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El museo de la muerte

Terror Un grupo de jóvenes turistas llegan a una casa en el medio del campo donde son recibidos por un viejo granjero. Sin embargo el aparentemente hospitalario buen hombre, es en realidad un psicópata que posee poderes telequinéticos. Para colmo de males, sufre una cierta obsesión con sus maniquíes, que confecciona con cuerpos humanos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 20
Críticas ordenadas por utilidad
17 de noviembre de 2011
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Joder con los maniquís manipulados por telequinesis, ¡qué susto! Esta película, me ha dejado muerto de miedo.

Excelentísima obra clásica del género de terror que atrapa desde el comienzo, lástima lo subvalorada que se encuentra. No hay en ella un momento de aburrimiento, sólo hay tensión, terror y pánico, se nota que tenían muy claro cuál era el objetivo: ATERRAR. Ojala los realizadores de películas de terror actuales tuvieran la capacidad que tuvo todo el equipo de esta película, de trasmitir y poder cautivar al espectador de la manera como lo hizo Tourist Trap, no para hacer un remake, si no para expiar un género que ha venido en franca decadencia (A excepción del terror francés y oriental).

La historia es una mezcla perfecta de los subgéneros Slasher y lo paranormal, una muestra más de que en el cine todo es posible, y que no basta con tener buena historia, si no que se debe complementar con un buen director, un buen editor y una buena banda sonora. Las actuaciones también aportan mucho a buen logro de este film.
Érase un Alejo
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30 de agosto de 2009
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con solo 7 minutos de metraje, en los que vemos lo que le sucede a un joven que viajaba en compañía de un grupo de amigos y que tras sufrir un pinchazo en su coche (viajan en 2 vehículos), deja a su novia en este y se dirige a buscar ayuda con la rueda a cuestas, encuentra una casa en medio del campo, entra en ella y es lo último que hace en su vida, el buen aficionado al cine de terror ya se relame de gusto ante el original y terrorífico enfoque con que David Schmoeller afronta la típica historia de “jóvenes en medio de ninguna parte a los que se les avería el coche y topan con entorno hostil”.
A partir de tan espectacular y buen arranque, con el resto del grupo que han acudido al lugar tras rescatar a la aburrida novia del coche inmovilizado (“Oasis perdido de Slausen” pone en la primera desviación que encuentran y que suponen es a donde se ha dirigido el amigo con la rueda pinchada, “Trampa para turistas” exclama de forma escéptica una de las amigas ante el letrero, mientras pasan por delante de un otro que ellos pasan por alto “Cerrado al público” y que se nos muestra sumamente amenazante en su estilo de rotulación y unas oportunas e inquietantes notas musicales) y la entrada en escena de Mr. Slausen (Chuck Connors, ya saben, “El hombre del rifle” al que como no podía ser menos le vemos con un rifle a cuestas y embutido en un traje de granjero presentándose a las sorprendidas amigas que se están bañando en una idílica laguna), que resulta ser un tipo que vive solo, rodeado de maniquíes desde la muerte de su esposa y que hasta llega a despertar un punto de simpatía a los desavisados visitantes, repito, a partir de aquí tenemos una película de terror de esas que realmente te pueden llegar a causar escalofríos, con una de las mejores y más apropiadas e inquietantes bandas sonoras a cargo de Pino Donaggio que he oído nunca, una atmosfera insana producto de los terroríficos maniquíes, un guion serio y bien engranado, una dirección y desarrollo de la trama pausado y con los tempos perfectamente ubicados y una final con una escena en foto fija que da paso a los títulos de crédito realmente acojonante y vacilón.
En cuanto al apartado actoral, Chuck Connors está que se sale, es la autentica estrella de la función, la facción femenina del grupo de amigos aparte de realizar un buen trabajo, lucen realmente guapas (Tanya Roberts dando brillo y esplendor como de costumbre, Jocelyn Jones teniéndoselas tiesas con el terrorífico entorno y Robin Sherwood más que digna) y la masculina se limita a acompañar la función.
Absolutamente recomendable.
tiznao
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29 de diciembre de 2013
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta "Trampa para turistas". Es de 1979; para muchos de los espectadores del cine de terror de hoy en día, algo así como los años más oscuros de la Edad Media, allí donde no había efectos digitales y los efectos que había para los cineastas no eran casi ni "especiales". Ni falta que le hacían a los perpetradores de esta genial, delirante, pesadillesca, ingeniosa y agobiantísima peliculaza, que atesora algunos de los momentos más genuina y primitivamente horroríficos que ha ofrecido el cine de terror desde "Nosferatu".

"Trampa para turistas" pivota y se nutre del repelús que a todo bicho viviente inspiran los maniquíes y los muñecos de blanquísima y perfecta tez, ésa que no tocaríamos ni con pinzas, no vaya a ser que descubramos una textura que nos recuerda un poco demasiado a la piel humana. No se pueden describir algunas de las más escalofriantes escenas de "Trampa para turistas", protagonizadas por los susodichos turistas, en el papel de indefensas víctimas, y por uno o más maniquíes o muñecos, sin cometer grave injusticia contra esta película. Es de esos filmes que no se deben contar, a riesgo de degradar su enorme potencial; si se cuenta de pe a pa la historia y se describen sus escenas más fuertes, sobre todo la escena maestra, la última, uno corre el riesgo de sonar a chiste y de provocar cualquier cosa menos miedo. Es una película que debe ser vista, experimentada, sentida; y a fe que hace sentir miedo, cuando se ve así, dejando de lado nuestra parte racional. Sencillamente siéntense, apaguen todas las luces y atrévanse a mirar a los ojos a esa muñeca vestida de novia, osen ustedes rozar su piel, y díganme luego si no sienten el escalofrío. Tengan los redaños de mirar fijamente ese espejo y no apartar la mirada ni un segundo.

Además del terror elemental, el de sentirse vulnerable y a merced de un depredador oculto pero cercano, me encanta "Trampa para turistas" porque es una de las películas de este género más transgresoras que recuerdo haber visto. Así, como quien no quiere la cosa, "Trampa para turistas" subvierte las reglas a las que durante gran parte del metraje finge ajustarse y, cuando más confiado está el espectador, precisamente en ese momento es cuando enseña sus bien afilados dientes y pega la dentellada, en una maniobra capaz de sorprender a espectadores que tienen en su haber muchas películas supuestamente cargadas de impactantes revelaciones. Sí, señores: en 1979, David Schmoeller hizo una película que, aun siendo, a ojos vistas, modesta y con la desventaja de ser posterior a otras que ya habían calado hondo, supera en surrealismo, originalidad, descaro y transgresión a producciones de mayor nombradía. Después de ver "Trampa para turistas" y alucinar con su casi insoportable clímax, me quedó claro por qué es, o ha sido, al menos, la película favorita de Stephen King.

Recomendable de todas, todas, y de visión obligada para todos los fans del terror.
indrani
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30 de septiembre de 2009
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remake pirata de "House of Wax" llevado al terreno del terror rural que tantos productos estaba dando en aquellos adorados años 70, con claros ecos de dichos productos tales como "The Texas Chainsaw Massacre" o "Eaten Alive", de un Tobe Hooper especialista en el subgénero en aquellos años.

En realidad "Tourist Trap" cuenta la historia manida de adolescentes perdidos que llegan a una casa en tierra de nadie, siendo su principal acierto la potencia visual que tienen algunas escenas, con un Chuck Connors de rey de la función en un registro poco habitual en él. La película no oculta en ningún momento sus fuentes, logrando una atmósfera claramente influenciada por el fantástico italiano (evidentes maniquíes de Bava) apoyada magistralmente por el score de Pino Donaggio, que eleva algunas escenas trascendentales a otro nivel.

Se podría decir que en dicho subgénero del terror rural "Tourist Trap" ocupa un lugar exquisito y privilegiado, por saber combinar tan bien el clima de pesadilla que nos conecta directamente con el grupo de protagonistas (en el que destaca una bellísima Tanya Roberts) con la angustia y axfisia que inspira la América Profunda.

No obstante, la resolución es un poco manida con un trasfondo un tanto surrealista que resta algo de credibilidad a la cinta. Pero aún así "Tourist Trap" es una de esas películas de terror olvidadas a reivindicar.
Reverendo Wilson
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10 de febrero de 2018
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Arropado en las buenas críticas leídas por aquí, me dispuse a ver ésta “Trampa para turistas”, yo más bien la habría titulado “Trampa para incautos”. Después de verla se me quedó la cara como la de los maniquíes que salen, de cartón piedra.
Y eso que los primeros minutos pintaba maneras, con ese joven encerrado en una habitación de una casa abandonada en la que es atacado por diferentes maniquíes y posteriormente aporreado por toda una serie de objetos que salen despedidos de un armario.
Es imposible que todo lo que pasa después se pueda tomar en serio, unas actuaciones penosas, incluida la de Chuck Connors(no recuerdo que hiciera nada bueno), más propia de actores de saldo. Los efectos especiales, maquillaje, diseño de los maniquíes son de peores que los de una feria ambulante. Se repiten las consabidas situaciones de siempre, las inocentes víctimas corriendo para escapar del asesino que se tropiezan con cualquier cosa, hasta con una chapa de coca-cola.
No me vale la excusa de que la cinta es del año 1979 y no se contaba con muchos recursos disponibles para
hacer algo mejor. Por ejemplo Posesión Infernal es de 1981 se hizo con cuatro duros y acojona. Tenemos mucho antes La Residencia rodada en 1969 de nuestro querido Narciso Ibañez Serrador que ya muchos habrían querido
filmarla. Sirva como temática parecida a la que nos ocupa, Dolls del año 1987 que rodó Stuart Gordon, ésta si que es una pequeña joya del género.
En Trampa para turistas, nos encontramos la típica pandilla de jovenes de excursión que sufren una avería del coche y aparece un granjero muy amable que les brinda su ayuda(os suena esto de algo).
Les acerca al lugar donde vive que resulta ser una especie de museo de maniquíes, el granjero les explica que su mujer falleció de cáncer y su hermano que era un manitas creando los maniquíes se marchó a trabajar a la ciudad dejándolo solo.
Poco a poco los jóvenes empiezan a desaparecer de manera extraña y pronto se darán cuenta de que los maniquíes parecen tener vida propia.
Las bases para poder haber hecho una película más que decente las tiene, nos podemos acordar de otra como Los Crímenes del museo de cera de 1953 que causó gran impacto en su estreno y que curiosamente fue una de las primeras rodadas en 3D.
En definitiva nos quedamos con una buena idea y una mala ejecución que me ha causado más momentos de risa que de terror.
Según estaba viendo la película me vino al recuerdo la canción de Golpes Bajos “Fiesta de los maniquíes”...no lo toques por favor.
JUANJO
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