El frío verano del 53

Tras la muerte de Stalin, uno de los sanguinarios y asesinos más terroríficos de la historia, (con su pueblo muy especialmente).
Hubo una serie de amnistías para presos políticos y comunes, aquí se situa la película.

Baste señalar las numerosas purgas que mandó ejecutar contra cualquiera que no estuviera en su órbita de insania y vesania, o tuviera la mala fortuna de estar en el lugar equivocado.
Cuando comenzó la invasión nazi, el estalinismo había asesinado durante años, cerca de 30.000 oficiales, la cifra es tan inaudita como real. Perversamente estratosférica.

Cualquiera que su paranoia psicópata creyera que no tenía la fidelidad perruna, era asesinado, o al gulag.
El régimen de terror tiene tal calibre aterrador, pesadillesco, durante el sangriento mandato del tírano, que una palabra que se acerca espectralmente, es inefable.
El tema es espantoso y amplio, esto es un botón de muestra.

Algo que me continua aterrando, es cuando en películas se deja caer, que él, salvó a la madre patria de los nazis.
Algo rotundamente falso, por culpa directa de Stalin murieron millones de soldados, por su negligencia, estupidez, crueldad sin límites, que sin su torpe tozudez, se habrían salvado con seguridad.

Lenin antes de morir, ya lo caló y dejó claro que su sucesor fuese cualquiera menos Stalin.
La propia hija de Lenin, se casó con él y cuando descubrió el monstruo sin escrúpulos que era y las infinitas calamidades, penurias que le estaba haciendo pasar al pueblo ruso, acabó suicidándose al no soportar el horror que había visto y en lo que se había convertido su vida.

Significativo y preocupante es que en la actualidad su popularidad sigue creciendo y en una reciente encuesta en Rusia, se le considera el personaje histórico más sobresaliente, independientemente del momento histórico.
Mientras aumenta el desinterés por conocer la magnitud de sus crímenes, su figura se agiganta.

¿Puede extrañarnos que en la actualidad Rusia haya creado una guerra contra Ucrania? a la que ya asfixió en los años 30, estranguló con la mayor hambruna que se recuerda, al robarle Stalin y compañía, alimentos, ganado, cosechas, todo.
Al imponer la colectivización de la agricultura en este territorio, Ucrania, provocó millones de muertos por hambre, cientos de miles de personas a los gulag, a trabajar para la madre Rusia y papá Stalin.
Me he extendido en demasía, creo importante recordar el marco histórico, cuando al fin muere el genocida y empieza la historia de esta película.

Con un lenguaje visual basado en la naturaleza y una fotografía con tonos realistas y colorida, no se aprecian filtros y ahonda en remarcar la salvaje e inhóspita región donde se desarrolla.
Una isla perdida en los confines de la inescrutable Unión Soviética.

Los personajes están dibujados con efectividad, elegidos por ciertos simbolismos, en suma son creíbles y nos ayudan muy mucho a creernos los sucesos que relata.
La ambientación, vestuario, costumbres son plasmadas con credibilidad.
La música sin embargo, me parece floja, nada evocadora y trivial.
Te va metiendo con eficacia y habilidad poco a poco en los hechos, nos da la información necesaria y la acción entra en juego in crescendo.
El desarrollo construido con sobriedad y concisión aunque el desenlace no termina de cautivarme.
El coda final de la historia si me seduce, lo encuentro oportuno y reivindicativo.
En conjunto narra unos sucesos históricos que acaecieron en muchos lugares después de la amnistía.
Y eso hace alumbrar hechos oscuros, poco conocidos que merecen ser rescatados del olvido.
P.D
Hay gente que esta película le recuerda "Perros de paja" 1971'.