Pin

Curiosa historia sobre una enfermedad tan jodida como es la esquizofrenia. Esperaba una especie de muñeco asesino, como el enano diabólico. Pues, ni de coña.

Nos cuentan la historia de una familia anglosajona modelo. Padre médico, madre escrupulosamente pulcra, casa grande con jardín y unos hijos perfectamente educados. Incluso, la educación por parte del padre es modélica, usando un muñeco de su consulta para llamar la atención de sus pacientes más pequeños o de sus hijos.

Todo sería perfecto, sino hubiera una enfermedad latente en uno de sus hijos. Los sucesos acaecerán acrecentando la esquizofrenia y favoreciendo la sumisión de un hermano hacia el otro.

El filme se mantiene en la más absoluta realidad, afrontando las situaciones de una manera veraz y sincera. Sin pretender crear falsas ideas o finales sorprendentes. Es lo que es, y de ahí no se sale.

El problemón de esta película es la falta de talento del director. Dirige como si ni él mismo creyera en el proyecto que estaba realizando. Secuencias simples, sin estilo, sin arte. Los actores parece que sueltan su frase y tal como les salga, ahí queda. Tampoco están muy allá el resto del equipo técnico. El sonido simple, sin efectos, sin profundidad. La fotografía, pues como si no hubiera estado Guy Dufaux.

Una pena de elenco técnico, una pena la escasez de recursos que parece rodear "Pin...". Si fue la falta de pasta o de talento nunca se sabrá. Pero en mi opinión, con mucho menos, he visto hacer cosas mejores

Una grata sorpresa cinematográfica. Aunque su presupuesto es evidentemente bajo, los actores suplen esta carencia con grandes actuaciones. Trata la esquizofrenia de una manera muy original y muy real al mismo tiempo. Vale la pena ver esta pequeña joya canadiense.

Antes de criticar esta película habría que analizar la diferencia existente entre los términos "miedo" y "terror", el primero sería una reacción de intranquilidad y malestar producida por la incapacidad de controlar una situación que somos capaces de comprender, el segundo se aplicaría correctamente si nos referimos a la respuesta emocional incontrolada e irracional provocada por una situación que excede con creces los parámetros de lo "normal".
PIN no es ni mucho menos una película de terror, pero como cine de miedo es sin dudarlo una película excelente. No expone situaciones paranormales, no, aquí el miedo es algo cotidiano, natural, presente en la sociedad, una patología de sobra conocida, la esquizofrenia, somatizada en este caso a través de un trastorno de personalidad trasladada al exterior del individuo enfermo.
Sandor Stern nos muestra la cara mas cruda de una psicopatología. Representa con escalofriante realismo como se convive con una enfermedad así, el vínculo existente entre el enfermo y su "visión" y la incapacidad del entorno familiar de aceptar que una persona tan cercana y querida "ha dejado de serlo" y se ha autoconvertido el algo solo comprensible a los ojos del enfermo.
En esta película el miedo desborda: el protagonista lo sufre dentro de su rechazo social, los familiares dentro de la incomprensión, el espectador lo sufre al ser testigo presencial pero no tener la capacidad de interactuar.
Profundizando en los origenes de esta enfermedad descubrimos que viene provocada por la idealización del comportamiento ejemplar a través de símbolos fictíceos en el proceso educativo. Esto quiere decir que uno de los más usuales métodos de enseñanza es hacer creer al niño que un "ser superior" vigila sus actos, premia sus exitos y critica sus fracasos (véanse los Reyes Magos, El Monstruo de saco, El Ratoncito perez y en este caso PIN) los niños tienden a idealizar a estos seres ejemplares y a desarrollar un interés y una dependencia contraproducente si no se les explica a tiempo que es un método de estímulo fictíceo pero con formación y resultados reales, que lo que importa es que han adquirido unos valores y no el medio en si.
Existe una extraña paradoja por la cual durante nuestra infancia tememos todo aquello que se escapa a nuestra comprensión (vida extraterrestre, seres fantasmales...), y conforme va avanzando nuestra experiencia en la vida entendemos que debemos temer más lo que conocemos que lo que nos es extraño.
En definitiva: Una situación de miedo "real" es incluso más angustiosa que el terror irracional, pues sabemos todo lo que va a ocurrir, como va a ocurrir, que sentiremos, y la manera de haberlo evitado que nos remorderá la conciencia eternamente.
Calificando la técnica: Mejorable
La Idea e integración de la misma: Muy buena
Interpretaciones: Realistas y naturales.
En lineas generales a modo de interés:Si todavía crees en el miedo te la recomiendo.

Dentro de este género, la mediocridad es lo más abundante. Esta se sale de esa rutina. Fenomenalmente ambientada aunque algo lenta en el desarrollo; es un intento de acercarnos a ese mundo de los pirados que, no cae en el error de mostar 56 asesinatos gore absolutamente increíbles para montar la historia de un friki enfermo. Lo único que aparece como "raro" es el mismo protagonista y, lamentablemente, su enfermedad y su comportamiento, rodeado de esas circunstancias, son más normales de lo que sabemos o creemos. Gente rara que, hace cosas consideradas absolutamente anormales como creerse que realmente hablan con un muñeco, llenan los expedientes de clínicas psiquiátricas. Partiendo de una mentalidad trastornada, una serie de acontecimientos van precipitando el que salga a luz su rareza. No hay sorpresas "inimaginables" ni giros absurdos sacados de la manga para asombrar al espectador y dar un final fantástico por lo inverosímil. Simplemente nos cuenta por qué este chico ha llegado a este sitio y, lo que resulta de todo ello. Es de agaradecer eso, la normalidad que se muestra dentro de lo anormal de este tipo de conductas. Correcta, entretenida (pese a que hay un par de momentos demasiado alargados) y, que te hace acordarte (sin exagerar y entendiendo que es apenas una leve conexión) a Psicosis y, ese tipo de cintas.

Las películas de terror no me suelen llegar a "coger". Pero ésta me ha encantado. Todo lo que aparece en ella parece real y escalofriante.

Un guión muy bien construido. Todas las escenas y todos los diálogos van encaminados a que el espectador acepte la normalidad de sucesos anormales.

El director sabe mantener las situaciones en un ambiente poco espectacular, como para no llamar mucho la atención.

Todos los actores bordan su papel con la misma naturalidad que el director y el guionista.