El negocio de nacer remolque

Sorprendente y triste la comprobación de la desconsideración que este modesto documental ha padecido. Su temática, empero, merece una mayor atención. Fundamentalmente Epstein elabora dos tesis complementarias que no irán a gusto de todos:
1. En primer lugar, la directora apuesta por el parto natural, apoyándose no sólo en la conexión post-parto entre la madre y el hijo sino en los riesgos de la cesárea sistemática en los EEUU. Los datos son escalofriantes y más aún las motivaciones que detrás de esta práctica se esconden.
2. En segundo lugar, aunque sin ahondar en ello, Abby Epstein se inscribe en el corazón de la polémica al dibujar palmariamente los intereses médicos de hospitales y seguradoras, incluso en el momento del parto.
Obviamente, este documental se dirige al público estadounidense. Pienso en amigos y familiares españoles a quienes el trabajo de Epstein no les dirá nada, donde pensar en ser madre no supone endeudarse por vida con facturas que ascienden a 14 mil dólares (si no hay complicaciones, claro). A mí, sin embargo, que, residendo en un país extranjero, vive con la espada de Damocles de la inseguridad médica, me dice mucho más. Desde aquí, puedo decir que es extremadamente valiente lo que la directora propone. Es más, en una sociedad como ésta, la americana, donde se pasa de puntillas por todo lo que se deslinde de una ruta blanca, resulta aún más valiente tomar postura, criticar la sanidad americana y mostrar sin tabúes los partos maravillosos, emocionantes y humanos de unas mujeres que decidieron compartir su momento más bello con la cámara.

PS: De juzgado de guardia el endemoniado título en español. Aún me pregunto ¿por qué "nacer remolque"? ¿Hablamos de una caravana, Dios mío?