Stage Fright

La idea de hacer un musical de terror en nuestros tiempo es un poco extraña, porque prácticamente todo elemento terrorífico no tendrá mucho efecto con tanta canción y melodía y lamentablemente es lo que sucede con Stage Fright: a nivel musical funciona, pero como slasher deja un poco que desear.

Para empezar, tarda en arrancar y luego las muertes ocurren prácticamente en los últimos diez minutos, no tienen mucho sentido y no son muchas. Parecía que podría haber sido mucho más rockanbolesco todo, contando con gente como Meat Loaf, y teniendo esas secciones d música más metalera. Había buenos elementos que no son del todo bien aprovechados.

Por otro lado el maquillaje y gore está MUY bien, algo que no me esperaba para nada de una producción tan pequeñita, y los continuos homenajes a ambos géneros están bastante bien. Además de vez en cuando nos sacaran alguna carcajada.

Una lástima que las buenas ideas que habían se hayan quedado un poco a medias.

Cuando uno piensa en un musical un primer pensamiento aborda nuestra mente, y este son los grandes clásicos del cine como Grease, West Side Story, Sonrisas y lagrimas... Historias particulares, donde en medio de la trama la gente rompe con su monótono dialogo y comienza a cantar (sus alegrías o sus penas) y el resto del mundo le sigue en su (no tan) improvisada coreografía, por unos minutos todo adquiere un tono rosáceo, que según gustos personales, puede encantar, o puede convertirse en el peor de los infiernos.

Stage Fright es un musical nada convencional, poco se parece a los anteriores ejemplos citados, y recuerda más a aquellos que arrasaron unos años atrás entre el público infantil y de los cuales se realizaron innumerables versiones. Así pues, nos encontramos en un campamento de adolescentes hormonados los cuales se pasan el día cantando, porque se consideran libres de un mundo que no entiende su pasión.
Por suerte para aquellos que os decidáis a verla, esto es un musical de terror, y además de todo esto, encontraremos un asesino “muy malo” que a ritmo de heavy metal nos brindaran muy buenos y sangrientos momentos.

Camila y Buddy, mellizos y huérfanos, pasan sus días trabajando como cocineros en un campamento musical. Camila, guarda en secreto su pasión por convertirse en una estrella de la opera como lo fuera su madre. Por ello dedica sus horas libres al canto, aun a pesar de saber que nunca podrá participar en la obra realizada para finalizar el campamento, porqué los trabajadores no pueden tomar parte.
Pero este año las cosas serán diferentes. La obra que se representará será “El fantasma de la Ópera” la misma obra en la que murió su madre a manos de un asesino. Con mucho esfuerzo luchará por conseguir el papel principal, mientras, en la sombras alguien acecha, para evitar el estreno.

Primera película como director de Jerome Sable con amplia experiencia en cortos y como escritor (en esta ocasión también se encarga del guión, de la música y de las letras) nos sorprende con esta mezcla tan singular y que a priori puede producir cierto recelo, pero que acaba convirtiéndose en un título excelente y absolutamente recomendable que nos hará pasar un buen rato, pues tiene ciertos toques de humor, pero que también nos hará saltar más de una vez de la butaca. Todo esto entre canciones y coreografías cargadas de hormonas y de subtramas.

Entre el reparto, un nombre propio Allie MacDonald (La casa al final de la calle) Camila en el film, absoluta protagonista de este anómalo musical, pues desde el momento de su aparición eclipsa por su belleza y su extraordinaria voz elemento clave en este género. Además y a pesar de su corto papel, también destacar a Minnie Driver (Un asesino algo especial, El indomable Will Hunting) madre de Camila y inspiración de esta durante todo el film.

Notable film, muy ameno y recomendable, que se nos hará corto aun a pesar de sus extensos números musicales, en parte gracias a su original mezcla con momentos de terror, y la estupenda combinación de ambos. Nos sorprenderá, entretendrá y posiblemente despierte alguna carcajada.

http://www.terrorweekend.com/2014/04/stage-fright-review.html

El film de debut de Jerome Sable tiene todos los elementos de aquel corto llamado The Legend of Beaver Dam que le hicieron celebre, es decir, chavales de acampada, un asesino slasher y sobre todo música, mucha música. Queda claro entonces, y así lo dice una de las letras de las canciones claramente, “soy gay pero solo con los musicales”, que es una de las grandes pasiones de su director, y además por suerte, también lo es el terror.

Si algo es Stage Fright por encima del resto de cosas es una oda al género musical en particular y al terror más clásico. Todo empieza una noche con dos hermanos, Camilla y Buddy, que asisten al estreno dr una versión de El Fantasma de la Opera en donde su madre es la gran estrella. La función es todo un éxito, pero esa misma noche, su madre es asesinada por un misterioso enmascarado vestido igual que el personaje de la obra. Años más tarde, el productor de aquella obra, ahora venido a menos, dirige un campamento dedicado a los musicales donde trabajan los dos hermanos de cocineros. Este año se cumple el décimo aniversario del asesinato de la madre, y el campamento prepara una nueva versión de El Fantasma de la Opera. Camilla no podrá resistirse a presentarse para optar al papel principal de la obra, el mismo papel maldito que hizo en su día su madre.

Jerome Sable nos ofrece un buen musical repleto de buenas canciones y sencillas coreografías en donde la obra de El Fantasma de la Opera es el eje central de la trama por donde circulan sus protagonistas y en donde interpretan la mayoría de temas musicales. El film empieza de manera muy animada, presentando la situación y los diversos personajes, pero luego tiene un momento de bajón que es cuando se ensaya y se prepara la obra.

Por suerte, el acto final no tarda en aparecer, y es donde nos metemos de lleno en el slasher más típico y tópico, con todo lo que eso conlleva. El problema es que sabe a poco. Por un lado está poco explotado, tan solo es esta parte final en donde corre la sangre, y por otro lado no es muy complicado averiguar la identidad del asesino a poco que se use un poco la lógica. El tono de comedia que hasta ahora había impregnado el film, deja paso al drama y al terror, en donde es fácil encontrar referencias claras que van desde Viernes 13 por lo del campamento a un final que evoca a Carrie, sin que sea exactamente lo mismo, no voy a contaros como acaba el film.

Allie MacDonald es una de las claves del film, tanto por su belleza de penetrantes ojos azul claro como por su inestimable voz, una actriz a seguir muy de cerca. Como secundarios cabe destacar a una recuperada Minnie Driver como madre al principio del film y a un Meat Loaf poco reconocible como productor pero que en cuanto empieza a cantar sabes que es él

Stage Fright me parece un buen debut para Sable, quien además firma el guión y colabora en las canciones, dando así rienda suelta a sus pasiones, el musical y el terror, ya que el film funciona precisamente como eso, un claro homenaje. Ahora toca esperar y ver si el director opta por seguir por este camino o bien, lo que seria más lógico, tomar de nuevos. Por el momento, lo próximo que veremos de él será su segmento en The ABCs of Death 2 ¿Será musical?

http://www.masalladeorion.net/

Lo curioso y/o original ni tiene porque ser necesariamente bueno. Este STAGE FRIGHT es un curioso cruce entre película de terror y opereta televisiva que tiene su mejor baza en la imprevisibilidad de la propuesta, no siempre la parte musical convence ni tampoco la parte terrorífica pero cuando convencen, convierten esta rareza en algo realmente entretenido. No obstante, la irregularidad, hunde a este STAGE FRIGHT en el cubo de los DVDs de saldo debido a que la propuesta acaba siendo demasiado débil en todos sus aspectos.

Una película intrascendente que se mueve entre "Scary Movie", un capítulo de "Glee", "Carrie" y R.L. Stine. La verdad es que en los números musicales te dan ganas de estrangular a alguien y deseas que el asesino se cargue a todo el reparto los primeros 10 minutos. Menos mal que Meat Loaf se lo pasa en grande con su personaje y ofrece cierto respiro, todo lo demás resulta fallido y atropellado, ni los crímenes son imaginativos, ni la identidad del asesino sorprende, ni los momentos supuestamente graciosos hacen reir, un quiero y no puedo... Y quiere ser una "marcianada", pero evidentemente no estamos ante "The Rocky Horror Picture Show".