la historia está prendida con alfileres posee toques casi surrealistas, como la escena en que Rossi-Stuart se persigue a sí mismo. La música de Rustichelli es acertada, aunque se copia a sí mismo e incluye el conocido tema central de La frusta e il corpo. Se trata, en definitiva, de una historia de fantasmas y maldiciones en que lo sobrenatural se acaba imponiendo a lo racional. Tal vez la última gran película de Mario Bava.

Una de las mejores películas de este italiano amante del terror y de la sangre. Un film relativamente comedido, afirmación que dirigida a Bava adquiere un nuevo tinte de mesura. Colorida fábula al estilo de la Hamer, de bellas damas en apuros, galanes escépticos y misterios que marcan de por vida. Retrato de un tiempo pretérito y acaso extinto, en el que la magia no sólo era posible sino necesaria, y en el que continuar vivo un nuevo día, poder ver un nuevo amanecer, se tornaba todo un desafío.

Película de Mario Bava que no tuvo mucho predicamento en su día y quedó como uno de sus filmes menores, pero que poco a poco se va reivindicando.

A mí, vista hoy, octubre de 2021, me ha decepcionado. Claro, había leído tanto que había que redescubrirla que, vista con los ojos de un espectador del siglo XXI, la cinta queda, primero, como muy irregular en su ritmo e interés y segundo, dejando claro que su ambientación, fotografía, vestuario y peluquería son de recibo, me encuentro que, en realidad, no me cuenta nada nuevo, aunque sí tiene alguna escena curiosa, como cuando el protagonista se sigue así mismo de habitación a habitación en un castillo.

La dirección artística es de primera, pero la realización del maestro Bava (no le quito su importancia cinematográfica) está por debajo de la historia, una historia que requería mayor vigor y fuerza dramática y a veces queda algo torpe en la armonía de sus, en principio, estupendos elementos.
No hay buen equilibrio entre fondo y forma y por ello me ha dejado con un sinsabor de filme fallido. Pero, repito, esto lo digo por lo positivo que había leído sobe ella, si no me habría gustado más... supongo.

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Estupenda película de terror Operación miedo. Prácticamente cada plano tiene valor pictórico y su gótica belleza determina su tono sobrecogedor. A raíz del extraño suicidio de una mujer en estado de shock, el médico encargado de hacerle la autopsia descubre que dicha muerte está relacionada con la aparición espectral de una niña que aterroriza a los habitantes del pueblo en el que se desarrolla la acción. Nos encontramos ante una de las mejores películas del maestro Mario Bava, un ejercicio de estilo y también el estudio de un miedo tan intenso que, trascendiendo los límites de lo racional, provoca una neurosis colectiva.